Que la paz, la gracia, el amor y la sabiduría de lo Alto del Señor Jesús sea en ustedes, amados hermanos en la fe en Cristo Jesús, Señor nuestro, en su espíritu, amén.
Preciosos de Dios y de Cristo, Señor nuestro: nos congratula informar que en derredor nuestro hay almas que llegan en forma de nacimientos en el entorno familiar y son nuevas oportunidades de renovar votos con Dios hasta que el Señor venga.
Cada bebé que nace cerca de un entorno de una familia en Cristo, desde el momento en que se sabe que viene al mundo, hay que orar por ellos para que el Padre, en Su misericordia prepare el camino para que estas almas en algún punto sean alcanzadas por la gloria salvadora de Jesucristo, Todopoderoso Hijo de Dios quien además es nuestro Señor, Salvador y Maestro.
Además, mientras el Cordero Inmolado no haga acto de presencia en la Tierra siempre tenemos que preparar a las siguientes generaciones desde el vientre de su madre. Si son creyentes desde el momento de que se sepa que han concebido. Tanto el padre como la madre dar acción de gracias y desde el vientre hablarle a la criatura no nacida del Señor Jesús para que por el Espíritu Santo este infante ya tenga mejor conocimiento de nuestro Salvador.
También por los de los seres queridos, amistades, vecinos, colegas, conocidos que nos informen, es menester dar ofrenda de buena voluntad y amor orando por estos seres que lleven la luz de Cristo hacia sus familias en el futuro venidero.
Así, preparamos el camino de la entrega de estafetas para cuando el tiempo de ceder el espacio a menguar pues otra generación toca vivir lo haga dando el mejor testimonio de Jesucristo.
Nos goza tener nuevos miembros de la familia y más si son la nueva generación de la familia de Dios en la Tierra. ¡Alabado sea el nombre de nuestro Señor Jesús por siempre y para siempre! Amén.
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