La política es el conjunto de acciones para lograr un bienestar
colectivo a la sociedad. El hombre está destinado a tener vida
social para lograr una vida plena, ordenada, segura y
evolutiva, procurando el bien de los demás. El acceso a ella
no es para el provecho solitario de los que la ejercen. La
Iglesia del Señor Jesucristo debe abstenerse de participar en
ella en forma corporativa, si bien algunos hermanos en forma
individual pueden alcanzar objetivos necesarios para la
comunidad. La interrogante consiste ¿por qué no clamar por
la venida del Señor Jesucristo? Pues es una promesa que él
restaura todas las cosas.
Nuestro Dios es un Dios de orden y ha provisto a los hombres un sinnúmero de habilidades, destrezas, capacidades, dones, conocimientos, pensamientos para que vivan en paz y armonía. En consecuencia, el hombre ha creado diversas ciencias y una de ellas es la política. Considerada ya como ciencia, en el campo de la realidad requiere del estudio, conocimiento y experiencia aplicada a los procesos electorales. Hoy es considerada una profesión u oficio y generaciones de jóvenes emergen de dicha carrera universitaria.
A través del Antiguo Testamento en el mundo se puede observar que el hombre rápidamente creó las jerarquías en la gobernanza de los pueblos, obedeciendo ciegamente al enemigo de Dios. Jehová no quería que su pueblo viviese así y se dispuso a mantenerlo lejos de las redes de acción del maligno. Fue así que los mantuvo como testimonio de su fidelidad hacia Él.
Sacó a Abram de la tierra de los caldeos para ofrecerle una nueva tierra apartados de las contaminaciones de la forma de gobierno del hombre; con el fin de que aprendiera oficios, dispuso que generaciones posteriores estuvieran en Egipto y manifestó su gracia sobre uno de sus siervos: José, que en el mundo antiguo, dio testimonio administrando correctamente y en justicia para testificar de servir a un Dios Todopoderoso por mencionar solamente alguno. De ahí la importancia de Dios de establecer a una ciudad, “Jerusalén”: tierra prometida para su pueblo en la región hoy conocida como Medio Oriente.
Para ello el Todopoderoso levantó a Moisés para guiar a su pueblo y le dio la ley para regular en orden al pueblo; aun así, el gobierno del pueblo se erigía a través de jueces y profetas, ya que no le satisfacía el orden humano de autoridad existente. Mas el pueblo judío, contrariando la voluntad de Dios, quiso rey para el gobierno civil como los demás pueblos gentiles y después de darles algunos pormenores de la imposición de esa forma de gobierno les concedió ese afán para la perdición de ese pueblo rebelde.
Dios eligió para ocupar los primeros dos reinados del pueblo hebreo a Saúl y David, quienes en forma mansa aceptaron su designación sin desearlo. Así se sucedieron en el trono en los reinos de Judá e Israel hasta los tiempos de Jesucristo en donde el pueblo judío era sometido por el imperio romano (Posteriormente será tema en la revelación del capítulo del libro de Mateo).
Desde el ministerio de Jesucristo hasta nuestros días, nos enseña que hay que velar por la forma colectiva de un grupo social, buscar su cohesión, bienestar y seguridad; pero antes tendrá el compromiso de velar por su integridad personal y la de su familia. Sabemos que en la primera carta de Timoteo se puede observar el enunciado que si alguno quiere obispado deberá gobernar bien su casa y luego la iglesia como un parámetro espiritual de servicio genuino, pues como corolario de una característica espiritual si no gobierna bien su casa ¿cómo puede aspirar a gobernar la iglesia? Este parámetro debe también servir de modelo a los que buscan el ejercicio del poder del estado por medio de la política.
La labor evangelizadora del apóstol Pablo -inspirada por el Espíritu Santo- fue asombrosa, pues había una gran cantidad de gobiernos en las naciones en las que fueron predicados el evangelio y había de enseñar a los creyentes su comportamiento social ante dichas autoridades. El apóstol Pablo testificaba de Cristo ante ellas y una que otra autoridad los dejaba asombrados del conocimiento del apóstol, según lo atestigua el pasaje escrito en el libro de Hechos de los apóstoles cuando Pablo compareció ante Festo. Nótese, amigo lector, que la autoridad no era creyente, era muy difícil atender el evangelio por las autoridades, no dudamos que haya autoridades convertidas en ese tiempo, pero era muy escaso su número.
El enemigo de Dios se encarga de sembrar la discordia y división para que no se viva conforme a la voluntad del Creador, como se mencionó anteriormente en el inicio de las civilizaciones se dieron diversas formas de gobernanzas, una de ellas lo fue la democracia que ha traído un sinnúmero de divisiones en los pueblos hasta nuestros días. La política que han ejercido los gobernantes de todas las naciones ha sido diversa y de diferentes consecuencias. El agrado de Dios es que los gobernantes tengan temor a Él y velen por los intereses de los pobres, no en forma demagógica e hipócritamente como lo hacen en forma engañosa los faltos de inteligencia y sabiduría.
