Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros
- Cuerpo Editorial
- 6 may 2017
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Este mandamiento fue dicho a los discípulos por el Señor Jesucristo y completa el versículo 34 del capítulo de Juan 13 “como yo os he amado, que también os améis unos a otros” ¡Qué tremendo parámetro espiritual nos ha dejado el Señor Jesús a todos los que hemos creído en su nombre! El evangelio es sencillo y práctico, es literal y sin ambigüedades, para que nadie escape en ignorancia y alegue desconocimiento. Leer el nuevo testamento en paz produce muchos sobresaltos, porque en lo que se ha instruido en la religión no concuerda con la escritura.
Se describe lo que está escrito en este apartado Juan 13:31-35:
31 Entonces, cuando hubo salido, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él. 32 Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y en seguida le glorificará. 33 Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir. 34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. 35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
El versículo 32 describe a Iscariote ya fuera del grupo de los discípulos (para éste Judas ya no era esta palabra pues el hijo de perdición ya se había ido para cometer la peor de las infamias cometidas por el hombre en este mundo) El tiempo se acercaba y el Hijo de Dios debía ser glorificado y Dios glorificado en él. La unidad y el desencuentro al final con el Padre debía de hacerse. Jesús se iba a separar del Padre en obediencia a su mandato por un corto período. Así mismo el versículo 32 marca ya la separación de Jesucristo con las religiones, sectas, denominaciones y organizaciones humanas. Jesucristo es constituido la gloria del Padre y nadie más (en este mundo o en el cielo tiene semejante distinción), ni el reino de vida eterna y ese poder de Dios descansa todo sobre él. Todo lo dicho fuera de este contexto bíblico es herejía, blasfemia, falsedad, mentira, sacrilegio, debes de apartarte de esas organizaciones que dan pleitesía a otros que se anteponen a Jesucristo. Los que hagan tales cosas están al límite de la condenación eterna.
El versículo 33 hay una interesante interpretación: el lugar hacia donde va y nadie más puede ir es a la cruz y no a la eternidad como muchos suponen. El sacrificio de muerte en la cruz del calvario es para el Señor Jesús como Cordero Inmolado; obviamente nadie puede ocupar su lugar, ése lugar es para él y es por nosotros. Jesús ya les dice: que es poco el tiempo que queda y las cosas tienen que suceder así para dar cauce al nuevo tiempo. A eso ha venido: lo ha explicado de diversas formas y ha llegado el tiempo de ofrendar su cuerpo.
Antes de partir les dice a los discípulos: Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
El mandamiento supremo de despedida, el último consejo y ordenamiento el amor es entre los que creen en él y sube toda la condición espiritual de ese amor a las alturas sublimes espirituales: el amor tiene que ser como el de él. Así debe ser el amor entre los hermanos en Cristo en su cuerpo en su iglesia. Si quieres estar en Cristo, el amor es entre los santos y hermanos en Cristo. Las religiones que usurpan el nuevo testamento no saben transmitir este mandamiento de Jesucristo. El amor es entre los que creemos en Jesucristo no es al mundo ni a los del mundo, es exclusivamente a los que retienen el testimonio de Dios. Aquí es donde se cumple el versículo por el Espíritu Santo: ya no hay griego, ni judío hombre o mujer; joven o viejo; el amor no acabará para los hijos de Dios por la fe en Jesucristo.
El amor dispensado entre nosotros es el testimonio que el Dios de amor quien es nuestro Padre, pondrá en el Espíritu Santo derramado en nosotros el cual albergamos y mora en nosotros nos llevará a ser fieles testigos de Cristo en el paso de esta existencia. Así conocerá el mundo que somos de Jesucristo. Así que tú hermano en Cristo no dejes de amar a los hermanos y mantente en cumplimiento de este mandamiento; y tú, denominacional o protestante deja de ser judaico y olvídate de divisiones y vuelve al amor.
Y tú religioso, sectario y de organizaciones humanas: sal de esos lugares secos y sin vida y vuélvete a la gracia del Señor Jesucristo. Amén.