Editorial 563 - El amor ¿Es una fecha?
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- 15 feb
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Amados hermanos deseamos que la paz y gracia del Señor Jesucristo sea plena en esta hora. Que su gracia, amor, paz y sabiduría sobreabunde su espíritu, amén.
Como ya es del conocimiento público de la iglesia, el mundo inspira muchas de sus ideologías celebraciones, usos y costumbres en mandamientos de Dios o en sus leyes para buscar abominaciones con tal de crear señuelos distractores de la honra y alabanza a Él.
En el marco del “día del amor”, resulta que hay que comprar cosas, crear festividades y celebraciones, hacer fiestas o reuniones pero son flores de un día que al siguiente día se marchitan y dejan sucio el jardín de la realidad.
Se profesan amor, cariño, lealtad, compañía, pero después con sus hechos destruyen tales actos artificiosos como vacuos.
Dios nunca pidió que el hombre constituyera días para las cosas, sino que Él pidió que celebremos su más grande ofrenda de amor: la muerte de Su Hijo en un madero para que la Humanidad fuese salva de su propia maldad. Pero esto no se ve como un acto de amor, sino religioso, mercantil, social y hasta de debate.
El mejor acto de amor y el mundo hasta eso tergiversa en “pasiones”.
Amados, para nosotros el amor es diario, es cada segundo y es en cada prójimo. Para el mundo es una cena, una tarjeta, una flor, una canción y listo.
Así que ya sabemos. Obedezcamos al Señor en Su palabra. Y gradualmente seremos liberados de estar atados de ese yugo tan atrayente de los efluvios de pecado que constituye celebrar al amor en un día. Por el Espíritu cada quién sabrá el modo y la manera de renunciar a ser comparsas de cosas vanas.
Que el verdadero amor, la gracia, la misericordia y el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo se pleno en ustedes amados hermanos, amén.
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