No hay mejor definición del carácter de Jesucristo en su vida y ministerio que la mansedumbre con la que vivió. El Espíritu recoge esta semblanza de él en Mateo 11:29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; el ser manso es una obligación de los hijos de Dios por la fe en el Señor Jesucristo, es un espíritu en el cual debemos de procurar y albergar para nuestras vidas con la promesa que quien la practica descansará su alma en esta vida.
El hombre manso en el Señor Jesús es de una vida espiritual sumisa ante el Padre y apacible y tranquilo para con los hombres, dócil y amable para la iglesia; el no exaltarse ni cultivar la prepotencia son condicionantes para saber vivir, está escrito en Mateo 5:5 Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Esta cualidad entre los hombres la premia el Padre ya que en su promesa, al hombre que cultiva la mansedumbre le otorga la heredad de la tierra, será afianzado en ella por el buen testimonio de su vida sosegada en la calma y docilidad de vivir para convivir con los que nos rodean.
Los ambiciosos, soberbios e iracundos perderán cuando se enfrenten con personas mansas y humildes. El Señor Jesucristo venció al enemigo de Dios en la cruz por su espíritu manso y humilde, así lo describe el pasaje en Mateo21:5 Decid la hija de Sion: He aquí, tu Rey viene a ti, Manso, y sentado sobre una asna, Sobre un pollino, hijo de animal de carga
El Señor Jesucristo te enseña a dejar tu naturaleza carnal y a envolverte en la mansedumbre. Durante su ministerio, el apóstol Pablo exhortó en diferentes ocasiones a preferirse en mansedumbre durante los diversos asuntos en la iglesia, como está escrito en 1 Corintios 4:21 ¿Qué queréis? ¿Iré a vosotros con vara, o con amor y espíritu de mansedumbre? Y una vez más en la segunda carta a los Corintios les habla de la importancia de vivir la mansedumbre como en 2 Corintios 10:1 Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, más ausente soy osado para con vosotros; el practicar la mansedumbre en el Espíritu te envuelve en el mejor trato con los demás, así lo escribió a los Gálatas 5:23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. En el dictar juicio es imprescindible actuar mansamente así lo describe el apóstol Pablo en la misma: Gálatas 6:1 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
Los hijos de Dios tenemos que entrar al reino espiritual de mansedumbre para sufrir agravios y saber perdonar a los hermanos como lo dice en Efesios 4:2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, en la carta escrita a los Colosenses 3:12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; nos da una quinteta de actitudes espirituales que debemos vivir en ellas, nos lo demanda nuestro linaje.
A los evangelistas del Señor Jesús les demanda el Espíritu de predicar la mansedumbre como fruto del Espíritu Santo como está escrito en Tito y en 1 Timoteo 6:11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Y en Tito 3:2 Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres.
La mansedumbre debe estar inmersa cuando se apoye la palabra del Señor Jesús como está escrito en Santiago 1:21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. Así mismo es una buen ejemplo para los que se precian por servir al evangelio el saber conducirse entre los hermanos y ante los hombres así lo escribió el mismo apóstol en Santiago 3:13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.
Existen algunos enemigos que nos molestan en su insensatez preguntándonos ¿por qué defendemos a Dios? a ellos les decimos siempre que El Dios Todo Poderoso no necesita defensa de hombre o siervo alguno, pero nos demanda que cuando alguien nos lleva ante religiosos y otras huestes del enemigo defendamos nuestra fe en el Señor Jesús con testimonio y con palabra en mansedumbre como se muestra en 1 Pedro 3:15 sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros;
La mansedumbre debe de acompañarse de gozo al saber que nuestra condición es un preámbulo a la victoria de nuestras vidas, te exhortamos a vivir en mansedumbre y esperar en el Señor Jesucristo. Amén.