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Aptitudes espirituales útiles a los hijos de Dios


El comportamiento social de los hijos de Dios en el mundo debe estar apegado a la palabra del Señor Jesucristo, el Espíritu Santo es un guía constante de lo que debemos de obedecer en el nuevo pacto y nuestra obra ante los ojos del mundo, deben ser testigos de que nuestras acciones no van siguiendo su corriente, somos de un linaje espiritual divino y como tal nuestro comportamiento siempre será distinto a los que nos rodean, la actitud de mostrarnos en público es callada, silenciosa, reservada, no hacer alardes de vanagloria, la humildad y la mansedumbre debe cultivarse en nuestro carácter y temperamento, la renunciación a toda hambre de publicidad se inicia desde los primeros inicios del conocimiento del Hijo de Dios.


Debemos ser aptos en nuestra salvación no como requisito para ser salvo (la salvación es de nuestro Padre) sino por el camino que señala el Señor Jesucristo de su vida y tener la oportunidad de vivir como él con la ayuda del Espíritu Santo, nosotros solo ponemos en obra la obediencia, el entendimiento y la ejecución de la actividad testimonial, para ser sabios y ser partícipes de las riquezas inescrutables del Señor Jesucristo en nuestra vida presente.


Como mandamientos para manifestar la sabiduría de Dios y mostrar su utilidad en nuestra cotidiana forma de vivir en nuestro entorno, el Señor Jesucristo nos dice en su palabra en Mateo 5:44 pero yo os digo: amad a vuestros enemigos, bendecid a los que maldicen, haced bien a los que aborrecen y orad por los que os ultrajan y os persiguen.


Desglosaremos la primera indicación de comportamiento que debemos observar para su correcta aplicación en nuestro vivir a diario:


Amad a vuestros enemigos


El amor es una esencia de nuestro ser, amamos por el Espíritu Santo de Dios, si Dios es nuestro Padre y Dios es amor, el amor de Dios está en nosotros, si conocemos que Dios es perdonador, nosotros debemos perdonar, si el Señor Jesucristo nos da su paz, es importante vivir en paz con los que nos rodean (familiares, vecinos, compañeros, colegas de profesión, competidores, etc., etc.), esto ya lo podemos digerir y ahora nos enfrentaremos con el reto de cumplir este mandamiento, amad a vuestros enemigos, los hijos de Dios guardamos la paz y no acostumbrarnos andar de belicosos, chismosos, pendencieros y otras actitudes mundanas que hicimos antes de nuestro nacimiento en el Señor Jesús, la obra transformadora del Espíritu Santo se vuelve realidad en la forma en que estamos logrando cambiar de nuestra vana forma de ser en la práctica diaria.


El enemigo de Dios no quiere esa victoria y pone en ciertas personas a que te hagan una clase de daño que perturbe la relación con el Señor y tu alma, los enemigos abundan y en muchas ocasiones no sabes los motivos que te orillan a llevarte a esa condición y en una ocasión imprevista sientes los ataques constantes de ciertas personas que se vuelven en contra tuya (en el trabajo, escuela, vecindario, en la calle, en tus actividades diarias) y por los motivos más diferentes que se hayan creado o inventado y se sucede por las más diferentes causas (envidia, pleitos, abusos, etc.) cuando esto acontezca los hijos de Dios deben de recordar la aptitud a lo que no han sido llamados: a diferenciarse con los del mundo y practicar lo impuesto por el Señor Jesucristo, amar a vuestros enemigos. Conociendo que es el enemigo de Dios el que mueve a las personas a molestarnos el antídoto perfecto que ha preparado Dios es lo que está escrito en Romanos 12:17-18 17 No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. 18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.


Al efectuarlo, Dios prepara en un tiempo para demostrarles que Dios está en nuestra vida y pasa por alto dicho ataque, si persistiese en seguir agrediéndonos la venganza del Señor se vuelve contra tal(es) persona(s) de forma implacable que no dejará duda a los que observan este hecho de su protección a sus hijos (ovejas del Señor Jesucristo) como está escrito en Romanos 12:19-21 19 No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. 20 Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. 21 No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.


Cómo amar a vuestros enemigos es obedeciendo lo que está escrito en 1 Corintios13:4-7 4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.


Haciéndolo conforme a su palabra el testimonio de muchos podrán ver las maravillas que hace Dios con sus hijos.


Bendecid a los que te maldicen


La actitud de bendecir es muy frecuente en el lenguaje de los creyentes en Cristo Jesús “Dios te bendiga” Y también las usa el mundo las religiones y las políticos, escritores, artistas, comediantes de muy dudosa espiritualidad y quien sabe quién más utilizan esta frase que no expresan al verdadero, único y sabio Dios y el concepto ambiguo de bendiga, no es más que un engaño para creer que estás hablando por el Espíritu. Los hijos de Dios hemos sabido conocer las salutaciones que proceden de nuestro tiempo, no es un asunto para este tema, sino para comprender esta aptitud lo más lógico para introducirnos a este tema es que significa la palabra bendición y como siempre surge si lo explicamos conforme al vocablo hebreo o griego, conociendo que la voluntad del Padre consistió en repartir el evangelio a toda criatura de las naciones gentiles, dejando bien claro que el velo rasgó las costumbres y tradiciones judaicas (no así la palabra de Jehová), y que ahora somos enseñados por el Espíritu Santo para conocer la voluntad del Señor Jesucristo y aplicando la lectura del nuevo pacto estableceremos el concepto de bendición en la palabra que salga de nuestra boca por el Espíritu Santo sea de un buen decir que provenga de la palabra de Dios.


