top of page
Foto del escritorCuerpo Editorial

La fe que mueve los montes


Somos hijos de Dios por la fe en Señor Jesucristo (te recomendamos dejarte de llamar cristiano, porque es como así nos conoce el mundo) nuestra esencia espiritual es fe, estamos provistos de una fe de la cual quiere nuestro Padre que nos movamos en ella siempre mientras estemos en este mundo, la fe es una herramienta poderosa para manejar los acontecimientos en la vida, al tener conocimiento de nuestro Señor y creer en su obra maravillosa en la salvación de nuestra alma. Tenemos que pasar a un grado superior que es vivir en el poder del reino de Dios (no para las cosas materiales sino para ejercerlas espiritualmente) el haberte llevado a leer el antiguo pacto es donde surge una confusión al tratar de hacerse a las promesas de los judíos y no a las promesas y grandes cosas que nos tiene preparadas para la iglesia.


La fe se requiere aplicar en nuestra vida como un escudo así lo escribe el apóstol Pablo en Efesios 6:16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. El enemigo quiere desanimarnos con las cosas de este mundo y recordar nuestra condición “perecedera” y de importancia aquí, en el cual pasamos desapercibidos porque no nos reconoce. ¿O dígame lector en la historia o libros del mundo cuándo se mencionan las hazañas de los discípulos del Señor Jesucristo y la descripción de la misión de nuestro Señor Jesucristo? Es en las congregaciones del Señor Jesucristo donde se degusta y se come la palabra del Señor Jesús y se bebe de las fuentes de agua prometida por el mismo Señor Jesús.


Hay una enseñanza que Jesucristo hizo mención en las clases diarias con sus discípulos que fue recogida por el Espíritu y se enclava en Mateo 17:20 Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. Y de nuevo la repite en Mateo 21:21 Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. En las dos ocasiones el Señor Jesús echa mano de la fe como forma de terminar con alguna molestia o estorbo a fin de que los discípulos practicasen la fe que existe en el poder de la palabra ¿Qué significado tienen los montes? Ciertamente los montes son lugares agradables, algunos de ellos sirven como escurrideros de agua y en otros albergan bosques, otros sirven como pináculo de poder y de visión larga cuando llegas a la cima o son lugares estratégicos de dominio y pueden tener utilidades. En este ejemplo específicamente los montes constituyen barreras y obstáculos que te impiden andar rectamente en el camino, hay que bordearlos o escalarlos para continuar, creando un desgaste a tu organismo y procuran desfallecer a tu ánimo para no continuar por el sendero.


La interpretación a los anteriores versículos es que hay factores internos y externos que impiden que nosotros prosigamos al blanco y tenemos que quitar todo estorbo en nuestra vida. Hay que aplicar la fe para quitarlos del camino: pereza, engaños, debilidades, falta de capacidad intelectual, física o mental, temores, inseguridades, ataques o cualquier otra muralla que frena nuestro camino, con la fe y en el nombre de Jesucristo podemos quitar esos obstáculos por más sinuoso o voluminoso que sean nuestros montes podremos quitarlos y que nos deje libre el paso para seguir avanzando. Y lo mejor de todo echarlo lejos a un lugar que no nos vuelva a dañar o estorbar: puede ser el mar (lugar de abismo) u otro sitio en el cual seas libre de transitar en una vida plena espiritual y la promesa es que nada nos será imposible, después de leer esto amigo lector ¿hay algo imposible para ti? No, el Señor Jesucristo es el nombre dado sobre todo nombre, Él está por encima de todo, todo está sujeto en su poder, la misma creación está bajo su poder de ahí que el Espíritu Santo nos enseña que todo lo que emprendamos lo hagamos en él, todo es posible para los que ejercen la fe en el Hijo de Dios. En estos tiempos tenemos el Espíritu Santo de Dios que mora en nosotros y él nos llena de fe, en Lucas 17:5 Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. No había llegado el consolador en sus vidas y pedía la fe en ellos, ahora tenemos el Espíritu Santo y el poder de Dios está en nosotros y él lo da según la medida para lo cual fuimos hechos como se puede leer en Romanos 12:3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.


Estimados lectores recordemos lo que está escrito en 2 Corintios 10:15 No nos gloriamos desmedidamente en trabajos ajenos, sino que esperamos que conforme crezca vuestra fe seremos muy engrandecidos entre vosotros, conforme a nuestra regla; hagamos crecer nuestra fe viviendo en la esperanza y el amor de nuestro Señor Jesucristo y examinemos como dice en la misma carta 2 Corintios 13:5 Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados? Es de un gran interés del Espíritu Santo que el poder de Dios se manifieste en fe para que sea glorificado el nombre del Señor Jesús en la vida útil de los siervos de Dios y en los miembros de su iglesia. Los siervos y la iglesia del Señor Jesucristo son sufridos y hay que echar mano de la fe para soportar como está escrito en 2 Tesalonicenses 1:3-4 3 Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás; 4 tanto, que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis.


La siguiente enseñanza del Señor Jesús leída en Lucas 17:6 Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería. Reitera la necesidad de actuar y vivir en fe, en los ejemplos anteriores exponía como ejemplo un monte, aquí habla de un sicómoro, un árbol que tiene raíz y que se adhiere a la tierra, es frondoso y su madera es muy apreciada por su dureza y resistente, es más interno el ejemplo pues está en el interior del hombre. Jesucristo conoce lo que hay en los corazones de los hombres y decide que los siervos y discípulos que trabajan en la obra deben quitar todo lo que se encuentre acogido o arraigado en sus corazones o en sus mentes, está en nosotros limpiarnos de toda contaminación del mundo y llevarla lejos de nosotros y que se plante en el mar y se cumpliría nuestra orden. Es la fe que necesitas para ser libre en Jesucristo, esta enseñanza está dirigida a discípulos y siervos que trabajan en la obra del Señor Jesús, aun así los hermanos pueden hacerla suya para ser ministros competentes en servicio en la iglesia ya que en los postreros tiempos serán de extrema prueba como lo escribió el espíritu en 1 Pedro 1:7-9 7 para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, 8 a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; 9 obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.


Estimado lector: has sido destinado a vivir en la fe del Señor Jesucristo, aplícala diariamente en tu vida y vive la victoria a diario. Cuando uno crece en lo espiritual, poco a poco deja uno de ser y actuar como mundano y pagano. Eso es en parte causado por la fe en Jesucristo que nos purifica. Llega un punto en nuestras vidas, que debemos confrontarnos a nosotros mismos, en nuestro interior, durante las diferentes etapas de nuestra existencia. Es ahí donde aparecen los montes y los sicómoros, que son las cosas más duras que debemos vencer dentro de nosotros mismos. Y la fe es la herramienta adecuada para hacerlo. No es posible quitar todos los montes que pudiésemos tener a una sola vez, sino gradualmente conforme avanzamos, porque no puede haber dos montes en un mismo lugar. Ni tampoco desarraigar todos los sicómoros en nuestro camino por la misma razón. Conforme caminamos es cuando los encontramos frente a nosotros. La victoria radica en el hecho de despejar el camino para seguir hacia nuestro destino. Esta es la aplicación real y específica de la fe en el ser humano: quitar lo que nos estorba de alcanzar la altura espiritual que Dios quiere en nosotros.


Y no por nada el Señor Jesús comparó la fe con un grano de mostaza, porque la fe es pequeña al principio, pero conforme pasa el tiempo aumenta de manera gradual. La fe debe aumentarse con la práctica, en el día a día, al dejar confiar en el mundo y solo confiar en Dios y en Jesucristo. Amén.


bottom of page