top of page
  • Foto del escritorCuerpo Editorial

Editorial 502 - Nuestro testimonio es reflejo de nuestro equilibrio espiritual.

Que el amor, la gracia, la paz y la sabiduría de lo Alto del Señor Jesús sea en ustedes, amados hermanos en la fe en Cristo Jesús, Señor nuestro.

En la vida real, amados hermanos, tenemos muchos desafíos que enfrentar en lo individual y en lo colectivo. Quien escribe, por ejemplo, presenta mucha carga laboral sostenida previo al periodo vacacional y cuestiones de salud que afectan al rendimiento y actitud. Eso sin contar los menesteres urgentes y relaciones sociales.

A veces, cuando nos enfocamos mucho en las cosas no nos damos cuenta de que caemos en un círculo vicioso muy sutil y para cuando nos enteramos, ya estamos inmersos en la dinámica del afán, la frustración y la ansiedad. La necesidad de completar con un nivel de actividades crea expectativas que promueven la distracción de lo espiritual, la fe y la constancia.

La carne nos juega entonces rudo, provocando “querer tomar control” de la situación, hacer todo por nosotros mismos o bien tener la sensación de estar solos contra el mundo. El Señor Jesús nos da su paz y ante cualquier eventualidad es mantener la ecuanimidad (dominio propio), la certeza (fe) y la esperanza (confianza).

Invocar al Padre en el nombre del Señor Jesús en esos momentos de apremio. No permitir que factores externos nos arrebaten la paz y soportar el asedio de personas o situaciones es una prueba muy común y por tanto, normalizamos y no debería ser así.

El evangelio es vívido y sobrepasa lo escrito. Es acción más que discurso. Entonces quien escribe lee lo que escribe y procura practicar lo que le es revelado por el Espíritu Santo, lo cual toma tiempo en asimilarlo y evitar que la carne estorbe con sus “remedios”.

Tratemos en el día a día no perder la cabeza, la sensatez, la cordura y por tanto, el testimonio cuando se nos cierran las puertas. El Señor estará presto a auxiliarnos, incluso si es por falla nuestra seremos restaurados, pero también amonestados para ser corregidos, esto por amor.

Que la fe, la paz, gracia, amor y sabiduría del Señor Jesús estén con ustedes, amados, amén.


Comments


bottom of page