Sin duda alguna, el leer con detenimiento el nuevo testamento (nuevo Pacto) de la biblia nos trae grandes respuestas a muchas interrogantes y pone de manifiesto todo engaño que se propagan en las religiones del mundo. Es fácil comprender que si empiezas a leer el nuevo testamento te darás cuenta de muchos errores en que te han enseñado y no concuerda por las bases religiosas, tradiciones y costumbres en las cuales has caído.
Al leer el registro de los diferentes pasajes bíblicos te ayuda a formularte las preguntas que requieren cierta explicación e interpretación con madurez. En este tema el Señor Jesús enseña un gran misterio y la obra planeada en la perfección para ser salvo y lo dice para que entendamos por el Espíritu Santo el destino después de esta vida y la más simple forma de lograrla por la fe.
Lea este pasaje bíblico en Lucas 23:32-39 y al final se hará algunas preguntas para ver si quedó claro.
32 Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos. 33 Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. 34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes. 35 Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios. 36 Los soldados también le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre, 37 y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo. 38 Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS. 39 Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. 40 Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? 41 Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. 42 Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. 43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
1.- ¿Cuántos malhechores acompañaban a Jesús en su crucifixión?
Respuesta- Dos: uno a la izquierda y el otro a la derecha
2.- ¿Cuántos creyeron en su poder, en Él, en su testimonio?
Respuesta- Uno al decir: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?
41 Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo.
42 Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
3 ¿Cuál es la promesa del señor Jesucristo al malhechor creyente en la esperanza?
Respuesta: 43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Después de expirar, el alma del Señor Jesús bajó en espíritu a la región de los muertos, esto era el seno de Abraham para manifestar a los que estaban ahí antes que él que con su llegada ahí ya había cumplido la profecía. Era la buena nueva también para los que habían partido antes de ese tiempo, la promesa en sí no es ir al cielo como muchos piensan y explican, el destino de nosotros es el “paraíso” que físicamente no está en los cielos. Es exactamente el mismo lugar en el cual se encuentran Abraham y Lázaro, no es un lugar donde está el Padre, sino es un lugar donde todos los que creemos que Jesucristo es el hijo de Dios aguardaremos cuando acontezca la segunda venida de Jesucristo.
Después de estar tres días en ese lugar y haber dado las buenas nuevas, resucitó y anduvo con sus discípulos hasta su elevación a los lugares celestiales en donde ahora sí, él está a la diestra del Padre, hasta su segunda venida.
Amigo lector: juzgue usted a ese ladrón el que justificó a Jesús ¿se arrepintió? ¡Verdad que no! Él sólo reconoció su estado y creyó en Jesús, no le importó ver la condición de dolor, vituperio, herido, blasfemado en el cual estaba sometido. Él le creyó y confesó su fe. Mientras que el otro, al igual que clero, pueblo judío, y soldados romanos, no se cansó de injuriarle diciendo: “Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros”.
Hasta el último momento de su ministerio Jesús fue tentado para no cumplir con su misión de entregar su vida por todo el género humano, ¡qué gratificante oír las palabras de ese malhechor creyente en su promesa! Quizá oyó hablar de Jesús o lo vio y escuchó en algún lugar de Judea, y a pesar de su condición y ahora que lo tenía cerca, no dudó en creer y expresarlo. Un malhechor profetizado para estar en el paraíso. Un lugar en el cual podemos confiar llegar si nos mantenemos en la fe de que Jesucristo es el Hijo de Dios. Amén.