Que la gracia, paz y amor del Señor Jesucristo sea en todos ustedes, amados hermanos.
Amados hermanos establecidos en aquella nación del Norte: gracia, paz y salud. Amén.
Estamos convencidos que los tiempos de Dios están hechos para ir modificando los planes de evangelización, es decir, la propagación del mensaje de reconciliación con Dios mediante el Señor Jesucristo, tras confesarle como el Hijo de Dios y creer en que él es el Señor que resucitó al tercer día.
En aquella tierra, la cual alguna vez el mundo bautizó como “el país más cristiano del mundo” sucede todo lo opuesto. Hay mucha fragmentación en las congregaciones, mucha leuda al interior de las iglesias y demasiado apego a órdenes humanos más que al andar en el Espíritu Santo.
Hermanos amados. Sean celosos de su fe, nunca nieguen al Señor Jesús y huyan de vientos de doctrina que adormecen a muchos en sutilezas diabólicas. El nuevo pacto es lo que tenemos de seguir, obedecer y gozarnos. No cedan amados, al constante ecumenismo disfrazado de paz entre religiones, no caigan en la trampa del evangelio de la prosperidad, tampoco pretendan ser judíos cuando no lo son, porque la congregación que caiga ahí se constituye en una grey bajo la influencia del Espíritu de Laodicea, el último antes de la venida del Señor Jesús.
Se demanda poco, pero se ofrece poco. Recuerden amados hermanos que no es el color de piel, no es el idioma, no es el origen étnico o la preparación académica. Es el amor, la fe, la esperanza y los dones y frutos del Espíritu Santo lo que debe distinguirnos entre unos y otros.
Además, vienen nuevas elecciones en su país, procuren orar fervientemente al Padre en el nombre del Señor Jesucristo para que las siguientes autoridades vean más por la prudencia y el buen gobierno al interior de sus fronteras. No impidan la propagación de las buenas nuevas y se sirvan más en premiar a quien hace el bien y castigar a quien haga el mal.
No cedan en la fe y oración de los unos por los otros, en el amor fraternal y esperar la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Que el amor, la gracia y paz del Señor Jesucristo sea en su espíritu, queridos lectores, amén.
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