La paz del señor Jesucristo en vuestro espíritu
En los actuales tiempos los creyentes de Jesucristo tienen la importante labor de fundamentar el evangelio de Jesucristo en sus vidas y convertirse en verdaderos testimonios de hijos de Dios ante el mundo. Si la obediencia a la palabra de Jesucristo es nuestra lección para agradar al Padre, dar testimonio de ser los hijos de Dios es la función espiritual requerida para enaltecer al Señor Jesús en nuestra vida.
Amigo lector: en el Señor Jesucristo siempre hay un propósito eterno en tu vida. Si tu crees en el Señor Jesús, procura desenvolverte como el Señor lo ha establecido en su palabra a los corintios en la primera carta, capítulo 14 versículo 26: “¿qué hay pues hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros trae salmo, tiene doctrina, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación”.
Si tu esposa e hijos son creyentes, reúnanse en el nombre del Señor Jesús en tu casa y espera las maravillas a través de la lectura de los cuatro evangelios, el libro de los Hechos de los apóstoles y las diferentes cartas epistolares de los diferentes siervos de Dios que el Espíritu Santo registró para nuestro gozo y deleite.
Reitera que Jesucristo es el centro de la reunión, es el que preside la asamblea, el invitado principal, es el que reina en tu reunión. Instala la congregación de los santos en su nombre, una reunión con las palabras que los que están ahí se congregan en el nombre bendito de Jesucristo, así pondrás en práctica todo en el perfecto conocimiento de Dios en cuanto a este asunto.
Con el tiempo puedes invitar a los amigos, vecinos, compañeros de trabajo, un familiar para que al igual que tú tengan el acceso directo con el Señor Jesucristo, el Espíritu Santo te enseñará la forma de congregarte en el Señor Jesucristo en libertad y verdad.
Tu casa es un baluarte inexpugnable en el cual tienes toda la capacidad de sustraerte del mundo y tener un encuentro cercano con el Señor Jesús, sentirás su presencia en la fe y te deleitarás con la lectura de su palabra. Te recomendamos leerla en orden, capítulo por capítulo; versículo por versículo y deja que el Espíritu Santo te revele en forma progresiva los misterios de Dios que tiene para los hombres de esta generación y que se haga verdad la palabra que fue dicha que: vosotros no teneis necesidad de maestros, cuando dejas que el Señor gobierne tu vida y a través de su Espíritu.
Rebélate de la forma que los religiosos quieren manipular las mentes con teologías, protagonismos, tradiciones y mandamientos humanos en los cuales no descansa la Voluntad de nuestro Padre ni las enseñanzas de Jesucristo.
Libera el hombre espiritual que hay en ti, y forma con tu esposa un ejemplo de obediencia y testimonio de cómo debe ser la iglesia (obediente) con su Señor, a conducirse correctamente el cuerpo (esencia divina) con su cabeza, de apacentarse como ovejas (recibir su guianza) con su Pastor, de manifestarse como hijos de Dios (testimonio) con su Creador, de proyectar el amor entre los hermanos (Filadelfia) con su mandamiento mayor.
Oye y ve al Señor Jesucristo llamándote en el orden que estableció en su profecía: “donde dos o más se reúnan en mi nombre estaré en medio de ellos”, ¡llénate del poder de lo Alto, de su esperanza de ser como Él y de vivir la fe en su nombre! Es la vida espiritual que te han escondido. Ya no permitas esa subyugación que te ata y vive la libertad de leer su palabra. Amén.