Que la gracia, paz y amor del Señor Jesucristo sea en todos ustedes, amados hermanos, en su espíritu, amén.
Amados hermanos, sabemos de sobra que todos los líderes y autoridades son puestos por Dios para Su obra de gobernabilidad. Estos líderes tienen la autoridad de Dios debajo de los cielos para que gobiernen en la esfera terrenal. Es decir, que en la medida de su conducta sirvan poniendo el orden y procurando la justicia, paz, equilibrio y seguridad en cuanto al orden público se refiere. Alianzas, acuerdos y apoyos entre naciones es lo esperado.
Ya vimos que el Señor Jesús en el blog anterior declaró: dad al César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios. Pues esto aplica a quienes están sobre autoridad: su deber es atender los asuntos propios de lo social, lo humano y lo terrenal y dejar lo espiritual a la iglesia del Señor Jesucristo en cada territorio llamado país.
Se juntan los líderes y discuten asuntos diversos, tendiendo según ellos a platicar y reflexionar sobre los temas importantes a diferentes plazos. Hacen bien en seguir una línea laica, si bien en lo privado y personal confesaran al Señor Jesucristo como el Hijo de Dios enviado a la Tierra diríamos fuera lo ideal, pues como jefes de Estado su oración tendría una validez especial.
Sin embargo, la misericordia del Gran Dios y Padre nuestro no requiere permiso ni anuencia de nadie y trabaja diariamente. En un mundo ficcionario que se juntasen para rogar al Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo se resolverían muchos problemas.
Pero no todos tienen la misma fe.
Entonces los líderes se juntan y charlan, pero no siempre resuelven la agenda. La iglesia es quien ata y desata, si es fiel en su encomienda de ver por las almas en su espectro geográfico. Vienen ya preparados para dar su discurso ya hecho y se firman acuerdos. La pregunta es, ¿por qué perder tiempo en banalidades?
Juntarse para charlar solamente no es lo adecuado. Los líderes deben ser cubiertos en oración constante para que el Padre les disponga astucia para detectar anomalías en el contexto presente, así en las cumbres habría mutualidad. Y no, lo escrito de guerra y rumores de guerra fue dicho precisamente porque estos líderes, conforme pase el tiempo dejarán de ser humanos y entregados al anticristo en los días postreros. Por ahora, basta realizar nuestra prueba de fe en la oración para que, cuando se junten para estrechar lazos de buena voluntad y no amenazas y que no se estorbe la obra evangelizadora del Señor Jesús.
Que el amor, la gracia y paz del Señor Jesucristo sea en su espíritu, queridos lectores, amén.
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