Editorial 409 - En cuanto esté en vosotros, estad en paz con todos.
- Cuerpo Editorial
- 5 mar 2022
- 2 Min. de lectura
A todos los lectores, hermanos y creyentes, deseamos que la paz y gracia de nuestro Señor Jesucristo sea en todos ustedes, en su espíritu, así como su inmenso amor sobreabunde sus corazones, amén.
En la vida humana siempre hay retos, problemas, dificultades, ambientes malos y negativos. En parte por la misma naturaleza caída de nuestra especie, en parte porque provocamos estas situaciones y en parte porque somos puestos a prueba.
Sea cual fuere la situación cada ser humano enfrenta esta realidad de manera distinta, conforme a su edad, circunstancia, sentido común, cultura, género, educación y espiritualidad.
Respecto a ésta última, decir que no es lo mismo verlo desde la perspectiva religiosa humana que la de lo Alto, nacida de Dios.
A saber, lo religioso es moral, a conveniencia, corto plazo, imperfecto y efímero; en tanto lo nacido de Dios es poder, es total, es amor al prójimo, es eterno, perfecto e inmediato.
De esta manera, el Señor Jesús nos aconseja agradar a Dios en el modo de no ser contenciosos, agresivos, petulantes, orgullosos, violentos o contestones, dado que el enemigo fácilmente engaña a los muertos espiritualmente hablando para causarnos mal, además del propio odio que cada inconverso pueda albergar en su interior contra Dios y quiera disputar con Él dañando a Sus hijos espirituales.
Por tanto, cuando nos veamos en dificultades no personalicemos estos pleitos, sino que, guiados por el Espíritu Santo sigamos el camino de la paz el cual nos lleva a no perder galardón ni la victoria, además de la cabeza y el testimonio en juego.
La ira no forma parte de nosotros, pero sí el carácter firme. La nobleza no está peleada con la franqueza y la palabra suave no es sinónimo de debilidad, sino de astucia diplomática.
El enemigo y el hombre son derrotados cuando no caigamos ante un acto beligerante, sino resistir con prudencia, decencia y dichos inspirados por el Espíritu Santo para ser imitadores de nuestro Señor Jesucristo.
Entonces, amados, para ser parte de los hijos espirituales de Dios tenemos que procurar la paz con todos, la que nos lleve a tener contacto social con todo prójimo sin peleas y debates acalorados, del mismo modo que Cristo nunca perdió tiempo valioso en esos actos huecos.
Que el amor, la gracia y la paz del Señor Jesucristo esté en su espíritu, amén.
Comments