Vivir por fe en el Señor Jesucristo

Creer que Dios es el Padre nuestro de los que confesamos el nombre del Señor Jesucristo, creer que Jesucristo es el Hijo de Dios y vino a salvarnos, creer que tenemos la vida eterna por su Hijo Jesucristo, constituye una base sólida en los conocimientos en la fe que Dios quiere que nos movamos en el Espíritu Santo por este mundo. Es tan grande su amor por la iglesia que nos deja durante su estancia en la tierra el Señor Jesucristo un legado de la importancia de constituirnos en la fe a fin de hacer frente a toda adversidad o temor que podamos sentir.

Leamos lo que dice en los siguientes versículos en Mateo 6: 30 Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se echa en el horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?, Mateo 14:31 Al momento, Jesús extendió la mano y, mientras lo sostenía, le dijo: « ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?» Y Lucas 8:25 Jesús les dijo: « ¿Dónde está la fe de ustedes?» Pero ellos, temerosos y asombrados, se decían unos a otros: « ¿Quién es éste, que hasta a los vientos y a las aguas les da órdenes, y lo obedecen? Como un buen maestro enseña con hechos la importancia de vivir en la fe y seguridad en él, todo lo que existe o lo que tenga nombre está bajo su control y domino, los Hijos de Dios no andamos por vista sino por fe, esta norma espiritual de vida es la forma en que nos demanda vivir el Señor como testimonio al mundo de que él es una realidad en nuestras vidas y su poder a través del Espíritu Santo en nosotros es el ejecutor de las obras perfectas de Dios para los hombres.

El problema radica que muchos distorsionadores de la palabra lo quieren ejecutar en las riquezas materiales para vivir en placeres y deleites y ahí no es el destino de la fe del Señor Jesucristo, sino el de manifestar su amor y misericordia para los hombres en sus necesidades y cosas apremiantes por el descuido en sus vidas, aun cuando muchos sucesos acontecen para manifestar la gloria y el poder de DIOS como lo advierte Pablo a Tito 1:13 Éste es un testimonio verdadero; así que repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe. Sigamos leyendo algunos versículos bíblicos de la importancia de vivir en fe (aconsejamos a nuestros amables lectores a que lean en su biblia los pasajes completos) para mayor comprensión:

Mateo 8:10 Al oír esto Jesús, se quedó admirado y dijo a los que lo seguían: «De cierto les digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.

Mateo 9:2 Allí le llevaron un paralítico, tendido sobre una camilla. Cuando Jesús vio la fe de ellos, le dijo al paralítico: «Ten ánimo, hijo; los pecados te son perdonados.»

Mateo 9:22 Pero Jesús se volvió a mirarla y le dijo: «Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado.»

Mateo 15:28 Entonces, Jesús le dijo: « ¡Ah, mujer, tienes mucha fe! ¡Que se haga contigo tal y como quieres!» Y desde ese mismo instante su hija quedó sana.

Hechos 14:9 escuchando a Pablo; y cuando Pablo lo vio a los ojos, comprendió que tenía fe para ser sanado.

Teniendo fe en el Hijo de Dios es como damos testimonio que somos hijos del Padre, en la carta a los romanos dice: Romanos 1: 5 Por medio de Jesucristo recibimos la gracia del apostolado, para que por su nombre llevemos a todas las naciones a obedecer a la fe. En la carta a los efesios Pablo escribe Efesios 1: 15 Por esta causa también yo, desde que supe de la fe de ustedes en el Señor Jesús y del amor que ustedes tienen para con todos los santos, vuelve a escribir en Colosenses 2: 5 porque aunque físicamente estoy lejos de ustedes, en el espíritu estoy entre ustedes, y me alegra ver su buen orden y la firmeza de su fe en Cristo. También dice en Filemón 5: 5- 6 5 porque me he enterado del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos; 6 y pido que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en ustedes por Cristo Jesús. Y en segunda de Pedro en su salutación inicial reconoce que la fe proviene de Dios y es la misma fe a todos los hermanos de todos los tiempos y lugares 2 Pedro 1:1 Yo, Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, envió un saludo a ustedes, que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo han alcanzado una fe tan preciosa como la nuestra.

La fe en su Hijo Jesucristo es depositada por nuestro Padre a los que tiene destinados como sus hijos, esta fe el Señor Jesús te dice a través de su palabra que la vivas y apliques intensamente en tu vida diaria para ti, los tuyos y los que te rodean y con los que tengas comunión ocasionalmente o permanentemente, en la iglesia y en el mundo, desde joven hasta la ancianidad, con poder o por amor, en humildad o en gloria sea siempre magnificado el Señor Jesús.

Se confirma en Hebreos 12:1-2 Por lo tanto, también nosotros, que tenemos tan grande nube de testigos a nuestro alrededor, liberémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. 2 Fijemos la mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo que le esperaba sufrió la cruz y menospreció el oprobio, y se sentó a la derecha del trono de Dios. A nuestros amables lectores que tienen el gozo y disfrute de conocer la verdad del Señor a través de su palabra la fe junto a la esperanza y a la práctica del amor es la condición y esencia de una vida plena en el Espíritu.

1 Juan 5:4 Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.

Es imperioso recalcar que la fe es uno de los tres pilares que el creyente debe descansar su vida. Ya se ha hablado del amor en los anteriores blogs y ahora es el turno de la fe. No podemos vencer al mundo sin la fe en el Señor Jesús, porque el Señor Jesús venció al mundo al obedecer fielmente el mandato del Padre Celestial. Por eso es que ahora la fe en Jesucristo es nuestra esperanza de gloria pues es nuestro pasaporte sellado con su sangre en la cruz del calvario. ¡Benditos los que saben y practican la fe! Porque sin ella es imposible agradar a Dios, mas ¡Ay de los que apilan letras muertas en sus mentes y cierran sus corazones para creer! Porque si por conocimiento fuera la salvación, nadie sería salvo, pues no hay ser humano que pueda albergar semejante información en su mente y vida para trasmitirlo.

¡La fe, la fe que salvó a los antiguos por obediencia, fue perfeccionada por Cristo! La fe nos lleva por la mansedumbre, la sencillez, las pocas palabras, la obediencia. Nos dicta que no debemos guiarnos por vista, sino por el oído. Se planta en el corazón y de ahí germina para el resto del cuerpo y para los que nos rodean después de un tiempo. Dos letras tan difíciles de entender para los que están en tinieblas. La fe en sí es como un cofre cerrado lleno de tesoros para los que tienen la llave del candado. Amén.