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La Oración (tema 1 de 2)


Dios, el Supremo Creador de todo lo que existe perpetuamente desde Adán y Eva ha deseado mantener una comunicación con el género humano, aun cuando en ocasiones el hombre en su rebeldía se olvida y no quiere reconocerle. Pero fiel y amoroso con sus criaturas dispuso un puente de comunicación que en forma inmediata el hombre lo contacte invocando su nombre. Esto es posible, ya que en nuestra carne mora un espíritu, que instantáneamente Él está presto a oír tu clamor, tu necesidad o tu solicitud, en forma física. Su reino, gloria y majestad no pertenece a este mundo, pero Él esta tan cerca por esas conducciones espirituales, que no tarda para escucharte. El hombre no está solo, quiere estar solo, aun el mismo hombre no está solo, hay una gran lucha de células que viven y se mueven, mas sus pensamientos lo hacen ver y sentir que está en soledad, lo que ellos no saben que esa soledad es el vacío por no conocer la voluntad de Dios, solos en un planeta con siete mil millones de humanos y hay quien diga que está solo en el universo. La incoherencia de la mente de los científicos humanos.


Dios se ha manifestado ante los hombres en la antigüedad y a su pueblo judío en el antiguo pacto. Los paganos también trataban de comunicarse inútilmente con sus ídolos (falsos dioses), eran sus costumbres y lo hacían a través de ritos, decretos, sacrificios, ofrendas; eran clericales que hacían devotos a los de su nación de tales prácticas y su condición era repetir una frase que en la mayoría no se observa tienen sentido práctico y en gran número volvían a repetir la frase. Los antropólogos dicen que es una necesidad que requiere ser cubierta en la vida de los seres humanos, lo que sí es un hecho es que todas las religiones son falsas y es común denominador de ellas de estar repitiendo las mismas frases, como si ello dependiera de que los escuchasen, un fracaso total de ser escuchados por Dios, a través de los ídolos.


En Hebreos 1:1-3 1 dice: Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; 3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, Mas lo han rechazado. En el nuevo pacto él se manifiesta con el hombre y nos ha enseñado por su Hijo una nueva forma de llamarlo (PADRE) y que ya no hay reglas o condiciones para invocarlo, pero para que sea más efectiva si lo haces en el nombre de su Hijo Jesucristo, estarás haciéndolo en la mejor manera posible.


Ni el tiempo o espacio son obstáculo, idioma, género, edad, necesidad. Él está presto. De ahí, que si un hermano lo invoca en Chile, otro en China y otro en Australia, de día o de noche, en cualquier situación Él se considera para atenderte. En el nuevo pacto está escrito para los evangelistas en 1 Timoteo 2:5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. Si se enseñara esto a los nuevos creyentes, aprenderían de forma correcta a comunicarse al Señor y no depender de persona alguna que busque enseñorearse de los nuevos hermanos.


Aun así en debilidad, en angustia, enfermedad, en soledad, en derrota, adversidad o en cualquier otra circunstancia los hijos de Dios pueden experimentar que Dios no escucha y que no da respuesta a las peticiones o en tu oración no alcanzas una conexión íntima de ser respondido ¡No te desesperes! Porque Dios no te dejará y está preparando sus potencias para suplir toda necesidad humana que tengas. Ser de Dios en este mundo no es un tarea fácil o comprensible para nuestros sentidos, en ocasiones por todos lados y de una forma increíble sientes que todo se vuelve en contra, no hay apoyo o ayuda y eres preso de tu mente que te empieza acobardar o a desanimar, hasta los de tu casa se vuelven contra ti o de plano ni te toman en cuenta y peor te pones al ver que otros en el mundo caminan confiados sin tener ni temer a Dios. Sé que hay momentos así, instantes que se vuelven largos, días que se vuelven meses, meses que se vuelven años, pero el Padre está con nosotros, el Señor Jesús está por nosotros y su Espíritu está en nosotros, no desmayes, vamos a orar con las enseñanzas que nos legó el Hijo de Dios.


