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La paz del Señor Jesucristo en vuestro espíritu
La renunciación es para los siervos de Dios y para sus hijos congregados como iglesia de Jesucristo, sólo que esta última es gradual y es conforme al Espíritu Santo. El Señor Jesús requiere para su obra ministradores de tiempo completo y conforme al Espíritu, debe andar como él anduvo, en libertad de movimiento y sin ninguna carga familiar, laboral, o social. Juan el Bautista es el primer renunciado por la misión que se le había dado de proclamar al Hijo de Dios: Jesucristo.
Esta renunciación es de inmediato y acontece después de estar un tiempo apartado del mundo (socialmente), no físicamente y apegado a la escritura del nuevo testamento. El clero judío se hizo idólatra por poner la vista en las religiones de pueblos externos e iniciaron su contaminación al cambiar la ley a sus conveniencias, dejando la vida espiritual de la fe en Dios por tradiciones y en objetos materiales.
El clero judío puso sus ojos en el templo, los vasos sagrados, el sábado, el diezmo al cual lo mercantilizaron todo en aras de posesiones y riquezas y cuando vieron al Hijo con su doctrina que venía del mismo Dios lo desecharon, no quisieron cambiar. Al Padre no le interesa lo material sino un corazón contrito y humillado en la fe de su Hijo Jesucristo. La renunciación a los siervos que trabajan en su obra sucede porque una dualidad entorpecería su función y podría desatender las cosas del Señor, los profetas nunca salieron del clero, siempre los escogía Dios del pueblo. Fueron santificados por apartarse de la corriente religiosa, es lo mismo que sucede actualmente con las organizaciones humanas los del clero, viven bien a costilla de un pueblo ignorante que no lee y no es capaz de discernir de lo espiritual a lo carnal.
Para los que no son siervos la renunciación es de todo lo que tienes lo entregas al Señor Jesús, debes enseñarte a despojarte de todo, devolverle al Señor Jesús lo que crees que es tuyo, a la verdad el Padre en su misericordia y amor te provee de todo y da lo suficiente al renunciar a lo que tienes, hagas o seas, él te lo devuelve y en caso de alguna misión te dará más o te despojará de algo para quedes liberado de lo que te detiene a vivir en libertad. Esto es, conforme a la misión que te ha deparado.
La renunciación para los que trabajan en la obra del Señor es dejar de ser, de hacer y de tener, nada debe impedir la obra maravillosa de ser heraldos del evangelio de Jesucristo, de los ministerios que requieren este tipo de renunciación se encuentran los apóstoles y los evangelistas, en algunos casos los profetas, los pastores y maestros deben estar apacentados en sus lugares de congregación ejerciendo en total libertad espiritual.
La iglesia debe ser enseñada a despojarse de todo espiritualmente y luego recibirán conforme a su fe en el acto su recompensa. Esto no debe considerar poner propiedades y otras cosas a hombres o a ministerio alguno pues esto ha beneficiado a muchos suplantadores y embusteros que viven del engaño y de la mentira, esto es solamente al Señor Jesucristo en el Espíritu Santo.
Ve renunciando gradualmente para tener una vida agraciada en Jesucristo. Amén.