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La mujer de Samaria y la mujer sorprendida en adulterio


El Espíritu Santo nos enseña grandes porciones de sabiduría en la palabra del Señor Jesucristo, él es un maestro y como tal dio ejemplos reales y verdaderos de testimonio y sabia enseñanza al pueblo judío, a sus discípulos y a su iglesia. La biblia dice que él no cometió pecado y que en su ministerio habría que ser específicos y no hacer caso al falso moralismo humano. El amor es una nueva forma de vida para los hombres y se tiene que probar y qué mucho mejor de utilizar como ejemplo las acciones de dos mujeres: una israelita y la otra de Samaria. Quienes quieren ver la severidad de nuestro Padre habrían de leer este tema ya que el Espíritu Santo deja testimonios espirituales valiosos para la paz de la iglesia.


Juzgar y condenar son delicias a los religiosos y a los que no obran como Dios, se les olvida que un padre disciplina; no condena. Es decir, Dios sabe nuestra condición actual: la desobediencia de un hombre la pagó todo el género humano, sin excepción (crean o no crean), el plan de Dios a través de Jesucristo vino a cambiar no la naturaleza del hombre sino a volver a su nueva forma de redención de los seres humanos; el perdón como pago de ofensa, no el arrepentimiento, perdonar es del Padre y del Señor Jesucristo lección que debe aplicarse en la vida de sus hijos, en éstos arrepentirse nace de nuestra naturaleza humana y es obligada por el Espíritu Santo, en el mundo arrepentirse nace de la conciencia del ser humano de saber qué es bueno y qué es malo. La diferencia es que el Espíritu nos ayuda en mostrarnos lo que es incorrecto delante de Dios para perfeccionarnos, en el ser humano no hay conciencia en la consecuencia de los actos o si los conocen arguyen a solventarlos en una manera humana y no conocen que a cada acto que sumen se hará para condenación.


Transcribiremos íntegramente el primer asunto como está escrito en Juan 8:1-11 1 y Jesús se fue al monte de los Olivos. 2 Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. 3 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, 4 le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. 5 Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? 6 Más esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. 7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. 8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. 9 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. 10 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.


En los versículos uno y dos el Señor Jesús es maestro de enseñanzas según el Espíritu, del versículo tres se desprende quienes acusan son escribas y fariseos.


La pregunta humana más oída por el que escribe: ¿Cómo saben los religiosos de un evento tan íntimo de una relación sexual pecaminosa de un hombre y una mujer en un sistema tan penado como la ley judaica?


De los versículos cuatro y cinco se refiere a la precisa acusación de la mujer sorprendida y de la mención del castigo por haber violado la ley.


¿Para que ir con el Señor Jesús?, conocen los hechos y saben que la ley hay que aplicarla en su momento y en su lugar.


En el versículo seis el Espíritu demuestra la intención de los religiosos de sorprender al maestro, distraerlo de su mensaje y el fondo de su doctrina. El Espíritu nos enseña que Jesucristo escribía con su dedo en la tierra.


Amado Lector


¿Cuántas veces hemos escrito en la tierra?


¿Cuál ha sido nuestro propósito?


¿Que hemos utilizado para escribir?


Las anteriores preguntas sé que te las estas contestando en este momento.


El propósito de mencionar este hecho tan importante es que el Señor Jesús nos habla de una ley en la tierra, él juzga y nadie más, la iglesia en los asuntos de la iglesia y del mundo juzgarán también, pero en ese momento él es el único que juzga, por orden de su Padre, no hay nadie más, él ha venido a este mundo y tiene el poder de juzgar sobre lo que está escrito en la tierra.


En el versículo siete siguen la insistencia de emitir juicio por parte de los religiosos, de los hipócritas, de los moralistas. La escritura dice que se endereza, la nueva posición señala señorío y dominio para emitir un juicio. Y lo emite: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.


En el versículo ocho relatan que vuelve a inclinarse y sigue escribiendo en la tierra.


En el noveno se fueron diluyendo los acusadores los viejos y luego los jóvenes: un juicio de parte del Señor tiene como característica PODER y nadie puede contra un juicio que procede de la deidad. En la relación y el trato del pecado queda solamente el Señor Jesús y el pecador.


En el versículo diez Jesús toma el señorío y dominio y hace ver a la mujer de su nueva condición, como no hay acusadores tampoco hay una sentencia de condenación de parte suya.


En el versículo once ella contesta que ninguno, el Señor Jesús emite un juicio: “no te condeno” aunque puede hacerlo porque él no tiene falta, ni conciencia que lo acuse pero le lanza una advertencia: “vete y no peques más”. El adulterio es pecado de muerte, volverlo hacer tiene consecuencias graves.


Leer este pasaje nos lleva a reflexionar el gran amor y paciencia que tiene nuestro Padre por medio de nuestro Señor Jesús y como su Hijo siempre intercede por nosotros, predica la verdad y el amor de Dios para el hombre, así que no seas fariseo, religioso y mentiroso, yo no leo un arrepentimiento de la mujer, un perdón, ningún gracias. La misericordia de nuestro Padre no tiene límites, el hombre en su pobreza e ignorancia lo quiere limitar.


Hay hermanos predicadores que dicen que la adultera es la iglesia en nuestros tiempos y que los fariseos son el mundo y el enemigo de Dios y que el Señor Jesús es benigno y complaciente y quiere que se vuelva a su palabra y se vuelvan y vivan el amor del Padre por medio de su Hijo Jesucristo. Otros dicen que era la condición de Israel de haberse apartado del amor de Dios y de las enseñanzas del Señor Jesucristo.


