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Exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe - Parte 3

Que el amor, la gracia, el poder y la paz del Señor Jesucristo sea en ustedes amados creyentes y ovejas de nuestro Señor Jesucristo, amén.

Continuamos con la lectura de la carta del apóstol Judas escrita a todos nosotros quienes somos hijos espirituales de Dios por la fe en nuestro Señor Jesucristo.

Es necesario que comprendamos, amados hermanos, lo vital que es mantenernos puros. Recordando el pasaje de las diez vírgenes en Mateo, se lee que cinco de ellas no entraron en las bodas y éstas representan tanto a los malos obreros, apóstatas y falsos ministros de Cristo como a sus prosélitos, es decir, fanatizados seguidores. Por esto el Espíritu, justo antes de leer el libro profético de Apocalipsis, es en extremo enfático y estos escritos son testimonio de tal efecto. Así, tanto como para el Espíritu Santo como para mí, el hermano en Cristo que escribe inspirado por el mismo Espíritu Santo, no habrá excusa que todo quien lea estos mensajes de exhortación exima ignorancia al respecto.

Cuidar nuestra fe y la de nuestra congregación es vital.

Se inicia con el versículo 8, donde se explica que estos perversos mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores.

Por mancillar la carne se da a entender que procuran la esclavitud cruel de todos los miembros de un grupo social. Estos maldecidos por Dios usan cualquier estratagema: vía legal, psicológica, sexual, económica, física para reducir la autoestima, el yo, la inteligencia, el sentido común, el instinto de supervivencia, el deseo de libertad, la independencia y la autonomía (todas dádivas de Dios al nacer a toda carne) de tales desdichados individuos hasta alcanzar el nivel cero, que es el punto exacto de la singularidad maldita -ser prosélitos-. Por esta razón un prosélito es doblemente condenado al fuego del infierno: primero, porque dejó perder todos los regalos que Dios como Creador le dio al nacer por ingenuidad y voluntad propia; y segundo, porque se entrega en cuerpo, alma y mente a los deseos de su nuevo señor, el apóstata, ignorando que poner a un hombre como deidad en lugar de Dios es idolatría pura.

En cuanto a rechazar la autoridad, se refiere a que estos personajes del mal son opositores a todo orden donde ellos no sean la cúspide del poder e influencia. Es decir, al igual que el diablo, pretenden ser Dios y ocupar el lugar que le corresponde a nuestro Padre dentro de las congregaciones. No hay más revelado que ellos, no hay más reglas que las de ellos e imponen un sistema autocrático, cerrado, tiránico y religioso. Por tanto, son sectas creadas y todos quienes no escapan a tiempo se quedan encerrados.

Al blasfemar de las potestades superiores, ellos creen tener poder para cambiar las cosas o el devenir de los tiempos. La fe de ellos está muerta, pues se pervirtió al dejar que la maldad tuviese cabida en su corazón. Todas sus arengas son golpes al aire pues tiene cero comuniones con Dios, son cabritos malditos por Jesucristo y el Espíritu Santo no les inviste. Hablan de Dios como si le conocieran, inventan títulos y relaciones con Dios, desconocen al Padre y no le confiesan como tal de corazón. Hablan falsedades de nuestro Señor Jesús, se dirigen a él con irrespeto y se burlan de su santo nombre confesándole en vano. Creen tener el Espíritu Santo cuando en realidad son espíritus de error, su misma soberbia los embrutece y fingen poderes extraordinarios, simulan milagros, practican la adivinación y rentan voluntades. Todo lo que pueda servir para hacer de la fe un show lo harán sin reserva alguna. Otra razón más por las cuales son condenados.

Incluso, su torpeza es tal que no se dan cuenta que ni aun los seres espirituales están al servicio de nuestro Dios, el Padre. Refiere el caso el Espíritu de la disputa entre el arcángel Miguel y el diablo mismo por el cuerpo de Moisés, pudiendo proferir un juicio sobre él no lo hizo, sino que lo enfrentó a su Creador: “El Señor te reprenda”, mostrando sabiduría y conocimiento que mayor es Dios por sobre todas las cosas. Acerca del por qué disputaban el cuerpo de Moisés, es porque el diablo bien podría haber manipulado su muerte y poner al entonces pueblo de Dios en contra de Dios mismo con alguna argucia.

La blasfemia es un dije de muerte que desengalana y distingue negativamente a estos impíos. Decir argumentos sin sustento, al calor de un sentimiento engañoso, licor, sustancia química tanto de asuntos espirituales como terrenales, el Espíritu los denuesta como animales irracionales, es decir, no tienen control, carecen de inteligencia humana y actúan bajo pasiones aberrantes por eso cuando los oigamos el Espíritu Santo dentro de nosotros activará focos rojos y alarmas para acallarlos tan pronto como sea posible.

