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El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba. Parte 3. 

Que el amor, la gracia, la paz y el gozo de nuestro Señor Jesucristo sean plenos y rebosantes en ustedes, amados hermanos, amén.

Por la gracia del Espíritu Santo cubrimos las dos primeras partes: la primera de Mateo 19:1-6, la anterior segunda en Mateo 19:7-9 y cerramos este instructivo pasaje en Mateo 19:10-12 el cual describimos a continuación.

10 Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse. 11 Entonces él les dijo: No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado. 12 Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba.

Este tercer pasaje dentro del relato en Mateo nos comunica que los judíos al ser exhibidos se van y no se quedan, porque no solamente quedaron enseñados, sino que además fueron descubiertos como adúlteros de la fe porque prefirieron la vanidad y el poder político y económico antes que el poder de Dios. Con su propia ley tanto en la vida terrenal como en la espiritual fueron hallados faltos y fatuos.

También los discípulos oyen y se quedan perplejos, pues al racionalizar la palabra sin la ayuda del Espíritu Santo, inobjetablemente deducen que la palabra es dura e irresistible. Mencionan que mejor es no casarse. En la carne es complicado guardar amor, fe, fidelidad y dignidad.

Pero el Señor Jesús comenta que la regla es casarse y la excepción no hacerlo, es decir, ser eunucos (no usar el miembro viril para cuestiones de reproducción o placer). Y claramente dice que no a todos les es dado NO CASARSE y la mayoría sí están habilitados para ejercer su sexualidad en el matrimonio. Con esto, se cierra la puerta a relaciones fuera del matrimonio tanto para creyentes como para inconversos.

Y explica por qué. El hombre tiene la instrucción del Padre: Creced y multiplicaos, y mientras no encienda fuego destructor a esta creación así habrá de hacerse. Entonces sobre todos cae esta ley, MENOS a los eunucos -quienes no fueron creados para reproducirse, sino para otras funciones en la vida-.

Y el Señor Jesús menciona que hay eunucos que nacen así desde el vientre de su madre: quienes tienen alguna enfermedad, mutación, anomalía congénita o situación hormonal, falta de deseo sexual o bien falta de manifestación genital que no ejercen su sexualidad.

En segunda instancia, quienes son hechos eunucos por los hombres, personas mutiladas, engañadas por ideologías, religión o trauma psicológicos, débiles mentales, quienes tengan una mala experiencia o se auto inducen a un celibato son quienes deciden no practicar su sexualidad.

Y el tercer tipo de eunucos, son los que Dios toma para el servicio a Él. Personas específicamente creadas para llevar la palabra de Dios a través del evangelio del Señor Jesucristo quienes teniendo fisiológica, anatómica y psicológicamente la facultad de ejercer su sexualidad no la ejercen porque tienen un deber espiritual -que el deseo sexual no existe en ellos- para que estén preparados en su misión. Ellos se constituyen como padres de muchos creyentes y tienen hijos espirituales, pero son pocos y son consagrados de Dios al no tener deseo por mujer sino para servir.

Así también se echa por la borda la hipocresía de “solteros” porque se cae en la tentación de tener relaciones fuera de matrimonio y caer en pecado y derrota espiritual.

Por eso el título de esta entrega, porque recibimos del Creador una potestad y hay que tomarla, la que sea. Ser casados o permanecer solteros, pero es para la honra y gloria del Señor y no para agradar a la carne de manera mundana. Ya posteriormente el apóstol Pablo abordará estos temas con más amplitud, pero baste saber que después de oír esta palabra, quedaron los discípulos satisfechos y consolados.

Y, de hecho, la potestad del cielo es no casarse para efectos de cuidar los intereses del reino. Este don es para los próximos ministerios, que tienen gran recompensa. Por eso el Señor Jesús lo dice porque él se proveerá de estos amigos fieles suyos que lleven su evangelio a las futuras generaciones.

Esperamos amados hermanos que el Señor por medio del Espíritu tenga a bien guardar esta palabra en las tablas de su corazón y así lo enseñen.

Que el amor, la gracia y paz del Señor Jesús sea en todos ustedes, amados hermanos, amén.

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