Una promesa que el Señor Jesucristo hizo a sus discípulos antes de ser recibido arriba y sentarse a la diestra del Padre es la que constituye el nombre del tema de esta semana. ”Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo”. Se transcribirán los siguientes versículos del primer capítulo de Hechos de los apóstoles:
6 Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? 7 Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; 8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. 9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. 10 Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, 11 los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
Antes de esos versículos Lucas enseña a grandes rasgos la misión del Señor Jesús y que enumeramos conforme a lo que está escrito:
Después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido
Después de haber padecido
Se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.
Les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.
“Más vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días”
Notará amigo lector que nunca insinúa el Señor Jesús en sus últimos consejos a sus discípulos que lean el antiguo testamento, les había dicho que él es la Verdad, el Camino para llegar al Padre, y esta palabra proviene del Padre y la expresa el Hijo (nuestro Señor Jesucristo).
La palabra de Dios actualmente es la palabra del Señor Jesucristo, en él estamos completos y el Padre ha establecido en estos tiempos que el único enlace o vía para llegar al Él es su Hijo Jesucristo que está sentado a su diestra. Así inicia el libro de los Hechos de los apóstoles. Un libro lleno de ejemplos que describe la iglesia asentándose en este mundo y poniendo un fundamento y sustento en el testimonio de la roca de salvación a los hombres de su salvación.
El inicio de la vida espiritual de la iglesia es un portento de peligro, asechanzas, dificultades, ataques en contra de sus primeros discípulos y no era por difundir el antiguo testamento, sino por difundir el testimonio y la palabra del Señor Jesucristo. De no ser por el Espíritu Santo, los discípulos habrían sucumbido antes de lograr su misión a lo que fueron encomendados.
El Espíritu Santo es poder y la palabra de Jesucristo también, no hay nada que el Señor Jesús no pueda hacer, toda potestad le ha sido dada por el Padre en el cielo y en la tierra, o sea que todo está en sus manos. El príncipe de este mundo lo gobierna y hace su maldad en él. Sólo la palabra de Jesucristo y el poder del Espíritu Santo es lo único que vence al enemigo de Dios.
El enemigo engaña en buscar el antiguo testamento para que desobedezcan al Padre y es lo que ha encontrado para engañar, seducir y desviar de que lo venzan. Hemos recibido la facultad de ser hechos hijos de Dios por la fe en el Señor Jesucristo, nuestro Padre es el Creador de todo lo que existe, Él es el Único y Sabio Dios y ha confirmado a través de su Espíritu que nuestra cabeza es el Señor Jesucristo y la iglesia es su cuerpo. Nosotros debemos estar revestidos en Cristo y ¿cómo sucede eso? Leyendo su palabra y aplicándola en nuestra vida.
Los hijos de Dios tenemos el poder del Espíritu Santo, un poder que el enemigo no quiere enfrentarse porque sale derrotado, aun cuando ese poder vino a los discípulos ellos fueron imponiendo manos a los miembros iniciales de la iglesia y ese Espíritu Santo se ha mantenido en el transcurso de estos siglos. Los discípulos vieron el alzamiento de nuestro Señor Jesús y dos ángeles anuncian la profecía de la segunda venida de Jesucristo al decir estas palabras: “¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”.
La iglesia debe de orar “¡Ven, Señor Jesús!” y anunciar en sus congregaciones Maranatha Cristo viene. Amén.