Que el amor, la paz, la gracia y la sabiduría de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes amados, amén.
Amados creyentes en el Señor, les saludamos con un gran aprecio y fraternidad de lo Alto por gracia del Espíritu Santo. En días pasados algunos hermanos hemos estado platicando acerca de los últimos tiempos respecto a cómo ciertos creyentes buscan impropiamente dar cara, voz y figura carnal al anticristo descrito en Apocalipsis.
¿Cómo para qué? ¿En cuál escritura se basan para hacer esto? ¿En qué beneficia al evangelio de paz y reconciliación de nuestro Señor Jesucristo esto?
Ciertamente el anticristo emulará muchas cosas de Jesús cuando estuvo en su carne para engañar a muchos. No es un viejo millonario, sino un hombre de edad joven media. Muchos hermanos se pelean y como en otras cosas, buscan afanosamente la primicia de decir: “yo sé cómo es o será el anticristo”.
A nosotros, los colaboradores de este blog, nos ha mostrado ciertas cosas tras leer el profético libro de Apocalipsis varias veces, pero hasta que no estemos firmemente enseñados en este asunto quedará en nuestro meditar y compartir interpretaciones, puesto que esta información será para generaciones futuras y no la nuestra.
A nosotros no nos toca predicar del anticristo, sino de Cristo.
A nosotros no nos toca saber de aquellos tiempos, sino de velar y orar ahora.
A nosotros no nos toca dar santo y seña de sucesos ajenos, sino de rescatar almas para Cristo y cumplir el mandato de predicar a toda criatura y se alcance el número de los redimidos.
A nosotros no nos toca predicar condenación, infundir temor o incredulidad; más bien, amor, fe y esperanza en el Hijo de Dios, nuestro Señor, Salvador y Maestro.
Que el amor, la paz y la gracia del Señor Jesucristo sea con ustedes amados hermanos, amén.
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