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El cumplimiento de las profecías.

En el Espíritu deseamos que el amor, la paz, la gracia y la fe en el Señor Jesucristo sea en su espíritu, hermanos lectores nuestros, amén.

Iniciamos este número con lo escrito en Mateo 8:14-17 que dice así:

14 Vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste postrada en cama, con fiebre. 15 Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía. 16 Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; 17 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

En este pasaje el copista -como siempre con sus agregados erróneos- agrega en el título del mismo que lo importante es que fue la suegra de Pedro fuera sanada, como si eso sea relevante.

No es así.

Después de un largo día de estar en el ministerio, dice la escritura que el Señor fue a posar a la casa del discípulo Pedro donde estaba su suegra con fiebre. La obra era dar señal del cumplimiento de Isaías 53, el capítulo prohibido para el sectarismo judaico.

Esto es lo conducente señalar, porque Jesucristo vino a la casa de Su Padre, el pueblo para sanarlo y restaurarlo y este, como la suegra levantarse a servirlo. La suegra representa al remanente de Israel.

Después menciona la profecía exacta en el versículo cuarto en donde por el Espíritu Santo que todos los enfermos llevados fueron sanados sin más y echados fuera demonios de otros. Es decir, por Jesucristo nadie se quedará sin su bendición y prueba de ello fue el Espíritu Santo redactando este mensaje.

Así pues, este mensaje es para el pueblo que sigue extraviado y no dejan que el Señor Jesús cubra sus heridas y con base en esa profecía gane más privilegios.

Que el amor, la gracia y sabiduría de Cristo Jesús, Señor nuestro sea en ustedes amados, en su espíritu, amén.

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