Se puede trabajar en el gobierno o en cualquier poder del Estado y actuar diligentemente como trabajando para el Señor Jesús y dar testimonio de hijos de Dios. Recordemos al profeta Daniel quien sirvió al reino de Babilonia y después al persa y medo sin dejar de adorar y observar los mandamientos de Dios.
Como un dato histórico, la división en el pueblo de Dios en tiempos de Cristo se manifestaba por dos corrientes principales: los fariseos y los saduceos (había otros grupos como los esenios y zelotes) en los genes espirituales. Dios ha dispuesto en la mayoría de las naciones siempre dos formas de pensar y obrar en la solución de los problemas nacionales que aquejan a un país a través de los partidos políticos. Esto se puede constatar revisando la vida política de los países, aun cuando existan muchos partidos políticos todos convergen en dos partidos importantes. Puedo asegurar que la unidad es un principio divino espiritual para afrontar cualquier circunstancia, la división no es buena para la solución de problemas, sin embargo, se requiere para ver distintas perspectivas de resultados positivos.
Lo importante del discernimiento de este tema es hacer comprender que es muy difícil para los hijos de Dios incursionar en este escabroso camino, el Señor Jesús desea que nos separemos de esta contaminación y es el caso que es una debilidad e incomprensión de la voluntad de Dios que hermanos se ocupen de estos menesteres, aun cuando no exista una prohibición o un permiso para participar dejando al libre albedrío la decisión a los hermanos. Los que sí están impedidos para participar en esas lides electorales son los que tienen un ministerio, algún cargo de servicio en la iglesia o un don del Espíritu Santo, deben renunciar a cualquier insinuación de participación en alguna contienda electoral.
Como antecedente, no debo de dejar de mencionar que estos tiempos son el laboratorio o el campo de experimentación que están realizando las organizaciones humanas mundiales para obtener el control de la humanidad y subyugarlo para el advenimiento del tiempo final.
Aun cuando la guerra y el comercio entre las naciones se convertirán en el principal indicador de la aparición destructora del anticristo, los gobiernos del mundo y los medios de comunicación trabajan en la mente de la población mundial de anhelar paz y seguridad. Mientras eso acontece, los organismos internacionales diseñan las herramientas necesarias para la sumisión del mundo y para ello ensayarán diversos métodos, estrategias de comunicación, tecnología y ciencia a través de la política y la economía que infundirán los miedos y temores necesarios para conseguir la voluntad humana.
La iglesia, o sea el cuerpo expresivo de creyentes en una localidad, debe de estar orando al Padre que establece a las autoridades, su intercesión para que se pueda vivir quieta y reposadamente.
En la actualidad, a través del ejercicio de la democracia para elegir las autoridades, es abierta la participación de aquellos que ostentan la ciudadanía para buscar algún cargo político electoral, algunos hermanos que tienen esa vocación de servir a los demás provisto de un amor al prójimo pueden intervenir y concursar para ser electos, confiados en que su participación es por un servicio a Cristo sin inmiscuir a la iglesia y testificar según sea el caso de su salvación.
Los que se involucren tendrán forzosamente que asumir el compromiso de cumplir y hacer respetar las leyes vigentes y promover entre la sociedad los valores éticos y morales para reunir los elementos de gobernabilidad de una alta administración de los recursos existentes que solvente el presente y futuro de la población.
La política forma parte del sistema de un mundo ajeno a la voluntad de Dios, conviene tener presente que la condición de los países del tercer mundo son los herederos de Cam sujetos a Jafet y a Sem, difícil labor de salir de esa maldición a pesar de todo esfuerzo humano. Es mejor gobernar en servicio a la iglesia apartada en santidad de los ataques del enemigo de Dios.
El poder de la iglesia de Jesucristo guarda sus tesoros de sabiduría y conocimiento de Dios para echar mano a la vida eterna y cuestionar ¿qué comunión se puede tener con los del mundo? Ciertamente no va ser para nuestro bien y hoy contamos con el Espíritu Santo de Dios para desarrollar la gran actividad en el cuerpo de Jesucristo que podemos desempeñar, de manera que conviene analizar si servimos al mundo o al reino de la iglesia en el mundo. De aceptar la primera opción deberán tener en cuenta las siguientes recomendaciones espirituales.
1.- Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba
2.- Todo lo que hagáis de palabra y obra hazlo en el nombre de Jesucristo
3.- En toda actividad debes recordar que hay un gran número de testigos
4.- Desempeña tu labor como si lo hicieses para el Señor Jesucristo
5.- No hagáis acepción de personas
6.- En cuanto se presente la oportunidad, testifica del Señor Jesucristo, aunque la ley no permite en ciertas naciones la mezcla de religión y estado, no dice nada de la vida espiritual (nunca niegues al Señor Jesucristo)
7.- Y confía en el Padre. Dios es quien pone a las autoridades terrenales y si participas y ganas una elección política, deberás ejercerla confiando en que la victoria es una promesa para los hijos de Dios.
Aunque, si eliges la segunda opción ciertamente tu galardón será de enormes consideraciones en la vida eterna.
La paz, la gracia y la sabiduría del Señor Jesucristo acompañe a los hermanos en el Espíritu, Amén.
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