Que el amor, la gracia y la paz del Señor Jesús sobreabunde en su espíritu hermanos, amén.
El día de hoy en esta entrega quiero compartir que he recibido un gozoso momento en esta semana en mi trayecto a la perfección espiritual que el Padre quiere para mí y que el Señor Jesús, al ser el camino, me lleva en tal dirección.
“Habitar los hermanos juntos” es una frase de alto calibre espiritual que a veces damos por sentado, pues más que un hilvanado de palabras conceptuales es una realidad empírica, una demostración de amor y una promesa por cumplir muchísimas veces a lo largo de nuestra historia.
En Jesucristo debe existir una alegría inmensa cuando conocemos otros hermanos, porque, independientemente de la edad y adultez espiritual de cada uno, es el hecho de que hay más peregrinos como nosotros en busca de vivir para Cristo.
Cada quien procura servir al Señor según su propio criterio, propósito del Padre, comando del Señor Jesús y fortaleza del Espíritu Santo. Entonces, si al hermano o hermana que conozca le congratula oír el santo nombre del Señor, se goza hablar de Cristo o las bondades de ser parte de los hijos espirituales de Dios y se alegra de compartir versículos, experiencias y testimonios ¿quién soy yo para juzgar qué tan recto es su andar? Si lo primero es la fe y el amor, luego ya el conocimiento y la estatura.
Amados. Procuremos estar muy alertas y tener los sentidos espirituales activados para detectar a otros creyentes también. Créanme, es un gozo indescriptible y es parte del cúmulo de sentires y gozos que debemos tener y darnos la oportunidad de experimentar. Saber que hay otros que no niegan el nombre de nuestro Salvador el Señor Jesús alimenta el alma, renueva los lazos con el Señor y nos obliga a orar los unos por los otros.
La hermana que conocí es una atalaya viviente muy cercana a mi lugar de trabajo y no tuve conciencia de ello hasta que nos vimos el viernes de esa semana y tocamos el tema de la fe en Dios. Recordé viejos tiempos donde conversaciones entre hermanos eran regulares y los análisis y meditaciones estuvieron a la orden del día junto con la habitación de convivir cual familia. Ahora será más grato asistir a su comercio, sabiendo que no solo en lo mercantil, sino en lo espiritual será nuestro verdadero gozo. No solamente comida física que se desecha por el sistema digestivo habré de recibir, sino daré en cambio comida espiritual que nutre y jamás se desecha, pues se asimila y así crecemos.
Que el amor, la gracia, el gozo y la paz del Señor Jesús estén con ustedes, amén.
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