Amados hermanos, creyentes y ovejas del Señor Jesucristo repartidos en todo el orbe: la paz, gracia y la salvación del Señor Jesucristo es en ustedes. Que el Espíritu Santo les sea rebosante y sea su guía para ser perfectos ante nuestro Padre, como hijos obedientes.
Continuamos en nuestra lectura en el orden espiritual de principio a fin para correcta edificación, sabiendo que estamos en la primera carta de Pedro a los hermanos hebreos en dispersión.
En la porción que enfocaremos nuestra meditación por el Espíritu, el apóstol Pedro es revelado sobre nuestra esencia de creyentes, es decir, cómo Dios (y no el mundo) nos ve al ser fieles, obedientes y sujetos unos a otros en el amor. En la siguiente tabla veremos la percepción que tenemos desde la perspectiva del Altísimo, nuestro Padre:
Y la petición del Espíritu Santo es que anunciemos estas virtudes al mundo, pues el diablo oculta esto y el mundo lo omite con el objetivo de ocultar la verdad y que todos procedan al arrepentimiento, pues como se redacta en el versículo 9, estas virtudes vemos, sabemos y experimentamos dado que Él, con su luz admirable en la forma de Cristo podamos vivirla al sacarnos de las tinieblas.
Y el versículo 10 redacta el concepto de andar en tinieblas:
● No éramos pueblo
● No habíamos alcanzado misericordia
Más por la gracia de Cristo, nos hace dignos de ser parte del pueblo espiritual de Dios, porque en él alcanzamos la misericordia. De manera que, en amor, fe y esperanza tenemos que comunicar estas virtudes a los que todavía no son pueblo y vemos, sabemos y experimentamos que ellos aún no han alcanzado la misericordia, accedan a ella y se cumpla la profecía en el título de este tema. Alcanzar la misericordia es la dicha más grande que toda alma experimenta en su vida, al ser la primera.
Dejamos para lectura el fundamento escritural basado en 1ª Pedro 2:9-10. La paz, el amor, la gracia y consuelo del Señor Jesucristo les conforte su corazón y espíritu hermanos preciosos, amados, amén.
9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10 vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.
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