Que la gracia, la sabiduría, la paz y el amor de nuestro Señor Jesucristo sean plenos y rebosantes en ustedes, amados hermanos, amén.
Esta parábola es muy sencilla de explicar por el Espíritu. Justamente después de la red, el Señor Jesús concluye su maravilloso discurso con una pregunta a sus discípulos. Leamos el pasaje de Mateo 13:51-52:
51 Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor. 52 Él les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas
La pregunta es cerrada y ellos, seguros y confiados contestan afirmativamente.
Al ver esto, el Señor Jesús vuelve a dar una enseñanza más en la figura de otra comparación. Un padre de familia que saca de su tesoro cosas viejas y nuevas es el símil de todo escriba docto en el reino de los cielos. ¿Qué significa esto?
Que todo entendido de las cosas de Cristo podrá tener acceso al conocimiento de Dios y podrá discernir entre lo que ya se cumplió (y no darle tratamiento de incumplido o por cumplir), de lo vigente y lo obsoleto (doctrinas, profecías y mandamientos), de lo porvenir (profecías), de la eternidad y los tiempos y sazones de Dios en la época que les toque vivir.
Por escriba es un intérprete de la ley y que sea docto en el reino de los cielos es que creyó a la palabra del Enviado, y está renovando el tesoro de su sabiduría con lo nuevo que es Jesucristo y deja atrás a lo que ya no le comunica sabiduría ni crecimiento.
Esto lo dijo porque ellos estaban llenando sus tesoros de cosas nuevas y había entre la multitud gente con tesoros viejos que tendrían que desecharlos para obtener tesoros nuevos.
Del mismo modo que nosotros, hermanos, lo nuevo es Jesucristo y ese tesoro nunca perderá valor y es insustituible. Sigamos sacando las cosas viejas de nuestra vida y seamos doctos, renovando nuestra fuente de sabiduría en el nuevo pacto con la guía del Espíritu Santo.
Que el amor, la gracia y paz del Señor Jesús sea en todos ustedes, amados hermanos, amén.
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