Una oportuna declaración del Señor Jesús se lee en Mateo 21:22 Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis. Y esta nos da sabiduría de que la oración va acompañada de fe. Los apóstoles le pidieron la enseñanza de como orar y el Señor Jesús con sabiduría comparte en Mateo 6:9 y Lucas 11:2-4 2 Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 4 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. Esta frase última fue cancelada por el sistema religioso romano para allegarse del poder sobre sus súbditos.


Los judíos ya sabían orar a Dios, siendo su pueblo fue enseñado por los siervos y los profetas, pero las buenas nuevas cambian la nueva visión de nuestro Padre, ya no desea que se le nombre gran Dios, ahora es nuestro Padre, esto lo saben los discípulos, si se los decía a los judíos no lo iban a recibir, en todo momento el Señor Jesús se condujo con sabiduría.


El Señor Jesús cambió la perspectiva judaica, está dispuesto a enseñar lo que parecía incorrecto a los judíos; a sus discípulos les dice en Mateo 5:44 y orad por los que os ultrajan y os persiguen; Lucas 6:28 y orad por los que os calumnian. Es lo que actualmente debemos de seguir haciendo, no debe haber venganza, no hay enfrentamiento físico violento, uno de los nuevos mandamientos tendrá que hacerse vía: la oración para ganar. Así que si te calumnian, ultrajan y persiguen la respuesta es orar al Padre y por obedecer Él desecha la obra de ataque a tu persona.


El Señor Jesús después de una larga jornada de contacto con el pueblo se retira a orar y en la noche se refugia en la oración, una práctica saludable que deben de estar haciendo los hijos de Dios.


El Señor Jesús enseña lo que no debe hacerse en las oraciones en Mateo 23:14, Marcos 12:40 y Lucas 20:47 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación. En la actualidad en el error quien dice gran palabrería por más tiempo es el que sabe orar, craso error, el parámetro es la sencillez, la claridad, la aflicción y la brevedad.


Fundamental en la vida de los que aman al Señor Jesús es no estar enojado con algún hermano y perdonarlo en todo como dice en Marcos 11:25 Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.


Está escrito en Lucas 18:1-8 1 También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, 2 diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. 3 Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. 4 Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, 5 sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. 6 Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. 7 ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? 8 Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?

Una sabia enseñanza y una diferencia de practicar religión y vivir una plena vida espiritual en Jesucristo se encuentra en Lucas 18:10-14 10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. 11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; 12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. 13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. 14 Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.


A los hermanos judíos de su época les advirtió que orasen al Padre cuando se vendría el fin del mundo Mateo 24:20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; Y a la iglesia nos alerta en Marcos 13:33 Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo.


En el evangelio de Juan hay dos sucesos que aun cuando no se mencione la palabra oración, constituye una declaración poderosa en oración: Juan 11:41-42 41 Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. 42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Y en el capítulo de Juan 17 dice: 1 Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; 2 como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. 3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. 4 Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. 5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. 6 He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. 7 Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; 8 porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. 9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, 10 y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. 11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. 12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese. 13 Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. 14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. 20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. 23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. 24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. 25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. 26 Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.


En Mateo 26:36-44 se lee: 36 Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. 37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. 38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. 39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. 40 Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? 41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. 42 Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad. 43 Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño. 44 Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras.


Hasta el último de sus actos con sus discípulos el Señor Jesús oró al Padre (por eso está escrito orad en todo momento, lo veremos en el siguiente blog) porque en nuestros cuerpos carnales hay debilidad, flaqueza y temores. Pero debemos orar, pedir, rogar, suplicar las fuerzas requeridas para el propósito al cual hemos sido llamados o estar pasando.


Un ejemplo más de que el Padre está atento a nuestra solicitud es la que nos ejemplifica en Mateo 26:53 ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? Tengamos siempre la certeza que el Padre tiene la solución a nuestros problemas, necesidades, tribulaciones, persecuciones, ataques, etc. En el siguiente tema seguiremos hablando de este vínculo de amor y cercanía con Dios. Amén.

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