Luego, en un ay engloba tres aspectos espirituales sobre los cuales se sustenta la sentencia condenatoria por adelantado en su juicio de perdición:

Siguieron el camino de Caín. El camino hacia la vida eterna es nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios. El camino opuesto, es el de perdición de Caín. Ellos nunca visualizaron siquiera cruzar la puerta de vida. Desde un principio andan en el camino de Caín, asesinos de almas, perdedores de humanos y estorbos de la obra redentora de la Deidad, justo como maestro, Caín, hiciese al principio de los tiempos. Nosotros no podemos matarlos -como Caín así intentó justificarse ante Dios que alguien buscase su vida así ellos simularán persecución- pues Quien vengará todas sus fechorías será nuestro Padre en su rol de Juez Justo.

Se lanzaron por lucro en el error de Balaam. El dios mammón siempre ha estado presente en las tragedias humanas. Pues estos, por dinero hacen lo que sea: mentir, engañar, sobornar, cobrar, robar, matar, estafar, esquilmar a quienes se dejen. Para ellos, el dinero lo es todo. La codicia, envidia y la parafernalia dictan sus actos. Todo lo que implique poder y riqueza lo añoran. Así como Balaam por unas piezas de plata pervirtió su don de profecía al escuchar a los emisarios de Balac, así estos son capaces hasta de lo más bajo para simular conexión con Dios. Entonces con esta característica sellan su destino opuesto a la vida que da el Señor Jesucristo y como burra tendrán a sus cauterizadas conciencias, a quien tratarán de moler a palos. Triste destino de estos infelices.

Finalmente, profetizado y realidad espiritual es que perecieron en la contradicción de Coré. Coré fue un líder tribal que se opuso al designio de Dios de seguir y obedecer al patriarca Moisés. Él, justo con su familia nuclear y otros seducidos por sus palabras, pretendió tomar por asalto el control del pueblo con base en contradecir los dichos mosaicos, en esos entonces inspirados por Dios. Ya en uno de los primeros blogs se habla del pecado de la rebeldía, recomiendo leerlo para tener más conciencia por qué Dios no tolera este pecado en lo absoluto. Pero, así como Coré fue tragado vivo por un socavón que engulló en unos instantes a él, los suyos y los seguidores junto con todas sus pertenencias así nuestro Dios y Padre corta de tajo limpio toda relación con estas materias espirituales de muerte, de quienes le niegan a Él, así como a su tiempo quienes invalidan el testimonio, la doctrina, la vida y el poder de nuestro Señor Jesucristo en toda época posterior a su ascensión.

Son suciedad para Dios, contaminan los ágapes espirituales mandados por nuestro Señor Jesucristo, no guardan pudicia o pudor algunos siendo sus propios provisores, es decir, solo se procuran a sí mismos en detrimento del resto. El mismo Espíritu Santo les sustantiva como sigue, a manera de ayuda visual sobre el porqué de su inútil propósito de etapa en esta vida:

Nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos: Son personas quienes no tienen acceso al agua de vida que es Jesucristo dentro de nosotros. Por tanto, no dan vida, sino que estorban a la luz, quién es Jesucristo. Ellos ocultan a Jesucristo con su presencia y por eso engañan diciendo son enviados y revelados. Llevados por todos lados por vientos, con espíritus de error, mentira y embuste que los traen por la vida inventando evangelios, transgrediendo el honor de la Verdad de Dios. Nada bueno hay en ellos.

Árboles otoñales, sin fruto; dos veces muertos y desarraigados: Si la vid, la planta de la cual vivimos nosotros los pámpanos es Jesucristo, estos son su contra tesis: árboles otoñales -es decir, secos, sin vigor, vida o follaje (testimonio) que les distinga, seres afeados- que no dan fruto (es decir no son depositarios del Espíritu Santo) por tanto cualquier espíritu de error habla a través de ellos y sus obras nunca jamás son de Dios ni testifican de nuestro Señor Jesucristo; dos veces muertos y desarraigados, porque en la vida terrenal están muertos espiritualmente y están echados en tierra horizontalmente no sirven más para estorbar a quienes caminan cerca de ellos y espiritualmente muertos porque ya han sido condenados por prestarse a desviar y perder almas por la locura de ellos de tener poder a costa de lo que sea y abusan del evangelio para tal propósito.

