top of page
Foto del escritorCuerpo Editorial

El que pierde su vida por causa de mí, la hallará

Que el amor, la gracia y la paz del Señor Jesús sea en todos ustedes amados, en su espíritu, Los hermanos acá en México les enviamos un fraternal saludo amoroso, instándoles a no negar el nombre de Jesucristo, nuestro Señor, Salvador y Maestro.

Nuevamente el copista hace de las suyas, rompiendo el orden espiritual de las cosas, porque el Señor Jesús NO ES CAUSA DE DIVISIÓN como rótula el pasaje hallado en Mateo 10:34-39. Pero antes, leamos el contexto:

34 No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. 35 Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; 36 y los enemigos del hombre serán los de su casa. 37 El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; 38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. 39 El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.

Después de leer el contexto “causa de división” no es lo que el Señor Jesús vino a realizar: dividir. Vino, sin embargo, a separar, a tomar lo elegido y a desapegarnos de ataduras terrenales. Dice el 34 que no viene a traer la paz sobre la tierra porque, si la tierra está henchida de pecado y muerte ¿para qué traer la paz en un estado miserable? Además, dentro del contexto “restaurar todas las cosas” es renovar, volver a configurar, construir de nuevo, crear algo mejor y por tanto el anterior debe dejar de existir.

Y dice que viene a traer espada y no paz, porque el mundo no quiere ser restaurado, no quiere ser renovado para agradar a Dios. Entonces el que divide es el mundo, el que se rebela contra quienes quieren ser restaurados en el nombre de Cristo es el mundo dado que, a la verdad, Jesús fue enviado a cumplir con esta promesa, más el diablo con el mundo se oponen y dividen a la Humanidad en contra del Cordero Inmolado.

Y luego el 35 dice: disensión. No dice división, y estos dos conceptos no son iguales. Entonces la relación entre un padre y su hijo es de opiniones opuestas, uno de ellos sigue a Cristo y el otro familiar se opone a que lo haga. Entre las mujeres es igual, al mencionar a una madre con su hija, además el pasado con el presente con la suegra y la nuera. Al decir que los enemigos de un hombre serán los de su casa, se refiere a todos aquellos que son llamados a la fe y dejan a su familia porque no estarán de acuerdo con tal decisión y les hacen la vida imposible.

Y tan así esta situación que el mundo divide es que el Señor Jesús enuncia: el que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí. Meditemos, si cuando hemos tenido noviazgo de jóvenes y la pareja prioriza quedar bien con sus padres y no en tener algo serio con nosotros ¿nos quedaremos con esa persona? Naturalmente no. Tampoco el Señor Jesús, por eso dice: no es digno de mí, pero por cuanto ese hombre tiene preferencia en agradar a sus padres y no en seguir a Cristo. Luego también dice: el que ama más a hijo o a hija más que a mí, no es digno de mí, donde ahora los hijos pueden amenazar a sus padres de no creer, so pena de complicarles la vida.

Tanto en los grandes como en los jóvenes tienen la decisión: seguir a Cristo a pesar de que su familia esté en total desacuerdo o bien, quedar bien con ellos y dejar al Señor como plato de segunda mesa, lo cual no es digno él de semejante desprecio.

Dejar familiares y personas de gran apego es ciertamente difícil, por eso el Señor lo compara con llevar una cruz (la natural aflicción de soportar a familiares molestos a continuo). Quienes no quieran pagar ese precio y prefieran la comodidad de complacer a sus familiares inconversos no son dignos de tener las marcas de nuestro Señor y ser salvos.

Si para ellos es vida tener paz con su familia perversa, pecadora y muerta espiritualmente, esa vida que ellos consideran aquí les llevará a la perdición inexorablemente, por cuanto no se juzgaron dignos de aspirar a algo mejor: la eternidad con nuestro amado Jesucristo, Hijo de Dios.

Y en consecuencia, quien pierda su vida, es decir, preferir soportar la incómoda relación con su familia, pero sigue a nuestro Salvador a pesar de lo que sea y quien sea, estará en la vida eterna junto con aquel a quienes despreciaron muchos condenados.

Concluyendo, lo que divide es el mundo que pretende obligar a las almas a tener una vida pasajera y vana, a cambio de una falsa paz y temporal bienestar.

Lo correcto, bueno, conducente y necesario es padecer males por un poco de tiempo aquí en la tierra donde la espada de estar en disensión se da por la intolerancia de que el nombre de nuestro Redentor Jesucristo sea confesado, creído y seguido.

Que el amor, la paz, la gracia, el amor del Señor Jesucristo sea en todos ustedes, amados hermanos, amén.

Comentarios


bottom of page