Que la gracia, la sabiduría, la paz y el amor de nuestro Señor Jesucristo sean plenos y rebosantes en ustedes, amados hermanos, amén.
En Mateo 13:31-32 hallamos un mensaje lleno de sabiduría espiritual la cual proporciona nuestro amado Señor Jesucristo para todo aquél que crea en él. El reino de los cielos, como hemos dicho ya no pocas veces, se refiere al poder de Dios en la Humanidad creyente, cuando Dios vive dentro de nosotros y el Señor Jesús cena con nosotros en nuestro corazón y se refleja en el dominio de nuestro entorno, el avistamiento de nuestro cambio y la subsecuente réplica de los testigos humanos. Podremos establecer que los ríos de agua viva fluyen de este creyente en plenitud hacia sus prójimos y el testimonio no es de dominio privado, sino público y favorable a los asuntos del reino de Dios precisamente. Leamos.
31 Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; 32 el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.
En esta primera imagen* podremos apreciar lo que Jesús menciona respecto a la analogía del reino de los cielos con esta planta.
Enseña que el poder nace de cero, debe existir un crecimiento gradual -que lo da Dios, conforme a 1ª Corintios 3:6-7 6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. 7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. El reino de los cielos es un ente vivo en nosotros, como la mostaza y su función es hacer el bien para que muchos sean alcanzados por la gracia de salvación y los otros sean notificados una vez más para el juicio del Trono Blanco no tengan excusa que no fueron advertidos.
Vemos la imagen de la derecha y de ser la minúscula materia amarillenta es la hortaliza más grande que se hace árbol y da sazón a la vida de muchos.
Por esto el Señor Jesús compara al reino de los cielos con esta planta, porque su sabor es muy penetrante y fuerte: el deleite de muchos y el asco de otros.
No es para todos la fe, no es del gusto de todos la mostaza. No obstante, existe y está. Aprendamos de la sabiduría eterna de nuestro Maestro, el Señor Jesucristo, poderoso Hijo de Dios, quien nos ilustra de forma excelsa que el poder del reino de los cielos alcanza su plenitud y sobrepasa la esencia humana, como se puede ver la masa del árbol con respecto al cuerpo del adulto en la ilustración.
Ahora bien, las aves del cielo que vienen y anidan en sus ramas son prójimos que necesitan del alimento espiritual: las semillas. Otras vienen a degustar los favores espirituales que da el tener convivencia con estos creyentes fuertes y poderosos. Esto es lo que goza a nuestro Padre y a nuestro Señor Jesucristo: que seamos plenos en esta dimensión para la honra y gloria de Su Majestad en los cielos.
Que el amor, el gozo, la gracia y la paz del Señor Jesús esté en su espíritu, amados hermanos, amén.
*Imagen obtenida desde https://depositphotos.com/
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