top of page
Foto del escritorCuerpo Editorial

Editorial 361 - Cristo adelante y la hermana al volante.

Hermanos del Señor Jesucristo: amor, paz, fortaleza y gracia del Señor Jesús sea en su espíritu, amén.

Cuando era niño, mi madre solía decir esta frase cuando con poca o nula enseñanza previa, se vio precisada a conducir el coche de la familia cuando mi padre estaba ausente por cuestiones laborales. Aunque el espíritu de nuestra profesión es promulgar la sana doctrina del Señor Jesucristo a todo el mundo, también de vez en cuando es necesario predicar los hechos de los creyentes en la actualidad, para testimonio y honra al Señor Jesucristo que su evangelio es vívido y no liturgia o eventos del pasado irrepetibles.

La hermana en Cristo quien también es mi madre, nos ha instruido por el camino de la fe en Jesucristo. Desde sus inicios, entendió el poder de la fe y ha sido noble ejemplo de esto a nosotros. En muchas situaciones de presión, prueba, resistencia y clamor, nos enseñó a invocar el nombre del Señor Jesucristo.

Porque hermanos, han de saber que todos tenemos pruebas, desalientos, días malos y debilidades; sin embargo, eso no obsta sigamos las pisadas de nuestro maestro y los padres deben enseñar a los hijos desde pequeños a cómo orar, cómo dar testimonio, ser obedientes a los padres, a leer el nuevo pacto, a renunciarse a las modas del mundo y sus placeres. El evangelio de Jesucristo no es letra teórica para ser oída y desechada al término de la reunión: por el contrario, es palabra viva que por el Espíritu se lleva a la práctica.

Así como mi madre en su pequeñez espiritual de recién convertida se aferró a la fe y al confiar totalmente en el Señor Jesucristo, así nos enseñó a mis hermanos y a mí a cómo clamar en el día de prueba al Padre en el nombre del Señor Jesucristo. El Padre tuvo la gracia de proveerle ser maestra del bien, a pesar de su carne y debilidades propias.

Este testimonio doy, porque los hijos crecen muy rápido, porque los padres no son eternos y la escritura debe cumplirse, seamos pues valerosos y pidamos al Padre sabiduría espiritual en el nombre de Cristo, así, cuando estemos frente a la prueba confiados y gozosos, llenos de esperanza digamos: “Cristo adelante y el(la) hermano(a) al volante” sin necesidad sea un coche literalmente hablando, sino las riendas de nuestra vida. Consagrados en Jesucristo, llegaremos a buen puerto en todo.

Confiemos en las promesas, crezcamos en la fe, no dejemos que la vista terrenal nos termine dejando ciegos, sordos y desnudos por no atender el mensaje de nuestro Señor y Pastor Jesucristo, nuestro Salvador.

La paz, gracia y fe del Señor Jesucristo es en todos ustedes amados hermanos, amén.

Comments


bottom of page