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Editorial 25

  • Foto del escritor: Cuerpo Editorial
    Cuerpo Editorial
  • 27 sept 2014
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 26 nov 2020


La gracia y misericordia de nuestro Padre y la paz del Señor Jesucristo en vuestro espíritu.


Aún hay tiempo para los hombres de contar con la misericordia y amor de DIOS. El hombre tiene oportunidad de acercarse confiado al Padre por medio del Señor Jesucristo, tan es solo reconocer el nombre de su Hijo amado. No hay otro nombre: Si en verdad lo quieres invocar, en todo lo existente el nombre poderoso del Señor Jesucristo es para los últimos tiempos de la humanidad un bálsamo de esperanza de que Dios nuestro Padre está a nuestro alcance.


Un asunto importante que debemos conocer los hijos de Dios en la fe de nuestro Señor Jesucristo en lo que se refiere a la sanidad, es que somos descendientes de naciones gentiles y por ello arrastramos una concepción de acudir a médicos y medicinas para nuestra cura, el poder del Espíritu Santo y el poder del Señor Jesucristo no requieren ayuda en la sanidad de enfermedades. Es directa, así se manifiesta en los cuatro evangelios y el libro de los hechos de los apóstoles el Señor Jesús curaba la totalidad de la enfermedad, no había medios enfermos, o sanación a medias. Los ciegos eran curados, los cojos caminaban, los leprosos sabemos que esos males que padecía el pueblo judío eran aquejados por el maligno y porque se volvieron contra su Dios.


En nuestra actualidad los hermanos que están en servicio de la iglesia de Cristo, deben guardarse en Cristo Jesús y ser llenos del Espíritu Santo para que pueda fluir con liberalidad su poder en los hermanos que ha elegido para sanidad. Es importante que los hermanos como los apóstoles, hacedores de milagros y los que tengan el don de sanidad se mantengan siempre fieles a la palabra del Señor Jesús para ayudar a los hermanos y a los del mundo para sanar enfermedades.


Los evangelistas, pastores, maestros, ancianos, diáconos y otros hermanos justos llenos del Espíritu Santo pueden imponer manos y orar por los enfermos y sanarán, aun cuando no sea su función en la vida de la iglesia, la sanidad de los hijos de Dios es para regocijarnos de que Él está en nosotros, por nosotros y con nosotros. La sanidad de los enfermos del mundo es para testimonio y es una herramienta de Dios para acercarlos a su palabra de los que la rodean.


Los hijos de Dios caen en enfermedades por testimonio, por disciplina de andar en la carne o con los del mundo, por prueba, por alejamiento de la palabra del Señor Jesús. Todos los que somos de Cristo sabemos de esto y confesamos nuestras faltas ante el Señor y el obrará rápidamente. Podemos ir al mundo con los médicos con cierta reserva pues ellos son instrumentos de grandes corporaciones que siempre buscan el dinero, de hecho son los descendientes de los alquimistas y estos fracasaron de hacer oro con cualquier metal y se dedicaron a vender curas que les produjo más dinero que de haber encontrado la fórmula para hacer oro.


Los hermanos en los campos de la medicina, enfermería y todas sus ramas deben ejercitar los conocimientos adquiridos para la curación de los enfermos en toda paz y con toda libertad, es una profesión como cualquier otra y su espiritualidad los llevará a ser doble función. La honestidad, la comprensión, la responsabilidad deben estar en su código espiritual de conducta ante sus pacientes del mundo.


Hablaremos durante el mes de octubre de las enfermedades que padecen los siervos de Dios, en nuestra práctica diaria debemos procurarnos los unos y los otros para ayudarnos y apoyarnos en el amor de Jesucristo. Amén.

Si tiene alguna duda, sugerencia o comentario, no dude en ponerse en contacto con nosotros al siguiente correo: lasanadoctrina2014@gmail.com

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