Que la gracia, paz y amor del Señor Jesucristo sea en todos ustedes, amados hermanos.
Amados hermanos, en estos tiempos de elecciones no olvidemos que Dios es uno y somos una nación creada por la gracia y misericordia del Altísimo. También hay un solo Salvador, Jesucristo, el Hijo de Dios a quien adoramos, alabamos, obedecemos y seguimos en la dirección de la vida eterna, amén.
Sabemos que las naciones serán juzgadas pronto, cuando nuestro Señor Jesucristo venga por su iglesia. Es por eso que como peregrinos en esta Tierra manifestemos nuestro amor a los que apreciamos en la rogativa que esta nación sea salva en el día postrero. Que nuestras generaciones sean celosas guardas de la fe que hoy profesamos y que, cuando partamos estas sigan en la lucha y defensa de la fe.
En estos mismos quehaceres está la oración por las autoridades, para que no caigan presas del diablo, de su propio pecado y del mundo. Las autoridades son puestas por Dios, pero el adversario siempre busca destruir toda buena obra. Entonces nuestra responsabilidad como iglesia de Jesucristo es proteger los intereses del Padre en la nación donde nos tocó nacer: México. Si podemos cuidar de esta, la terrenal, con mucho mayor ahínco procuraremos la eterna, aquella Patria que nos espera.
Oremos al Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo para atar todo espíritu de soberbia, mentira, engaño y cohecho y desatar todo espíritu de amor, buena voluntad, compromiso, buen gobierno y justicia para quienes busquen cargos populares.
También es labor nuestra proteger a estas autoridades actuales para que no sean engañadas por el espíritu del mal o del mundo y si se decantan en hacer el mal y no gobernar bien, sean reconvenidas por el propio Dios quien las puso.
Oremos para que el Señor ponga las siguientes autoridades, en el nombre del Señor Jesús rogar por esto sin dudar y recibiremos la mejor combinación posible.
Que el amor, la gracia y paz del Señor Jesucristo sea en su espíritu, queridos lectores, amén.
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