Antes que Abraham fuese, yo soy.
- Cuerpo Editorial
- 8 abr 2017
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En una de las muchas confrontaciones con los judíos, éstos decían que Abraham era su padre (Abraham era caldeo y su primera característica es la fe) y los judíos no era un testimonio de fe, de ahí que Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais. Abraham no era un delincuente matando a todo aquél que se le opusiera, en cambio los judíos tenían en mente matar a Jesús y aún les decía: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió. Y les incrimina: ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra.
Esta palabra es hasta ahora una realidad, cuando nos mueve el Espíritu hablamos con docilidad a la gente del evangelio de Jesucristo, cuando lo hacemos movidos por nuestro celo o nuestras propias intenciones nos encontramos con un rechazo y unas ganas absolutas de insultarnos y de herirnos.
Oír de Jesucristo no les ha sido dado y vienen a ellos los pensamientos más terribles haciendo lo mismo que el pueblo judío hizo. El versículo 44 describe un parámetro espiritual: Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
45 Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis.
Y no solo no le creyeron, sino hicieron hasta lo imposible por quitarle la vida y quedaron ante su Dios como un pueblo rebelde y desobediente que les iba a pesar en el transcurso de su vida y hasta la fecha por haber desechado la verdad.
El Señor Jesucristo los desnudó al decirles que quién de ellos le redarguía de pecado. Y les mostraba su incredulidad de que no creían a su palabra.
Respondiéndole le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio? El colmo de un pueblo idólatra y engañado por el diablo: no se midieron al decir que era samaritano (alguien de poca monta) y que tenía demonio (un enemigo proclamado de ellos). ¡Ni aun las naciones no judías hubieran proclamado tales blasfemias! Todos reconocían al Dios de los judíos y le daban crédito como un Dios todopoderoso pero su mismo pueblo le negaba.
En el versículo 51 De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte. El Señor Jesucristo dice esto a los judíos para probar su fe en su palabra, hasta hoy niegan el nuevo pacto y están encerrados en una era que ya terminó y no tiene cabida para esta generación de hombres.
Dios dijo que le comunicaría lo de Sodoma y Gomorra a su siervo Abraham y lo declaraba su amigo. Hasta hoy Sodoma y Gomorra son el pueblo judío, aunque después le llegará su redención. Y es declarado en Apocalipsis Sodoma y Gomorra ¡Leamos! En esta actualidad es nuestro Padre ¿qué es más: un hijo o un amigo? ¡Claro, un hijo! Porque representa un amor más sublime que al de un amigo ¡Despierta! Y cree que Jesucristo es el Hijo de Dios y pasas a ser de los hijos de Dios (Plural). El Hijo de Dios es el nombre dado a Jesucristo.
Continuando: Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas; y tú dices: El que guarda mi palabra, nunca sufrirá muerte.
53 ¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? ¡Y los profetas murieron! ¿Quién te haces a ti mismo?
Volvieron a blasfemar y a practicar la incredulidad. Lo cuestionan e increparon. No tienen nada de Dios, ¿acaso seguirán creyendo los judaizantes conversos en seguir dándole a este pueblo alguna importancia en la comunión con el Padre?
Hagamos una referencia de Abraham (Padre de muchos): judíos y el resto de las naciones, cada quien en su tiempo. En el tiempo de Abraham se gestó el pueblo judío, por tanto para los judíos era válido le dijeran -padre- a su siervo Abraham. Pero para sus hijos ya no, el Señor Jesucristo nos dice que a nadie le digamos –padre- porque solo tenemos uno, el Dios Altísimo que creó los cielos y la tierra y todo lo que habita en ellos.
Abraham obedeció a Dios y creyó en Él, no hay mayor sacrificio que el de obedecerlo y sacrificar a su hijo (Issac). No hay prueba más difícil y Abraham creyó en su Dios y Dios le proveyó el sacrificio; ahora le corresponde al mismo Padre enviar a su propio hijo en sacrificio para salvación de todos los creyentes en su nombre, todo por amor y luego desprecian este maravilloso acto de amor la humanidad.
A Abraham lo visitó Dios una vez, la iglesia de Jesucristo todos los días, en cada momento, en todo lugar durante nuestra exitencia. Dios está en nosotros. En el relato del rico y Lázaro donde el Señor habla de Abraham, notamos que Abraham sí tiene conciencia, pues Dios es un Dios de vivos y no de muertos. Nosotros, cuando partamos de aquí, no vamos a morir sino a gozarnos en el paraíso. Los que no creen serán condenados a castigo en el hades y de allí su única salida es asistir al juicio del trono blanco para luego ser condenados al lago de azufre eternamente, ahora sí juntamente con satanás y sus huestes.
Siendo Abraham ya anciano le creyó que sería padre y su mujer Sara se rió con incredulidad y se lo cumplió. Para el Padre no hay imposibles, todo era fe y él nos enseña cómo debe ser la fe en el Padre a través de su Hijo, los exhortamos a creer en todas las promesas registradas en el nuevo pacto y en este blog en ediciones anteriores.
Sin lugar a dudas éstos versículos quedan registrados en el nuevo pacto para que el mundo lea la condición del pueblo judío con su Dios (nuestro Padre) al rechazar a su Hijo Jesucristo y queda como testimonio a los hombres de las siguientes generaciones el camino que debemos de seguir.
Porque antes de que Abraham fuese el Señor Jesucristo ya era, amén.
El pueblo judío quería matarlo ya, estaban condenando al Señor Jesucristo antes de hacerle un juicio, en ellos no hubo un gesto de misericordia por el Hijo, ningún vestigio de arrepentimiento, espero amigo lector leas la transcripción de los versículos de este tema a continuación. Juan 8:39-59:
39 Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.
40 Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham.
41 Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios.
42 Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió.
43 ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra.
44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
45 Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis.
46 ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?
47 El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.
48 Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio?
49 Respondió Jesús: Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis.
50 Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca, y juzga.
51 De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte.
52 Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas; y tú dices: El que guarda mi palabra, nunca sufrirá muerte.
53 ¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? !!Y los profetas murieron! ¿Quién te haces a ti mismo?
54 Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios.
55 Pero vosotros no le conocéis; mas yo le conozco, y si dijere que no le conozco, sería mentiroso como vosotros; pero le conozco, y guardo su palabra.
56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.
57 Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?
58 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.
59 Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue.
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