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Dios cumplió Su Palabra a Israel a través de Jesucristo

Que la gracia, la sabiduría, la paz y el amor de nuestro Señor Jesucristo sean plenos y rebosantes en ustedes, amados hermanos, amén.

En Mateo 13:34-35 podemos encontrar un propósito comunicativo de parte de Dios que el Espíritu mandó escribir a Mateo en la figura humana de Jesús dicha a los antiguos en tiempos de David, aunque desde Abraham y Moisés comentó algo, al transcurrir el tiempo fue ampliando esta promesa en forma de mensajes compactos. Al final, en tiempos del rey salmista se descubre el último comunicado al respecto antes de su largo silencio por alrededor de 400 años. Leamos tan solo algunos segmentos del salmo 78, el que se usa como explicación para sustentar este pasaje.

34 Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba; 35 para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo:

Abriré en parábolas mi boca;

Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.

Salmo 78:1-4

1 Escucha, pueblo mío, mi ley; Inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca.

2 Abriré mi boca en proverbios; Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos,

3 Las cuales hemos oído y entendido;Que nuestros padres nos las contaron.

4 No las encubriremos a sus hijos, Contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, Y su potencia, y las maravillas que hizo.

 

En este primer segmento, que es la piedra angular de este versículo de Mateo, es el establecimiento formal de la profecía dicha a Abraham en Génesis 22:1-18. Abraham no rehusó en entregar a su único heredero porque él creyó que Dios le proveería un cordero. Tuvo total confianza en la palabra de Dios y nunca vio imposibilidad en esta encomienda. Por eso Dios se juramentó por Sí mismo que Abraham viviría para siempre en su descendencia: las estrellas del cielo y la arena en las orillas del mar. Unos son los hijos de Israel y los otros los gentiles purificados para ser miembros de la iglesia desde los mismos tiempos de Jesucristo hasta su venida. Aunque no le dijo cómo (no había necesidad pues él confió en Dios como amigo de fiar), sí se amplió un poco más con Moisés sobre lo que debía hacer, por cuanto por su pecado ya no quisieron ver a Dios directamente (su rechazo por miedo y no amor para tenerlo cerca). En Deuteronomio 18:15-19 se detalla la venida de Jesús en su misión reveladora de reconciliación. Establece pues el salmo que Jesús declararía las cosas que Israel necesitaría hacer para regresar a la senda de la gracia y el gozo de ser un Dios y Su pueblo unido.

Hablaría en proverbios o parábolas para que solo los entendidos de Israel pudiesen ver esa señal de redención ya se estaba cumpliendo.

SALMO 78:5-8

5 Él estableció testimonio en Jacob, Y puso ley en Israel,La cual mandó a nuestros padres Que la notificasen a sus hijos;

6 Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; Y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos,

7 A fin de que pongan en Dios su confianza, Y no se olviden de las obras de Dios; Que guarden sus mandamientos,

8 Y no sean como sus padres, Generación contumaz y rebelde;Generación que no dispuso su corazón, Ni fue fiel para  con Dios su espíritu.

 

En este segmento se explica al pueblo por qué Dios procede así y mientras tanto les puso una ley como ayuda para no salirse de su testimonio de pueblo rescatado y diferenciarse del mundo incrédulo. Aclara que Dios pedía tan sólo su confianza (fe) y lealtad (santidad). Esta ley era solamente para guardarse del mundo en lo que daba el tiempo de que el profeta llegará (en ningún momento la ley fue más que el profeta, sino que eran solicitudes por guardad en lo que este profeta hablase en el nombre de Jehová.

SALMO 78:9-20

9 Los hijos de Efraín, arqueros armados, Volvieron las espaldas en el día de la batalla.

10 No guardaron el pacto de Dios, Ni quisieron andar en su ley;

11 Sino que se olvidaron de sus obras, Y de sus maravillas que les había mostrado.

12 Delante de sus padres hizo maravillas En la tierra de Egipto, en el campo de Zoán.

13 Dividió el mar y los hizo pasar; Detuvo las aguas como en un montón.

14 Les guió de día con nube, Y toda la noche con resplandor de fuego.

15 Hendió las peñas en el desierto, Y les dio a beber como de grandes abismos,

16 Pues sacó de la peña corrientes, E hizo descender aguas como ríos.

17 Pero aún volvieron a pecar contra él, Rebelándose contra el Altísimo en el desierto;

18 Pues tentaron a Dios en su corazón, Pidiendo comida a su gusto.

19 Y hablaron contra Dios, Diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto?

20 He aquí ha herido la peña, y brotaron aguas, Y torrentes inundaron la tierra; ¿Podrá dar también pan? ¿Dispondrá carne para su pueblo?

Lamentablemente, no confiaron como Abraham, olvidaron lo dicho por Moisés, se hicieron como Adán y Eva, indignos pecadores desprovistos de todo buen fruto y con el correr de los años solo le tributaron corazón duro y seco, duda y desconfianza, irritándolo al extremo de que se da, como el segmento que no pondremos (21-66) da testimonio del desecho de esta heredad terrenal, el destierro de este falso pueblo y el desconocimiento de estos falsos testimonios de Su poder.

SALMO 78:68-72

68 Sino que escogió la tribu de Judá, El monte de Sion, al cual amó.

69 Edificó su santuario a manera de eminencia, Como la tierra que cimentó para siempre.

70 Eligió a David su siervo, Y lo tomó de las majadas de las ovejas;

71 De tras las paridas lo trajo, Para que apacentase a Jacob su pueblo, Y a Israel su heredad.

72 Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, Los pastoreó con la pericia de sus manos.

 

En este segmento se deduce la solución y el propósito eterno de Dios para con Israel. Cuando llegase el profeta con Jesús de Nazaret, él tendría la potestad del Padre de separar a los benditos de los malditos, él sería quien hablase por Jehová y la potestad de reinar. Todo estuvo profetizado, dicho y confirmado no una ni dos, sino tres veces.

Solo Jesucristo sabe el ayer, el hoy y el mañana y cumplió las palabras dichas por el salmista siglos antes como él en su papel de vocero único y ungido por Dios. Él vino a cumplir la promesa hecha a Abraham, a que el mayordomo de la casa de Israel tuviese su digna jubilación pues el joven eterno Heredero ya llegó y los sin esperanza pudiésemos aspirar a ser parte de esa profecía.

Y su evangelio sigue velado para los enemigos de Dios, quienes jamás podrán escudriñar y hacerse de los tesoros del conocimiento de Dios para su maldad.

Glorificado sea el santo nombre de Jesucristo, Hijo de Dios, Señor y Salvador nuestro por siempre y para siempre, amén.

Que el amor, el gozo, la gracia y la paz del Señor Jesús esté en su espíritu, amados hermanos, amén.

 


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