Ahora bien, en nuestras actividades diarias en nuestras conversaciones con toda clase de gente, podremos encontrar maledicencia (palabras mal sonantes comunes en el cual se manifiesta enojo, ira, desesperación) en contra nuestra y para este ejemplo y contrarrestar estos incidentes el comprender y perdonar a todos aquellos que nos ofenden se soluciona el incidente. Sin embargo, no se refiere a esa maldición sino a un suceso que desee en su corazón algunas personas hacia nosotros en nuestra convivencia, algunas veces pueden ir disfrazadas en un cálido modular de la voz que fingen su verdadero deseo lo podemos percibir en algunos casos: -ten cuidado en la carretera, no te vayas a chocar-, otro ejemplo, -a ese médico que recurres todos los pacientes se mueren con sus tratamientos- y así podemos seguir mencionando este tipo de maldiciones disfrazadas y conducidas hipócritamente a nuestro quebranto de paz. BENDECID aplica lo que el Señor Jesucristo te enseña por el Espíritu Santo: el Señor Jesús que es nuestro Salvador me protegerá en mi andar por esa carretera y te protegerá a ti en tu estancia mientras que regreso del viaje, al venir del viaje te contará de todas las cosas agradables que le pasaron, en la contestación del segundo ejemplo: el Señor Jesús es mi Salvador, el vela por los hijos de nuestro Padre y le conceda la sabiduría y ciencia médica para el tratamiento de mi enfermedad y seas tú sano y bendito en su nombre. La bendición trae una consecuencia favorable al bendecido, el Espíritu Santo obra grandemente en los dichos de nuestra boca, debemos de ser cautos en nuestra forma de dirigirnos con nuestro lenguaje ante los del mundo y con la iglesia.


Haced bien a los que aborrecen


La diferencia de la palabra de enemigo y alguien que te aborrece es la circunstancia, esto es: el enemigo es una condición casi siempre permanente, es un adversario serio y puede alcanzar grandes proporciones su rivalidad, el que te aborrece es momentáneo casi siempre aborrece a un hecho ajeno por tu forma de ser o hacer o de condiciones irrelevantes que lo conducen a tener un sentimiento contra ti de enojo y a que no seas grato en su presencia, en pocas palabras tu enemigo es el contrario a ti, el que te aborrece hay una causa que lo orilla a estar en su desprecio constante. Son espíritus los que se posesionan de estas personas en cuanto dependa de ti siempre debes guardar la paz. El Señor Jesús te manda que hagas el bien al que está en la condición de aborrecerte, él lo sabe todo, es una indicación propia de los asuntos espirituales de Dios, hazle el bien en cualquier circunstancia, no hay otra manera de quitar su aborrecimiento, sino pagarle con el bien, el Padre va a disponer un evento para que en ti esté hacerle un bien, no pases por alto esta oportunidad, una nube de testigos y los de tu alrededor están al pendiente de que cumplas su mandamiento y si lo guardas Dios el Padre y el Señor Jesucristo amarán tu disposición de obedecerle, no ha sido en vano la muerte en la cruz del Señor Jesucristo y estas dejando actuar al Espíritu Santo en ti.


Orad por los que os ultrajan y os persiguen.


En esta condición el enemigo de Dios utiliza personas que van hacer daño físico y moral hay condiciones extremas de peligro pues no dan descanso a su persecución el grado de dificultad puede entorpecer la vida espiritual del creyente y hacerlo abdicar (ver la parábola del sembrador) de su posición ante el Señor Jesucristo, algunas veces la vida del hermano y su familia o de sus seres queridos están expuestas ante el ultraje y si escapas te persiguen hasta conseguir su plan. La condición es rápida y tienes que dar rápida a la contestación de su acción, la palabra del Señor Jesucristo esta dicha para operarse en los momentos necesarios y aquí lo demanda el ultraje y la persecución: la oración rogad no por ti, ni por la acción sino por los que están ultrajándote y persiguiendo, pon tu demanda al Altísimo y pide por esas personas porque hay una confrontación directa, ya se ha decidido el daño a tu ser y harán persecución contra ti, puede haber muchos motivos, la mayoría predicar, enseñar y congregarse en el nombre del Señor Jesucristo, también puede ser que obremos como testimonios vivos y estemos alcanzando a personas para el evangelio de Cristo, otras veces la envidia de religiosos las efectúan por amenazar su dominio de la grey, por muchos motivos y diversas causas al efectuarse estas maquinaciones contra ti, recurre al Señor y ora por esas personas, el Señor te librará si lo haces en las condiciones de su mandamiento, no es perder la vida lo que nos debe preocupar, ni los hijos, ni nada de este mundo, lo importante es dar testimonio de obedecer la palabra. ORAD es la prueba de la obediencia y Él calmará esos ataques, si son persuadidos de dejarlo de hacer, serán salvados, si su interior está lleno de maldad, el juicio acompañado del poder de Dios les hará ver su destino de destrucción y condenación. El Espíritu nos ha enseñado que cuando se alcance a matar a uno de los hijos de Dios, el poder os los multiplica, de ahí que el enemigo ya no practica esta forma de exterminio de los hijos de Dios, sino al contrario trabaja en la desviación de los hermanos para que no lean el nuevo pacto.


El cumplimiento de los anteriores mandamientos nos proporciona la aptitud para desenvolvernos mejor en las cosas espirituales del Señor Jesús, no dejemos de mantenernos ocupados en las cosas del Señor Jesucristo, dejemos que el Espíritu Santo nos guie a la verdad, a la vida y al camino. Amén.

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