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Jesucristo: testimonio del Padre a los hebreos, La obra de Dios

La carta a los Hebreos representa una comunicación comparativa y confirmatoria para los hebreos de las nuevas disposiciones que Dios ha operado en los tiempos del cumplimiento de su palabra y profecía, la salvación fue anunciada a Adán y Eva por el Señor en consolación por la falta cometida, les dijo que vendría un Salvador y posteriormente daría la ley y enviaría a los profetas para anunciarles y recordarles que enviaría a su Hijo a redimirlos del pecado, hablaba del Señor Jesucristo y los judíos no quisieron recibir al mensajero (Juan el bautista) ni al Enviado (el Señor Jesucristo) ni al mensaje de salvación para vida eterna por medio de la fe.


Leer la carta a los hebreos en orden representa la culminación de que esta carta afirmaba a los judíos que Jesucristo era el enviado de parte de Dios y que había llegado el momento de recibir a su Hijo y allegarse al nuevo plan de salvación, esto es, que la salvación se abrió a toda la humanidad incluyendo a todas las naciones y a todos los hombres. Algunos no podían creer que un ser humano como lo fue el Señor Jesucristo, fuere el rey que habría que enviar el Todopoderoso, ellos querían investirlo del linaje como de un ángel, todavía hay algunos ignorantes que creen que Jesucristo tenía una figura divina, mas Jesucristo no podía hacerlo espiritualmente pues tenía que venir en carne ya que de otro modo habría roto el decreto de Dios y la profecía. Así, la naturaleza de Jesucristo fue humana: él como todos los seres humanos sentía calor, frio, se cansaba, le daba hambre, padeció, se desesperaba con los discípulos y hasta gritó cuando lo hartaban con sus dudas por eso decía ¡basta ya! Por tal motivo él nos entiende y comprende lo que nosotros sentimos en nuestra alma y en nuestra carne, de ahí de enviarnos al Espíritu Santo para que nos fortalezca y nos haga vencer el mundo, la carne y resistir al enemigo.


El mensaje les fue enviado a los hebreos, ellos querían seguir en sus tradiciones, linajes, fábulas y genealogías que ya no tienen utilidad, lo más precioso es el mensaje de salvación por fe del Señor Jesucristo de que el año agradable ya estaba en ellos, muchos sacerdotes que verdaderamente leían la escritura de inmediato comprendieron que Jesucristo era el Mesías y tenían comezón por escucharlo, se maravillaron de todas las obras y señales que hacia el Señor. El mismo pueblo ignorante hacia su juicio comparándole con los fariseos, ellos tenían desconfianza de los fariseos y el orden clerical seguían la tradición pues al oírlo les hablaba con autoridad Jesucristo y no como los fariseos que nada más los hacían sentir mal en la presencia del Señor y les echaban la culpa de todo y se iban.


Todavía se practica en los religiosos estas tradiciones de querer ver al Señor Jesucristo con una vara y si te equivocas te va a dar de varazos, él es misericordioso, él es amor para los que creen en él, su corrección es mejor que cualquier otra cosa. Algunos judíos creyentes querían continuar judaizando a todos los gentiles de su tiempo, en la actualidad en muchas congregaciones imitan a los hebreos y no reconocen el sacrificio vivo de nuestro Señor Jesucristo, quieren vivir de las tradiciones y malas interpretaciones y saben en su interior que no lo están haciendo para Dios sino era para sí mismos o para reconocimientos públicos de que ellos se apegan a ley y ésta ya no se necesita para ser salvo.


Los judíos asociaban los embates de los pecados en sufrimiento a la carne, ellos tenían la noción de que todos los males y enfermedades provenían del pecado, los judíos siempre decían de las personas discapacitadas ¿quién había pecado él o sus padres? Jesucristo dijo que para que se manifestase la gloria de Dios, en esa época había muchos leprosos y enfermos de padecimientos incurables. En ese tiempo ciertamente el pueblo judío estaba muy afligido a causa de su falta de fe y alejamiento de la voluntad de Dios y era muy notorio ya en anteriores ocasiones que también era afligido por los pecados en la carne y en el alma, pero la venida del Señor les liberaría de esa condición, su padecimiento en la cruz y su sangre derramada en su muerte tienen un poder sobrenatural espiritual para perdonar (Ver blog el valor de la cruz).


Al creer que Jesucristo es el Hijo de Dios inicias un camino con todas las de ganar: tu salvación. Algunos judíos le preguntaron en Juan 6:28-30 y 37-40 28 Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? 29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado. 30 Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces? 37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. 38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. 40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.


La carta a los hebreos contiene un gran caudal de doctrinas que ameritan una examinación a través del Espíritu Santo que en posteriores blogs se publicarán, lo cierto es que Jesucristo ama a su iglesia y nosotros le agradecemos cada instante de nuestra vida de poder ser partícipes de los grandes promesas para los hijos de Dios. Y dicho sea de paso, esta carta es el excelente argumento para los que son judíos creyentes que judaizaban gentiles y sigue siendo el mismo argumento excelente para los gentiles que quieren judaizarse y judaizar a otros. Porque lo que salva amigos míos, de nueva cuenta os digo, es la fe en el Hijo, no en la fe en la nación donde nació ni en la fe en las tradiciones que estaban cuando el Hijo vivió y anduvo aquí. Amén.

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