La paz del Señor Jesucristo en vuestro espíritu
Desde hace más de treinta años el espíritu nos ha revelado diferentes interpretaciones de la escritura, a través de diferentes medios hemos publicado algunas de estas maravillosas riquezas inescrutables del Señor Jesucristo en nuestras vidas, es importante reconocer que desde que fuimos escogidos en el conocimiento de ser de los hijos de Dios por la fe en Jesucristo, le hemos solicitado a nuestro Padre por medio de nuestro Señor Jesucristo que ningún segundo de nuestra vida nos apartemos de su presencia, por considerarla más valiosa que el mismo aire que respiramos, su espíritu es el que nos alienta a seguir dando testimonio de lo importante de oír y obedecer la palabra del Hijo de Dios.
El consejo editorial de este blog ha emprendido la tarea de elaborar y publicar un libro electrónico al alcance de todos en forma gratuita, siguiendo en obediencia la palabra del Señor Jesucristo, lo que te ha sido de gracia, compartirla de gracia, a fin de que el evangelio llegue en forma sencilla y gratuita al mayor número de hijos que están esperando con ansia la verdad y el conocimiento sano de nuestro Señor, Salvador y maestro Jesucristo. Sin leuda ni engaños, falsas promesas, erróneas interpretaciones y todo aquello que ha provenido del enemigo para desviar a los escogidos de vivir en santidad (apartados del mundo) y de seguir en plenitud de obediencia lo que está escrito por el Espíritu Santo en el nuevo testamento.
El libro lo hemos denominado Jesucristo: el origen de la vida espiritual para los hombres de esta generación. Ciertamente hemos podido constatar por el Espíritu de la gran cantidad de creyentes y hermanos en Jesucristo que se han vuelto a la sana doctrina del Señor Jesucristo y de dejar todas esas cosas que se han infiltrado en la vida de la iglesia, también, cada vez son más aquellos que han dejado sus religiones y se han vuelto al Señor Jesús, redargüidos por el espíritu del error en que se encontraban.
Y los que nos hemos mantenidos rectos delante de su presencia, (no porque seamos perfectos, ni erramos, ni somos un dechado de virtudes humanas) sino porque nos hemos propuesto estar en obediencia a la palabra del Señor Jesucristo por medio de la fe, la esperanza y el amor, en obedecer los mandamientos de Jesucristo y vivir la Buenaventura asignada, así como congregarnos en la forma más sencilla y práctica que enseña el evangelio, accionar en nuestra vida la renunciación, llevar la cruz en el Espíritu e ir en pos de él, vivir plenamente el fruto del Espíritu Santo en nuestra actividad, reconocer la fuente de sabiduría del Hijo de Dios, de ver la manifestación del poder de Dios en nuestras peticiones y en el dicho de nuestra boca, de discernir y estar alerta de todas las cosa que el enemigo engaña al pueblo de Dios.
Como el espíritu del Señor nos ha enseñado “No estamos solos, el Señor Jesús es el que está en, por y con nosotros en esta tarea, es él que nos impulsa a enseñar que él es el Hijo de Dios, el enviado por Dios, él es la propiciación de nuestros pecados, él es el predicado en las familias y en las congregaciones, él es el deseado por toda su iglesia, él es el bendecido para los creyentes, él es el creído para salvación, él es el engrandecido por nuestro Padre, él es el esperado, el que era es y ha de venir, él es el invocado para comunión con el Padre, él es el exaltado sobre toda la creación, él es la voluntad de Dios, él es que tiene la potestad en el cielo y la tierra por voluntad de Dios, él es el maestro de maestros, él es la cabeza de la iglesia, la piedra angular de toda edificación espiritual en Dios. Él es el centro de nuestra congregación, él es el Señor de los señores, él es el primogénito el unigénito de nuestro Padre, él es la puerta nuestro acceso al Padre, él es el pastor de toda oveja en el redil y de las ovejas descarriadas. Él es la vida, la palabra y el autor de la salvación. Él es la sabiduría e inteligencia en nosotros, es el que está sentado a la diestra del Padre y que ha prometido venir por su iglesia, a él concedámosle nuestra fe en lo escrito en este párrafo para honrarlo y agradecerle lo que ha hecho por nosotros. Amén.