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El mar de vidrio y los vencedores.

Que el amor, la gracia y la sabiduría espiritual del Señor Jesucristo sea en su espíritu, hermanos, amén.

Comenzamos ahora el breve, pero lleno de contenido en Apocalipsis 15:1-4, acaecido después de la siega del capítulo anterior.

En este tiempo, después de la venida de Cristo y después de haber hecho la siega de los hijos de Dios, recolectándolos y llevándolos a los aires donde son restaurados en su nuevo cuerpo espiritual e incorruptible aparece una señal a nuestro amado hermano Juan que vienen los segadores, siete ángeles a segar la vida de muchos quienes no han muerto y están ordenados para ser rebeldes por las plagas que más adelante se anunciarán. Por lo pronto destacar que cada uno lleva consigo una plaga con la cual se consuma la ira de Dios sobre esas almas contumaces.

También, una especie de visión de un mar de vidrio mezclado con fuego con quienes obtuvieron su victoria de no caer ante la bestia, su falso profetas, no siendo marcados con su sello ni con el número, pero sí sobre dicho mar con arpas de Dios.

Estos hermanos poderosos son quienes habrán de entonar un canto, tanto de Moisés como del Cordero, porque son los dos testimonios que Dios dio, al pueblo con su mayordomo y al mundo con su Hijo heredero de todo.

Este canto es maravilloso, porque relata el poder a través de los tiempos de Dios de buena obra basada en amor. Además, justos y verdaderos porque no son acciones vacías y nadie puede negarlos o deshacerlos, declarando a nuestro Padre como Rey de los santos.

Además, es una proclama de absoluto dominio sobre la creación y es digno de ser alabado por toda criatura que respire, incluso el mismo enemigo le temerá -aunque siga buscando cómo vencer a Su Hacedor-.

Todo ser viviente le ha de reconocer como Santo (apartado de mal) siendo que las naciones le han adorado desde que fueron creadas postradas en sus rodillas -figurativamente hablando, pues cada nación es un espíritu dado por Dios, sobre todo las últimas al ser patente la inigualable presencia e influencia del Dios Vivo, como Juez Justo y airado.

Es así que, después de que el Señor venga por nosotros, la hora del juicio llegará y no habrá escapatoria ni prórrogas, pues estos ángeles vienen a la Tierra para que el juicio de Dios se dé como Él así lo ha dispuesto.

Anexamos lo redactado en Apocalipsis 15:1-4.


15 Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios. 2 Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios. 3 Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. 4 ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues solo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado.

La paz, el amor y la gracia del Señor Jesucristo es con ustedes apreciables hermanos y ovejas dispersas de Cristo, amén.

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