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Lo nuevo es el evangelio

Que el amor, la gracia y la paz de nuestro Señor Jesús sea en ustedes amados hermanos, en su espíritu, amén.

Amados hermanos, el copista añade palabras al pasaje sobre el ayuno en cuanto a que Jesús, derivado de la pregunta sobre el ayuno, explica lo nuevo que es el evangelio y Juan el Bautista lo último referente al nuevo pacto, preludio de la renovada palabra de Dios.

Mateo 9:16-17 trata sobre esta cuestión. Juan, al ser encarcelado menguó y el tiempo de la ley y los profetas ya había terminado en la figura y testimonio del Hijo del Hombre. Él es el profeta del cual habló Moisés siglos antes cuando se instituyó la ley judaica. El vestido viejo es el antiguo pacto y el remiendo nuevo es el evangelio de Jesucristo, el profeta enviado por Dios que hablaría las cosas de Dios. El que tenga entendimiento, que entienda. La profecía dice que quien no oiga a este enviado del pueblo sería desarraigado, por eso es que el Señor Jesús habla de un vestido viejo, lo que guardó la desnudez del hombre por un tiempo, pero ya no. El evangelio es incompatible con lo que es la ley en cuanto tiempo y periodo de aplicación, puesto que la ley confirma el pecado y la palabra de Cristo vivifica y justifica a quienes creen.

Los odres son las criaturas de Dios hechas hijos e hijas por la gracia de haber sido remendado por Cristo. Sobre estos no puede haber vino viejo. Y sobre los odres viejos no puede haber vino nuevo porque al decir que se destruyen es que no tienen la capacidad de albergar al Espíritu Santo. Su tiempo ya pasó y solo en odres nuevos, los miembros de la iglesia son los depositarios elegidos para que el nuevo plan de reconciliación se propague.

La consecuencia de verter vino nuevo en odres nuevos es que se conservan mutuamente, o sea que una vez el Espíritu Santo entre en nosotros jamás saldrá. Ahora bien, a lo largo de nuestra vida debemos ser fieles propagadores de la nueva palabra de Dios, mejora del pacto hecho a Abraham.

Nuestro destino es dar del vino nuevo de la verdad, la justicia, el perdón, la gracia, misericordia y la esperanza de ser como el Señor Jesús perfectos en nuestro andar.

Que la gracia y paz, amor esperanza y fe del Señor Jesucristo sea en todos ustedes amados hermanos, amén.

16 Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura. 17 Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente.


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