Preciadas almas, hermandad hermosa de nuestro Señor Jesucristo dispersa en todo el orbe: La paz, gracia, amor y sabiduría del Señor Jesucristo está en ustedes, en su espíritu. Rogamos en el amor de Jesucristo oren también por nosotros para que el Señor siga haciendo Su obra en nosotros y nuestro Cristo Jesús nos siga revelando el conocimiento de Dios por el Espíritu Santo.
Amados, dentro de esta Tierra la mentira se revuelve con la verdad para engañar, desviar, contaminar y matar mediante muchas vías y responsabilidad nuestra es, en estas alturas del partido, saberlo, comprender, enseñar y evitar que en nuestras congregaciones suceda en el corto, mediano o largo plazo.
Sabemos de sobra que el principal y primer gestor de esto es satanás. Él es quien idea y maquina evangelios, doctrinas, religiones y pensamientos tergiversando la sabiduría de Dios para lograr el propósito ya descrito en el párrafo anterior.
Tenemos después a los hombres mentirosos, malvados, avaros, homicidas, odiadores, desleales, hipócritas, perversos, sacrílegos, apóstatas y enemigos de Dios quienes, según su plan y ambición roban la atención y alabanza de millones de incautos al Dios Vivo, poniéndose como cristos.
¿Más cómo funciona este modo de comunicación entre el diablo y estas mentes entrenadas para el mal? Sencillo: a través de los diferentes espíritus, los gobernadores, potestades y entes espirituales que tienen acceso a la mente, corazón y alma e inyectan sus ponzoñas espirituales para cambiar textos, versículos, libros y enseñanzas. Después, como estos entes humanos destinados a ser vasos de deshonra ya eligieron condenarse entonces son el laboratorio perverso y los calderos asignados para que la mentira diabólica pulule y prospere.
Y el Espíritu que sí es de Dios, el Santo, nos define en la carta escrita por el apóstol Juan en su cuarto capítulo en las dos premisas principales entre lo que es verdad y lo que no es verdad, en cuanto al fondo del discurso y fundamento de las doctrinas puestas por los espíritus que están en los aires:
Por esto es necesario siempre seamos cautelosos ante todo mensaje. Más claro ni el agua. Como nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra principados y potestades, he aquí la lucha: callar a esos espíritus de Balam en voz de esos perversos infiltrados. No puede darse voz a quien se detecta tergiversa la sana doctrina; mienta con estatutos o mandamientos inexistentes; emule sabiduría con palabras huecas; imponga evangelios alternos; pretenda sacar a Jesucristo para meter a otros como Salvador, Señor y Maestro; niegue la eficacia y totalidad de la salvación; llame a rebelarse de obedecer al nuevo pacto por obedecer al antiguo; etcétera.
No tengamos nunca miedo de decir: “Basta” y si persisten echarlos fuera porque ¿quién se sentirá ofendido, apesadumbrado y reacio a extirparse una gangrena aludiendo que “es parte de su cuerpo”? Nadie en sus cinco sentidos. Estos individuos son la gangrena y los espíritus a quienes oyen y dan voz son el agente infeccioso cuya cura preventiva es dejar entren a la mente por medio del oído de los más débiles.
Así que, siendo de Dios tenemos más fuerza que ellos, el Padre está de nuestro lado. El Señor Jesús nos protege y el Espíritu Santo afila nuestros sentidos para que “no nos sobrevenga el mal, ni plaga toque nuestra morada” como dice el salmo.
Hermanos nuestros por amor y gracia de nuestro Señor Jesucristo: sean MUY CELOSOS DE LA FE que es en Cristo Jesús, Señor nuestro. No acepten imitaciones. La clave es muy sencilla: hermanos y congregaciones que confiesen al Señor Jesucristo como el Hijo de Dios, le confiesen Señor y se guarden en él ¡Bienvenidos a su hogar a su mente y corazón! Pues la edificación es plena para todos. Pero si salen con torpezas como que la ley, Jesús es Dios, los profetas, Israel y cuestiones vanas, ni al caso siquiera discutir. Dejarlos fuera de nuestros entornos porque ellos no buscan cimentarse en Dios. Dejamos el contenido hallado en 1ª Juan 4:1-6 para su meditación por el Espíritu Santo.
La paz del Señor Jesucristo en con todos ustedes amados hermanos, en su espíritu, amén.
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. 2 En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; 3 y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. 4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. 5 Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. 6 Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.
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