Que el amor, paz, gracia y sabiduría de nuestro Señor Jesucristo esté en su espíritu, amados hermanos.
Recientemente en nuestra congregación leímos el pasaje de Lucas 21:25-38 tocante a la venida del Hijo del Hombre, cuando el Señor Jesús continuó dando pistas sobre lo que habrá de acontecer. El título es señal de que cuando venga nuestro amado Señor prácticamente nadie tendrá fe en Cristo ni respeto por Dios.
Un hermano inspirado por el Espíritu nos dio cátedra sobre aspectos que en aquellos días serán normales y que ahora vemos cada vez más seguido. Mencionaba que Laodicea estará en su apogeo y decadencia y en este periodo de tiempo es que vendría el Señor.
Lo importante no es que saber si viene o no, pues vendrá, sino que en aquellos días en las mismas congregaciones serán llamadas muchas “sinagogas de satanás” porque predicarán cualquier cosa menos a Cristo, cualquier dogma de moda, cualquier doctrina mundana y cualquier pensamiento mediático.
Y por eso pongo de título otra frase de poder del Señor Jesús, porque es acicate del porvenir no tanto para nosotros, sino para la siguiente generación. Básicamente es cuestionar a estos hermanos ¿cómo está tu fe? ¿Cómo das testimonio de Jesucristo? ¿En qué nombre fuiste bautizado? ¿Procuras el amor fraternal? ¿Tu fe está basada en Jesucristo?
Y para muestra de que lo que está en Lucas es cierto y se cumple, la reunión la tuvimos un día de fin de semana en la noche. Reflexioné brevemente sobre esto y medite sobre cómo podría ser esto. Al día siguiente por medio de una red social me enteré de un supuesto hermano hablando sobre el pasaje de Jesús con María y Marta cuando Marta le dice a Jesús que María estaba sentada y no ayudando con las mesas.
La interpretación que dio esta persona fue que la moraleja era que debíamos atender las cosas importantes y cita acciones mundanas sin valor espiritual alguno. Y que no nos afanemos, sino que atendamos a los invitados… Pero bueno, la realidad es que la visitación era lo importante y Marta representa a la religión judía y María al remanente que eligió la mejor parte (oír para creer).
¿Qué hizo esta persona? Sobajar el ministerio de evangelización difuminándolo en moralismos tontos. Torció la palabra de vida para dar una lección cómoda y a modo para que nadie se ofenda. Es oír a Jesucristo y no a merolicos de la palabra, falsarios pregoneros insidiosos. Sin embargo, conforme pase el tiempo, el Señor será menos predicado porque cada vez más tendrán comezón de oír para satisfacer su hipocresía, pero no para obrar conforme al Señor, entonces es por eso que leerán versículos y dirán cualquier torpeza, tan solo para agradar a sus audiencias pobres, desnudas y ciegas.
Y eso es Laodicea, ya está este último espíritu de la iglesia sobre la faz de la Tierra y los otros espíritus vigentes están en proceso de desaparecer, incluido Filadelfia, por el cual rogamos fervientemente a nuestro Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo que no permita que ninguno de nosotros salga de este espíritu, sino que permanezcamos hasta que el último de nosotros en esta generación parta de este mundo.
Ya en la siguiente generación deberán ser responsables de su propio andar, de su propio tiempo y época. No tenemos el poder de regresar al pasado ni de controlar el futuro, pero sí de reinar en nuestro presente, pues en este tiempo es donde nos corresponde dar testimonio.
Por tanto, hermanos, pregúntense cómo está su fe, en quién está sustentada y si el amor de Dios y de Cristo permanece o se forja. No compren basura disfrazada de doctrina, solamente palabra de Jesucristo. No hagan caso ni atiendan palabrerías de gente falsa, amadores de sí mismos.
Que el amor, la gracia, paz y sabiduría nuestro Señor Jesucristo sea en ustedes, amados lectores, amén.
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