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Editorial 501 - La gratitud al Padre por el nombre de Cristo.

Deseamos que la bendición de lo Alto, el amor, la gracia y la paz de nuestro Señor Jesucristo sobreabunde en su espíritu, amén.

En la dimensión de la vida espiritual en Jesucristo, a los que somos llamados a caminar el camino por la soberana gracia del Padre, tenemos que ser completamente diferentes y opuestos al mundo. Aunque este imite a Dios, en cuanto al día de la gratitud, es solo una estratagema más para mantener cautivos a los que quieren salir de su embuste y han creado este ardid para “agradecer a ‘Dios’” lo bueno.

Sabemos que tal dios es el diablo, el hombre mismo y fetiches o idearios perversos y no el Creador de los cielos y la Tierra. Lo hacen para pretender que hay bondad; sin embargo, hipocresía y palabras vacías encontrarán las cuales el Divino Padre ignora pues no están fundamentadas en el nombre del Señor Jesús.

Entretanto, nosotros aspiramos a ser conscientes de que lo bueno es gracia de Dios en cuanto lo que nos acontece y lo malo es necesario, puesto que somos perfeccionados mediante la prueba, el error y sin estos elementos no podríamos saber si el crecimiento se da o se está estancado.

La buena noticia cuando tenemos algo no positivo es que hay aprendizaje y momento excelso de comunión y ruego al Padre -aunque mucho mejor es tener comunión con Él siempre que sea posible y no solo en las vacas flacas-, cosa que el mundo no tiene.

Abogado en la figura espiritual de nuestro Salvador Jesucristo quien no deja de cuidarnos y enseñarnos a ser perfectos con la gracia del poder del Espíritu Santo que nos lleva a toda justicia.

Amados: siempre hay razón de dar gracias, nunca es mal momento para agradecer todo lo que acontece en nuestra vida y excusas no deben existir para meditar en que desde el simple hálito de vida ya es motivo de mostrar la verdadera gratitud.

Procuremos siempre andar en el Camino, alejados de la corriente mundana y sordos para las lisonjas de la carne.

Así, siempre tendremos ojos, oídos, corazón y conciencia para agradecer al Padre en el nombre del Señor Jesús por todo.

Que la fe, la paz, gracia, amor y sabiduría del Señor Jesús estén con ustedes, amados, amén.


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