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Editorial 368 - Estadística y medidas de tendencia central - Parte 5

Amados hermanos y creyentes del blog, deseamos sinceramente que la paz, el amor, la fe, la misericordia de nuestro Señor Jesucristo esté en todos ustedes, en su espíritu, amén. Los que estamos guardados bajo el amor de Filadelfia, enviamos un abrazo, un ósculo y un saludo fraternal, como entre hermanos espirituales conviene profesarse a todos nuestros lectores, muchos o pocos, pero verdaderos familiares todos del Padre y de nuestro Señor Jesucristo.

Hermanos, terminamos esta temática de la estadística en el presente número, no sin antes darle gracias al Padre por las revelaciones que nos concede tener para compartirlas a ustedes. Agradecemos al Señor Jesucristo que nos provee de sus infinitos tesoros del conocimiento de Dios, su Voluntad y lo que le agrada a Su Majestad, nuestro Padre amoroso.

Tras ver conceptos como promedio, mediana y moda, se llega a la idea que son mediciones del grado de probable caos o desviación conforme a un criterio central. Pero faltan ahora dos mediciones que veremos muy rápidamente para terminar de aterrizar lo que es en sí el punto fuerte de toda esta temática: el buen testimonio.

La varianza, la medición de la desviación de los puntos medidos con respecto al promedio de dichos puntos. Esto sirve para saber qué tan grande es la magnitud de la desviación, es decir, qué tan lejos se está del valor estándar. En la vida espiritual, es qué tan lejos estamos del testimonio único y verdadero de nuestro Señor Jesucristo. Una varianza grande significa que definitivamente el testimonio es nulo, o sea, lejano al de Cristo y prácticamente igual al de cualquier inconverso mundano y pagano. Una varianza pequeña significa que el comportamiento de tal creyente está cercano a la perfección que se supone debemos aspirar tan pronto creemos y somos salvos.

La desviación estándar establece las fronteras de desviación con el estándar, o sea, lo que puede ser tolerable y lo que escapa ya de lo escritural. La desviación estándar también nos dice qué tan amplio es el espectro de “normalidad” es decir, lo frecuente de nuestras acciones. Por obviedad, entre más desviación estándar se tiene una conciencia más ligera a pecar; y una desviación estándar pequeña, es una conciencia más enfocada a agradar a Dios que al mundo, es decir, una conciencia con la mente de Cristo.

Así que, amados hermanos, debemos ser juiciosos y, sin esperar a tener credenciales de expertos en estadística hay que hacer examen de conciencia para saber y poner en tela de juicio nuestras propias acciones con respecto a lo marcado en el nuevo pacto. No lo que digan los humanos (el pastor en singular, el líder) sino lo que marca el Espíritu Santo.

Siendo nuestros propios jueces, siempre estaremos trabajando diligentes para el Señor en lo que viene y nunca caeremos en la tentación de andar sacando pajas ajenas diciendo son vigas.

La paz, el amor, la fortaleza y sabiduría del Señor Jesús sea en ustedes amados, creyentes y lectores. Amén.

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