Fieras ondas de mar que espuman su propia vergüenza: Son fuerzas opuestas al equilibrio espiritual, la vida y la paz de Cristo. Sabiéndose indignos de la vida, se escudan y esconden del poder de Dios desde sus trincheras ideológicas, se ocultan en sectas y séquitos de zombis espirituales (prosélitos) desde donde profieren sus palabras de mentira. Su rabia les hace espumar de continuo y se esfuerzan por crecer y engañar antes de que se mueran. Solo eso les da consuelo, tener fieles escuderos que les defiendan aquí ¡Ojalá pudieran defender algo!

Estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas. El propósito de esta analogía se encuentra en la profecía que Dios puso al hombre un límite en sus habitaciones y fijó el número de sus días. Así también fijó toda naturaleza y realidad creada en su tiempo-espacio-materia. Pero a estos hijos de perdición no les concedió esto, sino que deambulan por toda su pecaminosa y desquiciada manera de vivir. Estas estrellas son meras sombras, ridículas imitaciones de la Estrella Resplandeciente de la mañana (nuestro Señor Jesucristo). Estos son los anticristos -además- de los que hablaba el apóstol Juan. Vienen a ser la antimateria espiritual, o sea entes que drenan vida sin poder asimilarla para sí. No dan luz, sino que la roban como agujeros negros. La oscuridad y la tiniebla son las formas en cómo se les distingue, incluso a plena luz del día sus malas acciones resaltan.

Y si todavía todo lo anterior no le basta para comprender por qué los apóstatas y anticristos son despreciables y aborrecidos por Dios, lea esto:

14 De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares,

15 para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.

Todo este gremio de almas impías, al final de los tiempos en los Justos juicios del Gran Dios, serán exhibidos, procesados y condenados conforme al Derecho Divino que Dios predispuso durante el Juicio del Trono Blanco. Tanto por resistirse a Él como por haber negado el santo nombre de nuestro Señor Jesucristo, además de las almas que se pierdan por causa de ellos. Tres crímenes de Estado: sedición, anarquía y homicidio. Y como despreciaron al abogado fiel, Jesucristo, la Fiscalía tendrá toda la evidencia escrita y a la mano y con esto no habrá escapatoria ni oportunidad de indulto.

Finalmente, en el versículo 16 les agrega adjetivos calificativos para completar el perfil espiritual de estos seres del mal:

Murmuradores: Es decir, hablar mal de los hermanos a sus espaldas para crear divisiones sobre las cuales pueda manipular a ambas partes a su antojo.

Querellosos: Personas enemigas de la paz, buscan crear auténticos lugares de caos, pleitos y anarquía dentro de las congregaciones para tomar por asalto y golpe de estado el control de tales congregaciones.

Andan según sus propios deseos: Nada les satisface más que procurarse a sí mismos y que los demás los atiendan a cuerpo de rey. Solamente su deseo vale y procuran que el resto les supla sus necesidades.

Su boca habla cosas infladas: Mentir exagerando, chantajear tergiversando o prometer falacias es su mejor hábito. Su boca no la refrenan, sino que da lengua suelta a todo mal pensamiento, deseo y voluntad ajena a Dios, contradiciendo lo enseñado por el apóstol Santiago por el Espíritu en su carta.

Aduladores: Bueno, a cualquier ingenuo que se deje, le seducirán con palabras falsas y lisonjeras para entrar en su vida y así iniciar la operación pillaje. Aun sea hablar cosas tergiversadas del evangelio de Cristo, si procede, así se hará por esto malévolos.

Y todo esto, con lujo de detalle se ha explicado por revelación del Espíritu Santo porque, a pesar de lo explícito y lo directo, la verdad es que muchas congregaciones están infestadas, infiltradas, siendo divididas y destruidas por estas bestias irracionales. Irónico que viendo no ven, leyendo no entienden y oyendo no oyen algunos incautos.

Es voluntad del Padre se escriba esto, comisión del Señor Jesús e inspiración del Espíritu Santo salga a la luz en el sitio web. Apelo nuevamente a su conciencia en el Señor y le encarezco, cuide que en sus congregaciones solamente se hable de la sana doctrina del Señor Jesucristo. Nuestra fe debe siempre permanecer pura, cimentada en el conocimiento primario que somos hijos espirituales de Dios por la fe en Jesucristo, que creemos que Jesucristo es el Hijo de Dios y que le levantó de entre los muertos, resucitando al tercer día y que le confesemos con fe que es nuestro Señor, Salvador y Maestro.

Dejo a su meditación posterior lo contenido entre los versículos 8 y 16 de esta carta de Judas.

La paz, el amor, la gracia, la inteligencia y la sabiduría del Señor Jesucristo sea en ustedes, amados, amén.

8 No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores. 9 Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda. 10 Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales. 11 !!Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré. 12 Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; 13 fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas. 14 De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, 15 para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él. 16 Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho.

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