¿A usted, amable lector, qué le ha sido revelado?


El otro hecho que mostramos es lo que se conoce como la samaritana y el Señor Jesús al cual lo transcribiremos íntegramente:


Juan 4 1 Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan 2 (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos), 3 salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea. 4 Y le era necesario pasar por Samaria. 5 Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. 6 Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta. 7 Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. 8 Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. 9 La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. 10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. 11 La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? 12 ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? 13 Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; 14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. 15 La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla. 16 Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá. 17 Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; 18 porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. 19 Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta. 20 Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. 21 Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. 23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. 25 Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas. 26 Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo. 27 En esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: ¿Qué preguntas? o, ¿Qué hablas con ella? 28 Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: 29 Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo? 30 Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él.


En el relato de los versículos 4, 5 y 6 hay referencias bíblicas muy ricas que permiten conocer un fundamento histórico de Jacob y el origen de Samaria como pueblo gentil y no propio de Israel.


En los versículos 7 y 8 7 Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. 8 Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. El Señor experimenta una necesidad fisiológica tiene sed y le pide de beber.


En los versículos 9,10 y 11 explica la desigualdad social producto de una realidad de ese tiempo y Jesucristo no pudo hacer mejor presentación de su propósito en su ministerio y su analogía del agua viva. La mujer samaritana lo cuestiona ¿de dónde proviene tu agua viva? No duda ella quiere saber de esa agua.


En los versículos 12,13 y 14 resalta nuestra naturaleza material el agua del pozo en el cual beben ganado y los hombres y la respuesta espiritual que tiene el Señor Jesús el agua que calma la sed física es temporal, el agua de vida espiritual es fuente para vida eterna.


En los versículos 15,16,17 y 18 rápidamente la mujer cree y el Señor Jesús le hace ver su condición, sabe que tiene sed espiritual y la confronta con su vida, con la pregunta llama a tu marido- ella le contesta no tengo marido- y el Señor le responde con su realidad de vida, al Señor no le interesa nuestra vida pasada le interesa que tengas sed de su palabra, sed de su verdad, sed de volverse a Dios, Jesucristo lo sabe todo, todo lo que has hecho. Todo el género humano tiene conciencia del bien y del mal (eso no le interesa, no es su ocupación), a él lo que verdaderamente busca es quien se vuelve de su camino y se vuelve a Él. Es su ministerio emprende el camino de la reconciliación de Dios con su enseñanza.


Los versículos 19 al 22 con las palabras del Señor Jesucristo a la mujer, ella CREE y pregunta en qué monte se va adorar y Jesucristo le comunica la nueva disposición del Padre para adorarlo y emite la declaración que la salvación viene de los judíos para lo cual muchos le han dado un énfasis equivocado y en el cual ya lo hemos explicado en anteriores Blogs.


De los versículos del 23 al 26 Jesucristo declara palabras que no tienen comparación en la nueva relación con el Padre y enseña: “… Ahora es, cuando los verdaderos adoradores adoraran el Padre en espíritu y verdad”. El Espíritu Santo va hacer la labor en los creyentes al enseñarles la palabra y vivir en el espíritu y da otra lección no menos importante: el Padre busca adoradores que le adoren. ¿Cuán importante sabiduría es volcada para esta mujer con esa condición carnal? La mujer pregunta sobre el Mesías extasiada por oír más verdad, ella busca la verdad y cuestiona al maestro o al profeta según su comprensión. Y Jesucristo no le oculta nada, como a los fariseos o religiosos. Le contesta YO SOY el que habla contigo.

¿Por qué a ella le descubre el gran misterio de su vida?


Estos versículos se encuentran en el evangelio de Juan, el evangelio de la sublime sabiduría de Dios y utiliza a dos mujeres con condiciones deplorables moralmente hablando según la conciencia humana para mostrar su amor y misericordia; su verdad y su palabra.


De los versículos 27,28 y 29 se desprende que los discípulos no osaron preguntar, saben ya de la benignidad de Dios y de la voluntad personal del que llama. La mujer dejó el cántaro, es más el agua espiritual que el agua física y testifico a los suyos: no enseñó, no predicó, solo testificó del Señor Jesucristo. Aprendan de ella hermanas, el poder de testificar el nombre del Señor Jesucristo y en su dicho pregunta a la ciudad ¿no será este el Cristo?. Su duda se esclarecerá más después cuando crean los demás.


También he oído el mensaje de que la mujer samaritana es el recorrido que tiene que caminar la iglesia gentil, apartada de la salvación por privilegio de la nación judía, espera que llegue el tiempo de la salvación por la misericordia de Dios a su creación. La práctica mundana de sus acciones no le sorprenden al Padre él sabe que muchos serán llamados y pocos los escogidos, pero los escogidos adorarán nuevamente en espíritu y a través de la palabra del Señor Jesucristo Él reconocerá la adoración de sus hijos a través de Jesucristo en este tiempo.


La adúltera y la gentil con dos mensajes diferentes y la verdad expuesta por el Señor Jesucristo, hace recordar que toda palabra de la escritura es inspirada por Dios, la palabra del Señor Jesucristo es para siempre. La condición de los que no conocen a Dios y andan en sus propios caminos es el reflejo de estas dos mujeres, así éramos nosotros, pero cuando creemos el Espíritu Santo viene a morar en nosotros y la advertencia es no volver a nuestras antiguas acciones, dejémonos que se enseñoreé el espíritu de Dios en nuestras vidas. Amén.

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