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Cuando ores, no seas como lo hipócritas

Que la gracia del Señor Jesús sea con todos ustedes amados, amén. En este pasaje se tiene que el Señor Jesucristo con la anuencia previa del Padre, nos enseña a tener comunicación y contacto con el Poderoso Dios. Nos referimos a Mateo 6:5-8.

Es muy específico el contenido espiitual al respecto.

Por principio de cuentas, describe como hipócritas a quienes aman el orar delante de todos, pues es para su propia honra y lo de invocar a Dios es pretexto. Hipócritas porque fingen adorar a Dios, pretenden hacerse pasar como instrumentos del Señor y recogen toda loa para ellos. Su recompensa es que logren ser vitoreados y admirados, pero luego se quedan con las manos vacías.

En segunda instancia, el consejo que nuestro Salvador y Maestro nos da es que oremos con secrecía porque los asuntos personales no hay por qué debamos ventilarlos. Cuando dos entes se unen para platicar no puede ventilarse el tema, pues es un tópico que pocos tendrían que saber y se pierde toda confianza ante quien se invoca.

Luego menciona el concepto de vanas repeticiones pues como está escrito, creen que por su palabrería serán oídos. El llenar la boca de tanta adulación o rutina religiosa es lo que minimiza o incluso anula la eficacia de la plegaria.

Siendo ordenados es como el Señor atiende las oración, de conformidad con lo que comanda nuestro Maestro y Pastor Jesucristo.

Nuestro Padre es eterno y por tanto sabe nuestra esencia, sustancia, presencia en todos los ámbitos de la ida: desde la fecundación hasta el infinito.

Esperamos en el Señor Jesús se guarde esta palabra para meditación y ejercicio plausible.

Paz, amor y gracia del Señor Jesucristo esté en ustedes, amados hermanos, amén.

5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. 7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. 8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.

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