El nombre del tema es muy claro y sencillo. Los primeros hermanos oraban pidiéndole al Padre que les concediese habar con denuedo la palabra del Señor Jesucristo, que anduvieran en la fe y bajo su cuidado. Los mismos judíos expresan de ellos en el versículo 13: Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.
El testimonoio de los hijos de Dios radica en andar en Cristo, porque si se anda en Cristo, se habla de Cristo. Esto es un parámetro muy importante al verificar si estamos en una congregación de Cristo. Si los que se ponen al frente de una congregación hablan del antiguo testamento, ciertamente en esa congregación no prevalece el Señor Jesús.
La cabeza de esa reunión es todo menos de Cristo. Los verdaderos siervos, los que reconoce el Padre y el Hijo son los que hablan de Jesucristo inspirados por el Espíritu Santo de Dios. No es posible que alguien que se diga de Cristo hable del antiguo testamento. El Señor Jesús hablaba en ocasiones del antiguo testamento a los judíos porque era la referencia histórica para ellos del día de la visitación prometida por el Padre.
A las naciones paganas y mundanas no había necesidad de mencionarles el antiguo testamento, solamente hacer referencia que Jesucristo es el Hijo de Dios y es el mediador entre Dios y el hombre, en el cual hay salvación.
El evangelio dado por los discípulos era predicando la palabra de Jesucristo en el templo, porque en ese lugar se congregaban los judíos. Luego la profecía del Señor Jesús se cumplió al destruir el templo por los romanos puesto que para los hijos de Dios no hay templos o diezmos, sino la vida espiritual y la palabra de Jesucristo.
Hechos de los apóstoles es un libro poco leído, ya lo han dicho los hermanos a través de anteriores blogs. El libro de los Hechos nos enseña verdades que deben ser interpretadas por el Espíritu, nos relata las acciones de nuestros primeros hermanos creyentes y nos da un ejemplo y modelo a seguir.
Es cierto que del pueblo judío salieron los primeros en aceptar el evangelio, pero también fueron a los primeros que se les indicó dejar de judaizar. Hoy el pueblo de Dios sigue saliendo del sistema religioso babilónico, para dejar de contaminarse de las impurezas y falsedades de sus dogmas y aquilatar el evangelio de Jesucristo.
La lectura del capítulo 4 de los Hechos de los Apóstoles son enseñanzas inspiradas para que podamos revivir esas experiencias en estos tiempos. Amén.