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Temporada de siega.

Amados hermanos, esperamos en el amor de Cristo que sean bendecidos, restaurados y cubiertos por su amor, siendo revestidos de fe, amor fraternal y esperanza para que sean llenos de su gracia y misericordia, amén.

En Apocalipsis 14:14-20, ocurre el momento esperado por millones y tan temido por los enemigos y opositores de Dios: la siega. La siega es un momento espiritual cumbre, porque es cuando la palabra JUSTICIA por fin hace acto de presencia en el escenario de los tiempos finales para los santos supervivientes, además de los que han sido muertos por causa del testimonio fiel a Jesucristo.

Esta porción describe a uno semejante al Hijo del Hombre (Jesús de Nazaret) sobre una nube quien descendió de los cielos con una hoz en la mano. Esta visión de Juan es una profecía de Jesucristo dada por él y confirmada por los ángeles justo cuando iba ascendiendo a los discípulos. Los textos que fundamentan su anunciación y su ahora cumplimiento están en Mateo 24:30: Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la Tierra y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria; en Marcos 13:26: Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria y en Lucas 21:27: Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.

Además, estas referencias son pasajes que nos llevan a la lectura de la parábola de la siega del trigo y la cizaña, hallada en Mateo 13:24-30 y la enseñanza de ésta por parte del mismo Cristo en Mateo 13:36-43.

Pero ¿Qué significa todo esto? Que cuando Jesucristo venga para cumplir esta profecía, lo hará en su forma espiritual como humana para que todo ojo le vea y entonces tengan temor de que su hora de juicio ha llegado, pues la primera siega es para destruir las almas infieles y rebeldes a Dios y al Cordero.

El ángel solicita al Hijo del Hombre que meta su hoz sobre la mies madura, es decir, nosotros. También está la cizaña, es decir, los enemigos y estorbos del trigo que debía haber madurado antes; sin embargo, a causa de la cizaña se atrasó un poco la siega. Esta orden viene desde el Padre, quien autoriza al Señor Jesús sea el Salvador de los hombres. Todos nosotros (los vivos y los que dormimos) que creímos en él como el Hijo de Dios seremos levantados de la misma forma en como el trigo era recolectado por un segador. Esta es la primera resurrección. Tomará su poco de tiempo para que todos vean cómo son redimidos los hijos de la paciencia de Dios y heraldos del vituperio de Cristo por nuestro Señor Jesús, cumpliendo lo dicho por él mismo en los evangelios.

Acto seguido, los ángeles recibirán la instrucción de segar la cizaña; desprender el alma de los cuerpos de los insensatos hijos de la Bestia y aliados del anticristo y el falso profeta, los menciona como uvas con las cuales al pisarlas en el lagar fuera de la ciudad (Jerusalén tras la batalla del Armagedón) sacará la sangre de los cuerpos de ellos, llenando el valle aledaño a esta ciudad impostora de la verdadera de su sangre cubriendo una longitud de 1,600 estadios de longitud.

Haciendo un cálculo rápido, estimamos que son millones de personas muertas en aquel día debido a su necedad de luchar contra el Creador y contra Su Heredero. Estos tienen como único dios al diablo y como única religión la tonta idea de pretender vencer al Dios vivo.

Hay que recordar que el Apocalipsis no está redactado en forma cronológica, de manera que no significa que conforme fueron redactados en ese orden numérico sucederán de ese modo. ¿Cómo ubicar este evento en los tiempos de Dios? Esto, queridos hermanos, es revelación por el Espíritu y solamente aquellos dignos de conocer estas sazones y estos tiempos podrán explicarlo y decirlo. Mientras tanto, hay que creer y velar y orar, porque nosotros en esta generación no tendremos parte ni suerte de estos hechos en vida y, por tanto, la revelación llegará a su tiempo y no a nosotros. Tengamos paz y esperanza, pues la fe es mejor al conocimiento y la paz es más deleitosa que la prisa o el afán.

Anexamos lo redactado en Apocalipsis 14:14-20, con el que se concluye este capítulo.

La paz, el amor y la gracia del Señor Jesucristo es con ustedes apreciables hermanos y ovejas dispersas de Cristo, amén.


14 Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda. 15 Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura. 16 Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada.17 Salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda. 18 Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras. 19 Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios. 20 Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios.

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