Parte 1: Introducción y planteamiento de la acusación

Que el amor, la gracia, la paz y el gozo de nuestro Señor Jesucristo sean plenos y rebosantes en ustedes, amados hermanos, amén.

Habiendo el Señor Jesucristo escuchado y contestado a las fatuas preguntas y estratagemas que le pusieron los miembros del sanedrín, termina preguntándoles sobre el origen del Cristo y quienes solo atinaron a decir que era de la simiente de David, pero no de Dios, lo cual le contrarió mucho.

Entonces, leamos la parte correspondiente a esta primera parte Mateo 23: 1-12, que dice:

23 Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: 2 En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. 3 Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen. 4 Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. 5 Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; 6 y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, 7 y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí. 8 Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. 9 Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. 10 Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. 11 El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. 12 Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

Como podemos leer, ahora el Señor Jesús, después de haber fustigado a los escribas y fariseos, dirige su discurso expositivo, argumentativo y descriptivo hacia los apóstoles y el pueblo.

¡Ojo! Es muy importante señalar esto, porque ya no tiene más palabras -por el momento- hacia ellos nuestro Señor. Dirige el mensaje de recomendación y advertencia hacia el otro público -y nosotros contra los judaizantes- puesto que no dice que los desoigan, sino más bien, oír cualquier consejo, pero no ser hipócritas (y no porque tengan la verdad, sino que se refiere a no contender con ellos banalmente) como ellos, dicharacheros y que no actúan.

Menciona de aquellos que gustan de ser impositores y no hacedores, cuales faraones del mal. Se creen autoridades puestas por Dios cuando son malos obreros y hacedores de maldad, porque además son ególatras, usan el nombre de Dios y Cristo en vano puesto que usan el nombre Santo de ellos para atraer incautos y luego ser adorados como deidades.

Ninguno de ellos es humilde, describe el Señor, quieren ser el foco de atención y la convergencia de todo tipo de reflector. Añoran y aman ser llamados expertos, revelados, iluminados, maestros, padres, pastores, apóstoles y el Señor deja en claro que no debemos llamarles en singular porque el único Maestro de la Verdad de Dios es Jesucristo, Rey de Reyes y Señor de Señores.

También expresamente prohíbe llamemos “padre” a seres corruptibles porque ellos ningún poder o relación tienen con las almas que Dios como Creador es Padre de toda criatura quien le reconoce como tal y, por tanto, aquellos son viles usurpadores. ¿A quién le agrada que sus hijos llamen a otro “padre” y este progenitor sea desconocido e ignorado sin ningún causal?

Si Jesucristo iba a morir en la cruz ¿quién de todos esos falsos maestros podría haber hecho tal sacrificio?

Por esto continúa el celo de nuestro Señor y así lo hace saber a sus oyentes. Sobre aviso no hay engaño: quien se enaltezca a costa de Dios será humillado; y quien se humille por causa de la Verdad y del Verdadero será enaltecido. Quien se sirva de la palabra, de Dios y de nuestro Señor para medrar beneficios y no para rescatar almas, recibirán su paga de malhechores; pero quien sea vituperado, denostado, desconocido, humillado por atender los asuntos del reino, llevar la palabra y dar testimonio correcto serán enaltecidos.

Esto lo dice el Señor para seguir exhibiendo la mala obra de ellos, lo falso de su quehacer y lo ominoso de su maldad, pues lo hacen con conciencia y sin ningún reparo.

Amados hermanos, leamos con atención y entendamos de una vez por todas que contra Cristo no se juega y no se puede ganar. Ahora que nuestro Señor es coronado REY y SEÑOR no es prudente airarlo. Mucho menos hacer enojar al Dios Vivo.

Este consejo de nuestro Pastor HAY QUE SEGUIR: obedecer la palabra y no ser adoradores de hombres fatuos, vanos y pérfidos.

Que el amor, la gracia y paz del Señor Jesús sea en todos ustedes, amados hermanos, amén.