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Foto del escritorCuerpo Editorial

Hacer el bien al prójimo.

Que el amor, la gracia y la paz de nuestro amado Señor y Salvador Jesucristo, Hijo de Dios, sea en todos ustedes amados lectores y creyentes, en su espíritu, amén.

Pasado el impactante evento donde muchos falsos seguidores y convenencieros le dejaron de seguir porque nuestro amado Señor Jesús exhibió su necio interés por las cosas de abajo y los dejase en una bochornosa situación de vergüenza y descaro, llega el sábado y ahora los fariseos maquinan conspiraciones contra el Mesías.

En este episodio narrado en Mateo 12:9-14 se da cuenta que Jesús realizó una obra de amor, misericordia y fe para seguir poniendo en perspectiva lo que Dios demanda en estos días del Hombre. Leamos lo que dice el pasaje en relación:

9 Pasando de allí, vino a la sinagoga de ellos. 10 Y he aquí había allí uno que tenía seca una mano; y preguntaron a Jesús, para poder acusarle: ¿Es lícito sanar en el día de reposo?[f] 11 Él les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si esta cayere en un hoyo en día de reposo,[g] no le eche mano, y la levante? 12 Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo.13 Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra. 14 Y salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle.

Llega Cristo a la sinagoga de ellos, NO para convivir, sino para dar su testimonio de poder encima de tradiciones, mandamientos humanos y religiones. Está la situación de un hombre con la mano seca, entre ellos. Aclaro que el hombre no buscaba ser sanado y no pidió ser sanado, sino que los fariseos lo usaron como excusa para tentar a nuestro Señor Jesús.

El pecado de estos seres perversos es dudar de la legitimidad del bien en su naturaleza y existencia por encima de moralismos, convencionalismos o falsa ética. ¿Desde cuándo hacer el bien está mal? ¿Por qué debe ser limitado el hacer el bien al prójimo? Pues esto mismo trataron de emboscar al Señor Jesús con este sujeto presente.

Y el Señor magistralmente -como siempre- con la misma ley les hace añicos su postura inhumana y miserable cuando los deja en ridículo de que todos ellos serían capaces de romper su tradición de tener un animal suyo en desventura para procurarle un bien. ¡Sí, un animal! Pero a este hombre no podría hacerle un bien “porque es día de reposo”.

La lección para nosotros es que no debemos aceptar “peros” de alguien para dar testimonio o hacer el bien, porque el Poderoso es nuestro Padre que nos revela que estamos en tal o cual lugar para realizar alguna acción de amor, misericordia, oración, ayuda, etcétera.

No podemos ser limitados por regla alguna, si bien en el Espíritu debemos estar sujetos en lo que sea debido, también cuando el mismo Espíritu nos inspire, hacer las obras de fe con amor con propiedad y holgura.

Regresando a los hechos narrados por el apóstol Mateo, el mismo Señor les responde a pregunta expresa que sí es lícito sanar o hacer el bien al prójimo aún en día de reposo. El día de reposo se hizo para descansar, no para dejar de hacer el bien. Y con una acción tan simple como: “Extiende tu mano” se hizo el milagro para estupefacción y frustración de ellos. ¡Entre su misma gente obraba el poder sanador de Jesús! No había impedimento alguno, donde él quería se hacía el bien.

Por eso acordaron destruirle, porque su castillo de naipes teológico se derrumbaba y quedaban al desnudo como seres delincuentes de la ley. El Señor Jesús en su misma sinagoga les demostró que su palabrería religiosa era nada y nada.

Por esto mismo, amados lectores les recordamos que somos seres de luz por gracia de Cristo y por tanto, hacer el bien tiene que ser nuestra carta de presentación ante el mundo, no importando si incomodamos a perversos.

Que el amor de Jesucristo sea en ustedes, amados hermanos nuestros, en su espíritu, amén.




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