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Los 144 mil sellados.

Que el amor, la paz y gracia del Señor Jesucristo sea en ustedes plena, amados hermanos y lectores del blog en su espíritu. En los albores del 2022 tenemos -para testimonio lo digo- un rebrote más de la pandemia que inició en el oriente a finales de 2019 y muchos débiles e insensatos dicen “¡ya estamos en el fin!”, “el anticristo está aquí”, “la marca de la bestia”, entre muchas otras frases impropias. Comentarios de este tipo abonan al engaño mundial del adversario para seguir entretenidos viendo las cosas de abajo y no las de arriba por muchos que se dicen cristianos.

Sin embargo, tiempo es de despertar del letargo espiritual y doctrinal y leer bien el nuevo pacto, en Apocalipsis por medio de la guía del Espíritu Santo, dado que si no lo hacen pronto seguirán mucho oyendo a impostores y a los anticristos que continúan haciendo su obra de maldad.

Al respecto, es necesario leer la porción encontrada en Apocalipsis 14:1-5, la cual hace referencia a los 144,000 sellados que son testigos de Jesucristo en los días de los santos. El Señor Jesucristo, en su forma celestial de Cordero Inmolado se encuentra sobre el monte Sion y con él estos 144,000 varones vírgenes quienes son su testimonio a Israel, para ser redimidos y al mundo, como si fuera la repetición de lo acontecido en los días de Elías en tiempos de Jezabel.

Estos varones no adoran a Jehová, sino que predican de Cristo y dan testimonio de él a la gente en aquellos días para que “la restauración de todas las cosas, los tiempos y las sazones reservados por el Padre” para Sí mismo y que el Señor Jesucristo en su esencia cumplirá esta profecía para honrar el Santo nombre del Señor.

En esta porción se explica por qué la marca de la bestia es condenatoria: porque el Padre pondrá sello a Sus escogidos en la frente y la bestia junto con el Anticristo estarán haciendo lo mismo: sellando gente en su frente a diestra y siniestra y evitar que Dios tenga a Sus sellados lo cual será imposible de impedir. La marca de la bestia existirá como intento de embuste y contrapeso, emulando siempre a Dios burdamente, pero el Hijo de Dios, nuestro Salvador, dará su testimonio a los hijos de Israel. El sello de Dios es Su nombre y el de Jesucristo, y el sello de la bestia es el nombre de hombre cuyo código y conteo es 666. Entonces, no podemos andar diciendo que tal cosa es la marca de la bestia porque aún no es el tiempo.

Regresando al texto, desde el cielo se oye un cántico nuevo (la promesa esta es para el Israel del futuro, no éste) la cual solamente estos 144,000 varones podrán cantar y entonar y éste es su testimonio: cumplir las profecías pendientes de restaurar el reino para Jesucristo, que el anticristo, las bestias y su falso profeta querrán arrebatarle al pretender reinstaurar los sacrificios.

Estos son santos, apartados para Dios, para ir con el Cordero a cantar y regocijarse porque el Israel de Cristo resurgirá ya muy pronto (en esos días). Desde el monte de Dios saldrá el Cordero a tomar la ciudad de Jerusalén para someter a las naciones desde ahí, reinar y después derrotar a los enemigos de Dios de manera poderosa. Estos son representantes de las 12 tribus (donde con esto se cae otra falacia -la de las diez tribus perdidas-).

Es por eso que debemos ser sabios y no hablar a la ligera, puesto que el sello aún no está definido en esta generación y por tanto, nuestra misión es predicar a todos el evangelio de la salvación y terminar con pulcritud nuestra carrera.

Se añade el contenido de Apocalipsis 14:1-5.

14 Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente. 2 Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas que tocaban sus arpas. 3 Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra. 4 Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero; 5 y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios.

Que el amor, paz gracia y sabiduría del Señor Jesucristo sea en ustedes amados hermanos, amén.

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