Que la paz, la gracia, sabiduría y el amor de nuestro Señor Jesucristo sea en todos ustedes en su espíritu, amados hermanos, amén.
Esta frase en México es muy socorrida para hacer referencia a calamidades o tormentos que la gente sufre o puede tener en un futuro cercano. Unos la mencionan como si fuera mensaje profético o versicular, otros como mero objeto de sarcasmo o burla a algo que no les parece, algunos más como manera simple de justificar el porqué de ciertas situaciones.
Lo justamente necesario es que hay ignorancia y necedad de la humanidad y maldad del diablo en la frase, pues si bien es cierto que en ella hay escritos sucesos para nada halagüeños NO ES POR LA BIBLIA por la que están escritos, sino A CAUSA DE LA MALDAD del hombre por los cuales en la Biblia se habrán de manifestar estas situaciones.
Pero para el hombre- siendo débil, mentiroso e hipócrita- echa culpas y responsabilidades a quien sea, incluso al mismo satanás de todo lo malo que le acontece, cuando nunca piensa si de éste no salen las causas raíz de sus desventuras también. Es decir, la Humanidad está engañada por su constante alejamiento de la luz, Jesucristo, enviado por Dios, y además se autoengaña culpando a los entes espirituales de sus flagelos. Desde un principio se tienen muchas mitologías, luego tenemos leyendas urbanas pasando por avistamientos de seres extraterrestres.
También los cataclismos naturales de la Tierra, las enfermedades y las guerras, las envidias, la corrupción, los mercadeos ilegales y en general el sentimiento anti natural cada vez más evidente en la sociedad. “Y vendrán cosas peores, dice en la Biblia”, es cuando dice la gente para justificar cómo y mencionamos anteriormente.
Pero aun así, nadie cree, nadie se detiene a pensar: “y cómo yo puedo ser libre de estas amenazas o destinos funestos”, nadie se da un tiempo de escuchar el mensaje libertador y salvador de nuestro Señor Jesucristo, nadie procura leer correctamente la misma Biblia -la cual consideran está llena de oscuros destinos-. Entonces, la pregunta es: ¿el ser ignorantes merma el destino o lo evita? Si entre los hombres prima esta premisa de que nadie puede argumentar ignorancia de la ley siendo adulto porque el que la desconozcan no quiere decir que la ley no exista. Siempre habrá alguien que la observe y alguien que la haga observar. Por tanto, aún siendo ignorantes de la ley, se les aplicará sea quien sea si cometen un delito punible.
Y si esto ocurre en lo terrenal, ¿Cuánto más en lo espiritual? Por eso cierro con este comentario: otra de las razones por las cuales debemos y tenemos que predicar el evangelio de nuestro Señor Jesucristo a toda criatura es precisamente para que nadie pueda esgrimir: “es que yo no sabía” porque así sucederá en el Juicio del trono Blanco: nadie podrá decir que desconocía la Biblia, ni a Jesucristo o su mensaje. Nadie. De hecho, tal premisa es una ley espiritual de Dios, porque Él es todo en todo y el Hombre entendió eso y lo extendió a sus propias leyes terrenales. Los más insensatos, con la frase “y vendrán cosas peores, dice en la Biblia” atestiguan contra sí mismos si no se dan cuenta a tiempo.
Que el amor, la fe, gracia y sabiduría sea en todos nuestros amados lectores, en su espíritu, amén.
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