Amados hermanos en Cristo Jesús, Señor nuestro: que su paz gracia, amor, sabiduría y ciencia sea en ustedes, a fin de que la revelación progresiva en el conocimiento de Dios se fortalezca con su fe, amor y paciencia en el ejercicio del evangelio, amén.
Como se vio en el número anterior, seremos testigos de cómo la paciencia de Dios terminó cuando el Cordero rompió el séptimo sello para abrirlo. Apocalipsis 8, versículos 6 al 13 especifica cómo tras arrojar el incensario se activan los usos juicios de Dios y luego la batalla justiciera del Cordero. Leamos:
6 Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas.
7 El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde.
8 El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre.
9 Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida.
Así pues, se llega el día y la hora pactados.
El primer ángel llega y emite su sonido beligerante. El reino vegetal es asolado de tal manera que el pulmón natural de la Tierra -fuente de todo oxígeno elemental diatónico- queda trastocado por la acción del granizo mezclado con fuego sobre la faz de la Tierra. Solo queda la tercera parte intacta de árboles, mientras que todo césped, arbusto y planta rastrera fenecen por quedar al ras del suelo. Es tanto el calor que aun las raíces, flores, frutos y semillas se queman y no hay manera de salvar a estos seres particulares creados por Dios. En un solo acto de poder divino la humanidad ve el ecosistema roto y no hay lluvia que solvente esta situación. Los árboles sobrevivientes son señales de que una tercera parte de ellos será testigo de las calamidades por venir. ¿En qué afecta a la Humanidad perversa de esos días? Antes de que un perverso sentimiento de conmiseración entre en su alma, permítanme recordarles que esa Humanidad nada quiere con Dios, entregó a nuestros hermanos a la muerte, la tortura y castigos inhumanos. Contestando a la pregunta, tiene afectaciones al suministro de oxígeno, con lo cual la atmósfera se enrarece haciendo dificultosa la respiración (el efecto de estar a más de 6,000 msnm). Además, la humificación del aire comienza a desvanecerse paulatinamente haciendo que el aire sea seco y feroz contra la piel y respiración. Por si fuera poco, los niveles de CO2 se disparan acelerando el efecto invernadero.
El mundo verde destruido en dos terceras partes limita la movilidad del hombre, pero ellos, creyendo que su almacén de semillas en Noruega les salvará, procederán a negar más a Dios, aún peor que Faraón, porque este monarca fue usado para que Dios mostrase Su poder, más ahora estos perversos cerrarán su corazón por voluntad propia. Por eso no cederán ni un ápice.
El segundo ángel llega y toca su trompeta. No contentos con ver lo verde destruido, los ojos de ellos verán impotentes cómo ahora una gran montaña ardiendo en fuego se precipitará en el medio del mar y la tercera parte de todo ser viviente (me inclino a pensar que sucederá en algún lugar de los océanos Índico o Pacífico en el Anillo de Fuego) en ellos perecería y aparte será convertida el agua en sangre. Pienso al respecto de esta señal, un súper volcán que, en virtud de su gran actividad rápida e inesperada crecerá y se partirá provocando un estallamiento que tendrá efectos globales. Esta acción provoca que los peces mueran por el calor, el cambio de composición química, salinidad y desoxigenación del agua, provocando un caos en el medio ambiente. Al ser sangre, la Tierra pierde la fuente de su humedad, aunado a la falta de vegetación, la Tierra de la noche a la mañana comienza a ser un lugar inhóspito,… ¡Y la Humanidad sin poder escapar! En cuanto al término sangre, no tengo duda que se refiere al plasma sanguíneo derramado por las criaturas muertas, aunado al poderoso poder de alterar químicamente al agua de parte de nuestro Dios. El mecanismo me es velado, aunque ciertamente me lo revelará el Señor si le place.
Lo que sí es claro, es que el efecto de tsunami generado hará que las embarcaciones en puertos y astilleros encallen, las que naveguen se hundan irremisiblemente y las cercanas al cataclismo desaparezcan por el nivel de fuerza y potencia del horrible suceso inesperado. Las embarcaciones en tierra o muy lejanas al epicentro de este fenómeno natural inusual corresponden a la tercera parte. Las cadenas internacionales de telecomunicaciones no se darán abasto de dar parte de esta tragedia descomunal, nadie podrá decir “no supe” porque está escrito en las profecías de este libro, habiendo sido predicado muchas veces y conociendo el perverso sensacionalismo de estos, darán rienda suelta a su mórbido gusto de dar malas noticias. Pero ¿se arrepentirán? ¡De ninguna manera! Porque seguirán fieles al destino de su verdadero padre: la serpiente antigua que los engañará hasta la muerte haciéndoles creer que pueden ganarle la batalla a Dios con la falsa ciencia, tecnología, sabiduría humana, religiones, etc.
En el siguiente número (397-2) continuaré con la revelación dada para las trompetas 3 y 4.
La Paz del Señor Jesucristo sea en ustedes, amados hermanos, amén.
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