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Las dos bestias. Parte dos.

En estos últimos días del doceavo mes de 2021, deseo por el Espíritu Santo que el amor del Señor Jesús sea en todos ustedes, en su espíritu, además de que su esperanza se halle rebosante y teniendo toda la fe puesta en él, nuestra Roca de Salvación, amén.

En esta segunda y última parte, Apocalipsis 13:11-18, se habla de la aparición de la segunda bestia, la cual tiene tanto poder sobre los humanos como la primera. Al igual que la anterior, muchos son engañados en querer ver a una quimera, un ser monstruoso a los ojos de la carne, atendiendo a fábulas antiguas de seres extraños (como si Dios todavía estuviese creando bestias nuevas al día de hoy).

Antes de la lectura, correspondiente, quiero dejar en el Espíritu muy en claro que estas son SEÑALES que Juan vio en el Espíritu. Las analogías son porque él no tuvo la concepción del tiempo futuro en cuanto a las costumbres, usos y modus vivendi de los humanos mucho después de él, de modo que fue llevado al Mañana con el objetivo de ver lo que ahora acontecería (de alguna manera él vio lo que estamos viviendo ahora de manera muy general). El tiempo corrió rápido para que pudiese ver lo que era necesario documentarse, pues lo importante para el Señor Jesús es dejarnos el camino a seguir ya pavimentado y no extraviarnos. Por eso existen estas señales, es cuestión de saberlas leer correctamente. Sin más, lo escrito es:

11 Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón.

12 Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada.

13 También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres.

14 Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió.

15 Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase.

16 Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente;

17 y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.

18 Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.

En este pasaje se habla de otra criatura nefasta, falsa imitadora del poder de Dios. Al igual que la primera, es poderosa en sí misma. Esta criatura no sale del mar, sino de la tierra (el conocimiento y corazón del hombre). Tampoco es creación de Dios, sino que el hombre envilecido al ser escucha fiel de satanás creó esta segunda bestia con toda la intención de tergiversar el don de Dios de saber y desentrañar asuntos propios de la naturaleza para su propia adoración.

Entonces, de nueva cuenta no hay seres fuera de este mundo o nuevos, sino que son espíritu. La figura verdadera del diablo es espiritual, no podemos verla, como tampoco a las bestias, falsas existencias aberrantes puesto que la revelación está en el lenguaje espiritual de Dios, de modo que lo que está escrito en Apocalipsis es conforme a lo que Dios ve, no conforme a como el humano pueda percibir en su física existencia, esencia, presencia, ciencia y sustancia.

Esta segunda bestia no es otra cosa que la tecnociencia, con sus dos cuernos (tecnología y ciencia) como de cordero (es decir, la mentirosa misión de hacer el bien y procurar la vida y la salud) pero que habla como dragón: buscar engañar a millones con sus artilugios, sabidurías, cultura y experiencias que llevan a no confiar en Dios, sino en el hombre mismo.

Esta segunda bestia hace “milagros” en cuestiones de salud, medioambiente, medicina, sociedad y economía desde que ha surgido. Ejemplos sobran: Medicina, psicología, matemáticas, lenguas, derecho, administración, mercadotecnia, ciencias de la tierra, astronomía, geología, geopolítica, política, informática, herramental, ingeniería, física, química, biología, filosofía, etcétera, etcétera, etcétera. A través de los años, toda “Sofía” -sabiduría que es un falso ídolo- emanada del hombre se ha estado alejando gradualmente de Dios, para dar lugar a otra falsa deidad: la ciencia -ese espíritu nefasto de dar una solución alterna a “Dios” de los sucesos en la naturaleza y sociedad-.

Con lo anterior NO DESCALIFICO el valor intrínseco de tales conocimientos, porque son herramientas ciertamente para ayudarnos entre nosotros y dar testimonio al mundo mientras estemos aquí en la Tierra; PERO el hombre natural y rebelde no tiene amor natural para con Dios y ellos se basarán en estos conocimientos (todos con fundamento bíblico) para dar a conocer “su verdad” de los hechos.

La situación de hacer descender el fuego del cielo es manipulando la naturaleza con artificios provenientes de la industria bélica. Cohetes, cañones, armas de largo alcance, satélites, balas que asombran y aterran multitudes (¿quién hará fiesta por estar en medio de una refriega marcial?). En el futuro no sabré decir cómo es que la pujante economía de la guerra “mejorará” para procurar “la paz y seguridad” del mundo, pero se llegará a tener más conocimiento del fuego, aunque no su control.

La imagen a la que se refiere el versículo 14 es una efigie representando a la religión. La idea actual del consejo mundial de iglesias es “estandarizar” la religión en un solo concepto de “Dios”. El demonio llamado “ecumenismo” trabaja incansablemente para unir a toda creencia (hoy todavía discordantes, opuestas y enajenadas las religiones) de modo sutil a la adoración a un solo “ser divino”, la idea y concepto de Dios por fin en un solo simbolismo para que ya no haya guerras entre naciones y sí detectar a los “anarquistas” -es decir, a los creyentes fieles en nuestro Señor Jesucristo- para poco a poco convencerlos, engañarlos, criticarlos, conminarlos, denunciarlos, perseguirlos, atraparlos y matarlos.

Y esta imagen que recibe “vida” será un nuevo ídolo fabricado por la tecnociencia y la religión con inteligencia artificial desarrollada, como ahora los motores de ajedrez emulan y superan “el raciocinio humano a nivel Dios”. Esta imagen es el concepto del hombre de Dios en estado físico, olvidándose del Creador que es espíritu y es eterno, deshaciéndose de la molesta doctrina del Hijo de Dios, incómoda para toda religión por ser incompatible al no permitir que cometan sus tropelías pues redarguye de pecado.

Este ídolo humano tendrá inteligencia para poder pensar “por sí mismo” gracias a los avances del conocimiento humano en aquel futuro cada vez más cerca y podrá tomar decisiones de exterminio de los contrarios a “su existencia y culto”. Toda sociedad, unida por cuestiones políticas, económicas y religiosas, estarán impelidas en una sola nacionalidad, la cual es la marca de la bestia, una especie de código identificador. Muchos dicen que son vacunas y chips. Lo cierto es que el Espíritu no me da esa claridad interpretativa al día de hoy, así que dejo esta interpretación para luego que me sea revelado si es que es voluntad del Señor.

Pero lo que importa, amados hermanos, es que ustedes no se dejen engañar por falsos pastores, falsas iglesias, falsos ecumenismos y cordialidad religiosa, porque ese es el engaño del diablo para nosotros. La guerras y rumores de guerra son señal que todavía no viene esta tribulación humana, terrenal, física.

Es Jesucristo solamente, su palabra es verdad, vida y el camino al Verdadero. Lo demás son falacias estultas. Los amo, por eso escribo esto con toda la claridad posible para que sean hallados sabios velando y orando y no estén durmiendo siendo arrastrados por la corriente. Mientras no partamos de este mundo o el Señor venga por nosotros la lucha por la fe y el testimonio de nuestro Señor Jesucristo estará vigente.

La paz, el amor y la verdadera ciencia y sabiduría, además de que la fe estén ciertos y puestos firmes en su espíritu amados lectores, amén.

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