Amor del Padre a su hijos y los hijos a su Padre
Al arrojar al enemigo de Dios a la tierra, los pueblos que dieron origen al mundo fueron engañados para no obedecer las cosas de Dios. El enemigo quiere imitar las cosas de Dios para confundir, es su estrategia predilecta y utiliza todo lo malo del hombre para que se haga su voluntad. La relación de Dios con el pueblo judío obedecía más a una selección o elección de testimonio en el mundo, los siervos de Dios se apartaron de dichas prácticas y el plan de Dios dio inicio al separar un remanente dedicado a Él: el pueblo judío al cual se manifestó como su Dios, guardador, protector, pastor, misericordioso y poderoso Señor y estableció una ley que era el distintivo entre las demás naciones reinantes. Su principal mandamiento consistía como se lee en Mateo 22-37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. El amor de los judíos era un mandamiento, les estaba ordenado que amasen en su carne, corazón y mente y el alma o sea en su yo, al eterno Adonaí así empezaba a cumplir la ley impuesta de Dios. No se podía por sí mismo, el enemigo de Dios continuaba con artificios, maquinaciones y engaños para distraerlos a volver a los ojos del mundo y no obedecer la voluntad de Dios a tal magnitud que se rompió la relación y el Padre por su gran amor dispuso continuar con su plan de salvación a la humanidad.
Está escrito en Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Es la revelación que Dios hace de su plan y lo hace por amor a su creación y el hombre es parte de su creación, el enviar a su Hijo a morir en la cruz y derramar su sangre así se establece en Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Se lee en Juan 3:35 El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano. La anterior palabra confirma que en Cristo estamos completos.
El creer en Jesucristo como su Hijo se establece en la vida espiritual del creyente como dice en Juan 5:20 Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis. Juan 16-27 pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios. El reconocimiento ideal por su espíritu en nuestra mente se lee en Efesios 2:4-5 4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos).
La perfecta relación de la iglesia de Cristo establecida en la tierra con Dios y el Señor Jesucristo es el amor, la primera lección que el Espíritu Santo nos enseña es el plan de salvación, es de una esencia en amor, está escrito en Juan estas palabras del Señor Jesús en Juan 17:23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. Juan 17-26 Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos. Con esta palabra nos alienta de la proximidad que tenemos con el Creador de los cielos y la tierra y con nuestro Señor Jesús. Él nos amó primero y luego pone ese amor en nosotros para él, está escrito en 2 Tesalonicenses 2:16 Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, todo está hecho por Dios, su plan es perfecto no hay quien se pueda perder en su camino, lo ha hecho perfecto, solo quiere que lo obedezcamos para alcanzar su salvación. Leer con atención los siguientes versículos en 1 Juan 4:8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. 1 Juan 4:10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 1 Juan 4:19 Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. 1 Juan 4:21 Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.
Es muy claro que si el Espíritu Santo no hubiese sido derramado en nosotros, no habríamos alcanzado a conocer el amor de Dios en nosotros como está escrito en Romanos 5:5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. No queda duda de este plan maravilloso en el que Dios se manifestó grandemente en tu vida. Su sencillez y explicación es de fácil comprensión, no hay estudios profundos solo explicar estas verdades contenidas en el nuevo pacto como lo que se lee en 1 Juan 5:1-2 1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él. 2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos.
1 Juan 4:16 Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. Por el espíritu es de comprenderse esta palabra, millones de personas de todo el mundo han dicho “Dios es Amor” pero no comprenden el verdadero significado de esta frase, no es un amor como el mundo se imagina, es un verdadero amor espiritual que proviene del autor de la vida y ese amor se aloja en nosotros, de ahí que surge una necesidad de que al adquirir este conocimiento lo expresemos tal como lo dice su palabra en los siguientes versículos en 1 Juan 2:5 pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. En 1 Juan 3:1 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. 1 Juan 4:7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.
1 Juan 4:17 En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo. Tengamos fe a su palabra y la esperanza bien firme él nos ha deparado todo lo necesario para ser sabio en nuestra salvación: 1 Corintios 2:9 Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
Y por favor ya no creas que la salvación se pierde, eres salvo por fe y por amor de nuestro Padre por su plan divino de enviar a su Hijo Jesucristo a pagar por ti. Amén.
Nos despedimos con el versículo más completo en la salutación de los hijos de Dios escrito en 2 Corintios 13:14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.